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Tradición cultural y el verdadero lujo: así es la nueva marca de ropa Richel by A2

Recuperar tradiciones y relanzar una marca supone una gran responsabilidad: estas dos jóvenes españolas han aceptado el reto

Tradición cultural y el verdadero lujo: así es la nueva marca de ropa Richel by A2

Ignacio Itarte

Amigas de toda la vida, amantes de la moda e inquietas por dejar una huella positiva en la sociedad. Alexia Catris Amar y Alexandra Nusser Itarte deciden durante el confinamiento de 2020 recuperar Richel Paris, una empresa española que producía y proveía seda para reconocidas firmas como Hermès, Celine o Yves Saint Laurent. El éxito traspasó fronteras y llegaron a tener sedes en Madrid, Nueva York, París y Singapur. Richel Paris cerró inesperadamente tras el fallecimiento de su fundador, y años después, como el ave fénix, fundan Richel by A2 con valores enfocados en la responsabilidad social y la tradición cultural.

El renacer y el verdadero significado del lujo

Un día visitaron el depósito de telas de Richel en Barcelona y ya no hubo vuelta atrás. «Entramos en el galpón y vimos miles de cajas llenas de sedas impresionantes. Teníamos un tesoro entre manos», cuentan Alexia y Alexandra desde su estudio en el madrileño barrio de Salamanca. A partir de ese momento se pusieron manos a la obra y empezó lo que ellas describen como el juego más divertido: «Las telas con las que trabajamos son poco anchas porque originalmente eran para corbatas. Amoldar telas tan pequeñas para confeccionar prendas más grandes es literalmente un tetris».

Trabajan conjuntamente con la Fundación Roure y el taller de Emili Papirer, en el que forman a mujeres en riesgo de exclusión social, de todas las nacionalidades. «En las etiquetas, de hecho, lo pone: cada prenda tiene el nombre, la edad y la nacionalidad de la mujer que la hizo», explica Alexandra, «nuestras prendas te cuentan algo. Ves nuestros productos y hay algo más que tela, hay historia, hay esfuerzo, hay responsabilidad».

Asistente de fotografía : Tadeo Nusser y Maite Brualla | MUA: Dalia Cuesta | Dirección de arte y estilismos: Alexia Catris y Alexandra Nusser

El producto estrella de Richel by A2 es, sin duda, la seda. El reto de tener material limitado, por el momento, conlleva a un proceso de producción de alta calidad, lo que se ve reflejado en el resultado final del producto y en la oferta con la que trabajan: «Este es un punto importante para nuestra empresa. Como relanzamos todo y utilizamos el textil que teníamos, no hemos querido comprar más. Ha sido un poco un puzzle, entonces hay prendas que solo hay dos unidades, otras seis. Rondamos entre los 200 unidades en total para esta primera colección». 

Esta nueva empresa está llena de valores y tradiciones. Conversando con las fundadoras sale la pregunta: «¿qué es el lujo?», a lo que responden al unísono que «el verdadero lujo es poder ayudar a los demás».

«Nos enfocamos en mujeres que son conscientes con el mundo que les rodea. No solo les gusta comprar, sino que tienen ‘cabeza’ a la hora de consumir»

Alexia Catris Amar y Alejandra Nusser Itarte

Tradiciones y familia

En esta primera colección han querido elevar al máximo la influencia de la cultura española. «Es parte de la gracia. Lo hemos llevado al extremo», dicen entre risas, «cuando empezamos durante el encierro, estaba en tendencia el made in Spain, así que decidimos tirar por ahí. Nos parece importante ayudar en otros países pero primero se ayuda en casa, por eso decidimos realzar la cultura, el torero, pero el torero mujer. Llevando al extremo esas tradiciones españolas que encima venían respaldadas por el momento en el que estábamos».

Richel by A2 es «una marca pluricultural». En esta primera entrega han homenajeado a la cultura, la familia, el pasado, pero no se cierran a diferentes caminos. «De repente, si dentro de cinco años encontramos una seda fantástica o algodón de bambú en India, pues nos inspiraremos de esos materiales. La idea es reinterpretar tradiciones. Empezamos por España porque estamos aquí».

Fotógrafo: Ignacio Itarte | Asistente de fotografía : Tadeo Nusser y Maite Brualla | MUA: Dalia Cuesta | Dirección de arte y estilismos: Alexia Catris y Alexandra Nusser

Richel Paris va en la sangre de Alexia, lo cual conlleva una responsabilidad muy grande. «Hemos relanzado una marca, no se puede manchar el nombre de Richel. Es una presión continua, no podemos fallar. Las costuras no pueden estar mal hechas, una persona no puede llevar una prenda de A2 y que no esté bien cosida». La intención es clara: producir pequeñas obras de arte. De ahí el slogan de la marca: Wearable art.

La aventura de emprender

«El equipo es lo más importante. No hay que emprender solo. Ya cuatro manos es poco, imagínate solo dos», responde Alexia. Nos cuentan que ellas siempre habían querido emprender en el mundo de la moda. La «aventura de emprender» no es fácil, requiere de paciencia, pasión y la capacidad para «entenderte a ti mismo, a tu alrededor, a tu compañero o compañera. Es difícil emprender, pero una vez que te metes en el barco solo es cuestión de remar».

Por ahora, son ellas dos como equipo principal y esperan seguir creciendo para posicionar esta nueva empresa tal y donde estuvo en su mejor momento: «Ellos entonces solo hacían accesorios, nosotras ahora hacemos prendas, entonces nos consideramos marca de ropa».

Moda para mujeres conscientes

Esta nueva marca de ropa está dirigida a «mujeres valientes, que les gusta el arte, la moda, que son ambiciosas. Son conscientes del mundo que les rodea. No solo les gusta comprar, sino que tienen ‘cabeza’ a la hora de consumir». Hablamos sobre cómo se enseña la consciencia, a lo que plantean que «se logra a base de demostrar, por las acciones». Desde los valores de recuperar una marca y su legado, el trabajo de las costureras, el respeto por la calidad, hasta el producto final, que es único y se diferencia por sus telas, vemos que existe la intención de ser consciente en cada paso.

Alexia y Alexandra saben que no pueden luchar contra el fast fashion, pero son firmes en la opinión de que «lo divertido también es tener algo que no tenga todo el  mundo». Esto es contrario a la propuesta del consumismo excesivo: «Genial, el vestido es monísimo, pero te plantas en una boda y hay siete como tú».

Se toman su trabajo con la seriedad que amerita e insisten en divertirse durante todo el proceso creativo: «Es importante jugar, divertirnos. La moda está para pasárselo bien. Más allá de querer hacer un statement, lo que queremos es jugar, pasarlo bien, un día ser una persona y otro día otra. Ahí entramos nosotras con colecciones muy extrañas con telas de hace 78 años que estaban inutilizadas».

Todas sus colecciones irán marcadas por la atemporalidad. Afirman que «la moda ya no tiene fronteras. Una señora de 65 y una joven de 25 años se ponen la misma chaqueta y cada una la lleva con su estilo personal».

Fotógrafo: Ignacio Itarte | Asistente de fotografía : Tadeo Nusser y Maite Brualla | MUA: Dalia Cuesta | Dirección de arte y estilismos: Alexia Catris y Alexandra Nusser
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