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'BS High': el gran fraude deportivo del siglo

El documental de HBO es una sorpresa por los pocos escrúpulos que muestra un falso entrenador de fútbol americano

‘BS High’: el gran fraude deportivo del siglo

Imagen promocional del documental. | HBO

Detrás del enigmático título BS High se encuentra uno de los documentales más disparatados de todos los tiempos. Y no lo digo porque esté mal hecho. Todo lo contrario. Sucede que en la pantalla se narran ciertos acontecimientos incomprensibles para el espectador ya que ocurren en un país que se jacta de tener leyes precisas para impedirlos.

Durante toda la vida hemos escuchado que en Estados Unidos puedes ser lo que quieres ser, es decir, prácticamente hacerte desde cero. Este principio, del que se enorgullece buena parte de la sociedad, lleva a Roy Johnson, un exjugador de fútbol americano sin éxito, a crear su propio método, encontrando un hueco en el sistema legal para mentirle a decenas de personas, prometiendo algo que no puede hacer porque simplemente no tiene el talento para ello, ni los recursos económicos. Aún así, se las arregló para llegar a la pantalla de ESPN.

Es paradójico: la transmisión del partido de fútbol americano (que ya vas a ver más adelante) es el momento más importante en la «carrera» del estafador Johnson y a la vez significó el fin de sus fechorías. O, al menos, el cierre de la «institución» que dirigía y que dejó severas secuelas, deportivas y económicas, en los jóvenes a los que engatusó. Ya adivinarán porque uso tantas comillas en esta descripción.

La sinopsis del documental, disponible en HBO y otras plataformas de streaming, dice lo siguiente sobre BS High: sigue una investigación que ocurrió cuando los Bishop Sycamore Centurions, un presunto equipo de fútbol americano de una escuela secundaria de Columbus, Ohio, se enfrentaron a la Img Academy. Este es el tráiler:

La escuela que no enseña

Como se puede ver en el avance, BS era un acrónimo de Bishop Sycamore, una supuesta academia de fútbol americano que estaba afiliada a una supuesta escuela secundaria. Parecía que las intenciones eran plausibles: recibía menores de edad de los estratos sociales más bajos para que pudieran cumplir con un programa universitario y así salir de la pobreza mediante el deporte. ¿Demasiado bonito para ser realidad? Pues sí.

El 29 de agosto de 2021, BS fue masacrada por una escuela real, la prestigiosa IMG Academy. El resultado fue apabullante: una diferencia de más de 50 puntos y ninguna anotación para BS. La transmisión de ESPN generó tal tipo de vergüenza que el partido se convirtió en tendencia nacional en las redes sociales, los mismos comentaristas se preguntaban  de dónde salió Roy Johnson y por qué este equipo no tenía siquiera un doctor que ayudara a los jugadores lesionados. Además se abrió una investigación judicial.

El bochorno televisivo aumentó cuando quien aparece para ayudar a un joven con una grave lesión en la rodilla es una de las madres que acompañaba la gira. En resumen: no tenían especialistas ni equipo médico para socorrer a los muchachos que caían como soldados en una emboscada. Es más, tampoco contaban con bebidas ni comida. De los hoteles los sacaban porque no pagaban la estadía y peor aún, las facturas posteriormente formaron parte de una demanda que incluían a los propios jugadores.

El párrafo anterior podría dar pie a una película de Adam Sandler (The Waterboy, Hustle), un actor y director de comedias que ama los deportes. Y el relato no pasaría de ser una breve mancha en la historia de estafas americanas si no escucháramos el impacto de esto en otras personas. Cuando el documental de los ganadores del Oscar por Dos completos desconocidos, Travon Free y Martin Desmond Roe, se centra en las consecuencias de este bochorno para los jóvenes deportistas, quienes realmente creían que podían hacer una carrera en la NFL, entendemos el peligro de que personajes como Roy Johnson sigan pululando por allí.

El peligro de los estafadores

Porque sí, Johnson, un fanático de la serie ochentera El Equipo A (se ve a sí mismo como la encarnación del personaje de George Peppard), sigue libre. A pesar de que le debe miles de dólares al Estado; a pesar de que el mundo entero sabe que es un fraude y perjudicó la vida de inocentes menores de edad, no está en la cárcel. No solo eso, se jacta de ello frente a la cámara.

Sin embargo, frente al comportamiento altanero de este entrenador de pacotilla, aparecen otras voces como la del periodista Andrew King y el investigador de la Asociación Atlética de Escuelas Secundarias de Ohio, Ben Ferree, primero en intentar denunciar el accionar de Johnson, que funcionan como contraparte. Ellos resumen la vigilancia que debe tener la sociedad ante estos «salvadores».

Una de las partes más memorables de BS sucede cuando uno de los entrevistados asegura que Johnson «no es la enfermedad», sino un «síntoma». Y que todo lo que rodea al caso no es más que un ejemplo de cómo la industria deportiva se aprovecha de las personas negras para conseguir dinero. De hecho, se explica que en el fondo, muchas instituciones educativas son creadas simplemente para recibir a los talentos deportivos y explotarlos, sin importar realmente el rendimiento escolar de los atletas.

En definitiva, BS es un extraordinario documental que ilumina a aquellos que no somos muy amantes del fútbol americano, sobre algunas prácticas cuestionables del deporte formativo y a la vez nos pone en alerta sobre estos personajes que dicen representar el sueño americano. 

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