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Batalla entre el Santander y el fondo Silverback por un crédito de 1.000 millones

El banco ofrece el abono del principal y los intereses en febrero por adelantado, pero el grupo irlandés exige una prima para cancelar la financiación

Batalla entre el Santander y el fondo Silverback por un crédito de 1.000 millones

Una oficina del Santander. | Europa Press

El Santander y el fondo irlandés Silverback han iniciado una batalla por el repago de un crédito de algo más de 1.000 millones de euros de la filial del banco Uro Properties, compañía que como estaba previsto iba a incumplir a finales de diciembre el régimen de socimis. La entidad cántabra y el acreedor de la financiación no se ponen de acuerdo sobre la condiciones del abono por adelantado del préstamo este febrero y su amortización completa. Desde hace meses, tal y como publicó este periódico, el Santander venía preparándose para cancelar dicho contrato el próximo mes.

El banco, tras cumplirse el plazo otorgado por la legislación para poder subsanar los problemas de URO Properties (dueña de más de 600 sucursales de la propio grupo cántabro) ha comunicado a Siverback y a BNP Paribas, agente de garantías del préstamo que asciende a 1.185 millones, para anticipar el reembolso del importe nominal y los intereses para el próximo 21 de febrero, cuando está fijada por calendario la siguiente cuota. Sin embargo, el fondo acreedor, según ha informado BNP al Santander, no está de acuerdo con los términos y ha exigido una prima (comisión que estipula la operación sellada en 2015) para levantar las garantías establecidas en el contrato y poder, por tanto, dar por terminado el contrato.

El banco cántabro confía en poder cambiar la opinión de Silverback para zanjar relación contractual, aunque, en caso contrario, se verá obligado a buscar soluciones alternativas que más intereses a la socimi. Fuentes de la entidad no aclaran a THE OBJECTIVE cuáles serían estas opciones.

Adiós, beneficios fiscales

El dinero del préstamo está asegurado, ya que el Santander se ha comprometido a otorgar los fondos necesarios para afrontar este desembolso, después de que en los últimos meses haya venido analizando la situación de URO y haya visto complicada la reparación de los criterios para mantener la sociedad como socimi. El banco y la filial han determinado finalmente que no existe ninguna alternativa viable a su alcance, por lo que la firma ha pasado al estatus general y ha dejado de beneficiarse de la baja fiscalidad de las socimis. De esta manera, también ha abandonado el mercado alternativo (MAB) donde sus acciones cotizaban.

Para seguir siendo socimi, Uro tendría que haber diversificado sus fuentes de ingresos por rentas. La normativa especial indica que podrán acogerse al régimen especifico aquellas sociedades cuyos alquileres de inmuebles provengan de terceros a sus accionistas en más de un 80%. Hay que tener en cuenta que el banco controla casi el 100% del capital tras haber adquirido en septiembre de 2020 casi el 85% de las acciones al fondo Ziloti Holding y que más del 99% de los ingresos de arrendamiento proceden del banco.

El crédito con Siverback recogía una cláusula por la que el fondo podía exigir el pago por adelantado de la financiación si la inmobiliaria perdía su estatus jurídico, algo que ha sucedido ahora. Ya hace medio año, BNP había comunicado a la entidad que se reservaba el derecho de activar la amortización anticipada en cualquier momento. El contrato del préstamo, que en su día alcanzó los 1.345 millones, estaba compuesto por dos tramos. Uno de 868 millones, con vencimiento a 2037, cuya amortización se iniciaba desde el primer momento. El segundo, por valor de 477 millones, que debía liquidarse en 2039 y que fijaba un periodo de carencia hasta mayo de 2025.

Ahorro de costes

El Santander decidió adquirir la firma propietaria de una parte de su red de sucursales con el objetivo de optimizar costes, ya que entre otros factores, la normativa de capital penaliza tener inmuebles en renta. Además, entonces estaba ultimando los planes para acordar el cierre de un millar de oficinas en el marco de su ERE para 3.500 trabajadores. Con estas agencias clausuradas, el banco ha lanzado una compañía para arrendar los locales.

Debido a la pérdida del régimen de socimis, Uno tendrá que devolver impuestos al estado por importe de 14 millones de euros. Esta cantidad ya estaba provisionada en las cuentas de la compañía de cierre del primer semestre de 2021, ante la probabilidad de no poder subsanar su problemas en el tiempo determinado.

Uro fue una de las primeras firmas que empezó a cotizar el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). Lo hizo con una cartera de más de 1.100 millones de oficinas del Santander, fruto del acuerdo alcanzado por la entidad en 2007, cuando se desprendió de todos locales pero se mantuvo como inquilino. En los últimos ejercicios el banco ha ido reduciendo la cartera y en la actualidad se sitúa en 642 inmuebles comerciales del banco cántabro.

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