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Economía

Los bancos cambian las hipotecas variables a fijas con una rebaja en el tipo de interés del 35%

Los clientes que han conseguido pactar con las entidades la modificación de la tasa han logrado un abaratamiento del precio del 2,8 al 1,8% en los últimos meses

Los bancos cambian las hipotecas variables a fijas con una rebaja en el tipo de interés del 35%

Cambiar una hipoteca variable a fija abarata el interés | Pixabay

Cambiar las hipotecas variables por fijas se ha convertido en la fórmula para rebajar el tipo de interés aplicado y esquivar la remontada espectacular del euribor de los últimos meses. Los bancos están recibiendo una avalancha de peticiones por parte de los clientes, que quieren limitar las cuotas que pagan mensualmente, y en las que han aceptado están reduciendo en un 35% la tasa aplicada.

De acuerdo con los datos del INE recabados por THE OBJECTIVE, en las hipotecas que han pasado a un coste inamovible el interés ha bajado del entorno del 2,8% al 1,8%. Un disminución que es sustancial en estos momentos en los que el euribor ha escalado hasta el 1,25% en agosto y en el que se avecina una posible recesión económica derivada de la elevada inflación.

El nuevo contexto ha precipitado una oleada de renegociaciones para modificar el tipo aplicado, lo que se está traduciendo en que el cambio de variable a fija se haya disparado un 60%. Los bancos ya temían en abril que este fenómeno en el segmento de las hipotecas se fuera a producir, ya que la intención es protegerse al subidón del euribor.

Los bancos, con el fin de no perder clientes y negocio, están pactando estas nuevas condiciones, y evitar que los afectados trasladen su hipoteca a otra entidad a través de una subrogación. Una práctica que durante la pandemia había crecido exponencialmente.

Cambios en hipotecas solventes y rentables

Por lo general, según fuentes financieras, el cambio de variables a fijas se están produciendo en hipotecas que fueron constituidas hace tres o cuatro años e, incluso más, y en la que sus titulares han cumplido con sus obligaciones de pago en todo momento. Es decir, que por norma solo se están concediendo a clientes solventes y rentables para los bancos.

Hay que tener en cuenta que los hipotecados a tasas variables tendrán que asumir costes cada vez mayores. En los contratos que se actualicen en octubre, el alza de la cuota será de unos 120 euros al mes (1.400 euros al año) en un momento en el que hay una pérdida de poder adquisitivo de la familias como consecuencia del aumento del IPC hasta el doble dígito.

Al cambiar las hipotecas vinculadas al euribor a fijas el ahorro que se puede conseguir asciende a unos 30.000 euros, aunque hay que tener en cuenta que puede conllevar gastos aparejados, por lo que es imprescindible analizar pormenorizadamente todas las condiciones para llevar cabo la renegociación.

Por ahora, los bancos están siendo flexibles en ejecutar esta práctica, pero los expertos apuntan a que en los próximos meses la actitud de las entidades cambiará y los tipos que ofrecerán serán muy superiores. El sector financiero está adaptando toda su política comercial de las hipotecas.

Por un lado, están potenciando la venta de nuevos créditos a intereses variables, en contra de lo que venían haciendo en los últimos años. Por otro, están elevando los precios de las fijas e, incluso, algunas abandonando este producto para beneficiarse de la subida del euribor. Y, aunque están bajando los diferenciales de las hipotecas variables, todos estos factores han llevado a que el precio de las nuevas contrataciones se haya encarecido ya un 27%. Un aumento que continuará al menos hasta mediados de 2023.

La evolución dependerá en buena medida de las consecuencias de la crisis de los precios y de la determinación con la que el BCE intente controlar la inflación. Los analistas atisban a que en la reunión que celebrará el organismo monetario dentro de unos días elevará los tipos oficiales en 75 puntos, frente a las previsiones iniciales de un alza de 50 puntos. Con ello, la tasa se situará en el 1,25%.

Los bancos, gracias al empuje de los intereses, percibirán en dos años unos 7.500 millones extra. Entre el 70 y el 75% de la cartera de hipotecas de las entidades está vinculada al euribor. Un dinero, eso sí, que será drenado a prácticamente la mitad por el impuesto que pretende imponer el Gobierno por esta facturación adicional. El Ejecutivo pretende que el Estado recaude unos 3.000 millones con este gravamen.

El sector pelea para que al menos este impuesto baje en su intensidad, aunque el objetivo principal es que sea considerado inconstitucional al ser discriminatorio. Entre los objetivos es que, como mínimo, sea exigido al conjunto de bancos y no solo a los de mayor tamaño, ya que hay entidades con fuerte peso en el segmento de las hipotecas que, según el proyecto, estarían exentas de abonarlo. Uno de ellos es ING.

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