THE OBJECTIVE
La otra cara del dinero

Unos consejos para Carlos Sainz tras reventar LinkedIn

El piloto español busca equipo en un momento muy propicio, con la Fórmula 1 volando en brazos de la compañía Liberty

Unos consejos para Carlos Sainz tras reventar LinkedIn

Carlos Sainz en Australia. | Stephen Blackberry, Europa Press

Probablemente Carlos Sainz Jr. haya escuchado eso tan de moda últimamente de que la meritocracia es un concepto obsoleto, típico de la fachosfera. Por lo que sea, sin embargo, en Australia él pisó el acelerador a tope. Lo acababan de operar de apendicitis y tenía por delante al tal Max Verstappen, que parece ungido por la Fórmula 1 como su campeón perpetuo. 

Esta vez ganó Sainz, lo que, entre otras cosas, le sirvió para lanzar una campaña que ni la mejor plataforma de gestión laboral le podría haber diseñado: estoy a punto de quedarme en el paro y… soy el mejor. Porque no tiene equipo para la temporada que viene. Apostaría a que las diferentes escuderías han puesto a trabajar en el tema a equipos mixtos de sus departamentos financiero y de RRHH. 

Por estos pagos (nunca mejor dicho, con perdón), nos centramos en la parte del parné. De la deportiva ya se encarga J.M. Zapico, que ha explicado con detalle por qué, además de Sainz, Alonso y Verstappen están alborotando un mercado de fichajes muy pero que muy caliente. De hecho, el final de su magnífico reportaje es una cita de Frank Williams que me la pone botando: «Esto es un deporte los domingos, pero el resto de la semana es un negocio».

Aquí vamos a darle a nuestro amigo Carlos unos cuantos consejos para afrontar la peripecia que le espera. Antes que nada, le diría que espabile: su salario tiene demasiado margen de mejora. Hay que estrecharlo. La clasificación ad hoc de Forbes (que, a diferencia de las del fútbol o la NBA, excluye los ingresos de actividades comerciales como patrocinios, centrándose en salarios y bonificaciones) la lidera, obviamente, el tal Verstappen, con 70 millones de dólares. 

Carlos Sainz está en 14. La diferencia con el número uno (todavía) indiscutible es notable. Pero eso no es lo peor. Un Lewis Hamilton de capa caída se lleva 55. Le sigue con 34 Fernando Alonso, que por lo menos asegura el espectáculo, pero es que a continuación se cuelan el mexicano Sergio Pérez (26), el monegasco Chares Leclerc (19)… y el británico Lando Norris (15), que en sus siete años en la Fórmula 1 acumula la escalofriante cifra de cero victorias.  

Veamos ahora los posibles empleadores. Según la canónica a estos efectos Forbes, la escudería más valiosa actualmente es, precisamente, la de Sainz: Ferrari está en 3.900 millones de dólares tras recolectar el año pasado unos ingresos de 680 millones y un Ebitda de 115 millones. Pero paga solo regular y con no mucho ojo. Leclerc gana cinco millones más que Sainz y, aunque en 2022 ganó una carrera e hizo 11 podios, el año pasado se quedó en solo seis podios, mientras que Sainz ganó una carrera e hizo nueve podios.

La segunda posición la ocupa Mercedes, valorada en 3.800 millones de dólares: 100 menos que Ferrari, pero con mejores datos de ingresos (700 millones) y ebitda (192 millones) en 2023. Además, es buena pagadora y debe de estar harta de desperdiciar salarios en Hamilton y George Russell. Ambos británicos, por cierto. ¿Redundancia? 

La mejor pagadora es Red Bull, valorada en solo 2.600 millones. Que se lo pregunten al sacrosanto Verstappen, pero también a Sergio Pérez. Cierto que le sacan rendimiento: el primero ganó 10 de las 12 carreras del año pasado y el segundo, las otras dos. Parece bastante casualidad. A lo mejor los coches tienen algo que ver. En Australia, Verstappen tuvo que abandonar, pero el mexicano simplemente quedó en una mediocre quinta posición…   

Después está McLaren (2.200 millones), capaz de forrar de billetes al bueno de Norris, quizás por patriotismo británico. Y, por debajo de los 2.000, ya aparecen Alpine (1.400) y la valiente Aston Martin (1.375), que ha apostado por Fernando Alonso. 

Conclusión: a lo mejor el caballo ganador de Sainz no es el rampante.  

Pero ojo, Carlos, que el momento puede ser más propicio incluso de lo que te imaginas, con postores muy jugosos saliendo de debajo de las piedras. El director ejecutivo de McLaren, Zak Brown, le dijo el mes pasado a Bloomberg que todos los equipos valen ahora «bastante más» de 1.000 millones de libras (1.300 millones de dólares), gracias a los cambios realizados bajo la propiedad de Liberty Media Corp.

En el mismo texto, los especialistas Hannah Elliott y Christine Burke recordaron que «las declaraciones de Brown se producen en un momento en que la F1 está experimentando una ola de popularidad en Estados Unidos y un rápido crecimiento de sus ingresos. Según Brown, este no era el caso antes de que Liberty tomara el control».

El verano pasado, The New York Times saludó la era Liberty con un «It’s a New Day for Formula 1». Philip Horton aseguraba que «los ingresos se han disparado, los equipos ganan más dinero y las empresas de inversión rondan». El mercado estadounidense, tradicionalmente más apegado a sus propias competiciones, como la Nascar, era la última frontera.

Liberty Media cotiza en el índice bursátil de los elegidos, el Nasdaq, y su presidente y propietario es John C. Malone. Conocido como el Cowboy del Cable, posee más tierras que nadie en EEUU. Su voracidad ha ido cogiendo aún más velocidad con la Fórmula 1, y Fortune aseguraba hace unos días que «está considerando un acuerdo de 4.320 millones de dólares para comprar la competición de MotoGP». Aunque matiza que «podría tener que enfrentarse a un gran obstáculo: los organismos de control de la competencia».

A nuestros efectos, Carlos: hay dinero de sobra.  

Además, te necesitan. Una fuente de tan descomunal influencia como el Financial Times lanzaba este dardo a finales del año pasado, tras hacer balance de la temporada: «¿Puede el dominio de Max Verstappen ser malo para el negocio de la F1?». James Allen recordaba que Verstappen ganó más del 80% de las carreras en 2023, «la mayor cantidad en los 74 años de historia de la F1».  

La biografía del jefe actual del invento, el tal Malone, huele a self made man. Seguro que le ha gustado la épica de Carlos Sainz en Australia. ¿Podría presionar con su Liberty para que al españolito ese tan bravo le den un buen coche y un mejor sueldo? A lo mejor eso hace el asunto un poco más excitante… y lucrativo.

En fin, querido Carlos: si estos consejos te han sido útiles, no te olvides de pagar la tarifa habitual por estas tareas de asesoramiento al talento para que vaya menos lento.

Por si cae. 

Aunque me temo que él sabe manejarse (o conducirse, en español europeo) solito bastante bien en estos menesteres.

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