BBVA eleva el 50% su plan de financiación verde en ocho años, hasta 300.000 millones

BBVA da un paso al frente y eleva de nuevo su plan de financiación sostenible, la mayor parte destinada a proyectos verdes o respetuosos con el medio ambiente. La entidad ha incrementado en un 50% el volumen de recursos que destinará a este tipo de actividades, hasta los 300.000 millones de euros entre 2018-2025.

La decisión de redoblar los esfuerzos en este campo ha sido anunciada este miércoles por su presidente, Carlos Torres, durante su participación en un foro organizado por IFF en Estados Unidos. Con esta cantidad de fondos BBVA se coloca como uno de los bancos europeos a la cabeza en la ambición de movilización sostenible en relación a los activos totales y ejemplifica su compromiso por la inclusión social y la descarbonización del planeta. Dos ejes que son una prioridad en su hoja de ruta estratégica.

Otras entidades también están dando pasos en el mismo sentido no solo a través de la financiación, sino a través de la inversión directa. En este sentido, tal y como adelantó THE OBJECTIVE, el Santander lanzó a principios de este año una filial para impulsar las de energias renovables.

Segunda ampliación del plan de BBVA

BBVA ya amplió su programa sostenible en una ocasión ante la demanda por parte de sus clientes. Fue en julio de 2020 cuando duplicó la cifra inicial hasta los 200.000 millones. Ahora, vuelve a hacerlo después de que en desde 2018 haya concedido a través de distintos productos la cuantía planteada en su momento para el conjunto del periodo. Hasta junio de este año, el grupo ha movilizado ya 112.000 millones.

Según sus propios datos, el 77% del dinero lo destinó a la acción climática y el 23% restante a crecimiento inclusivo. Por segmentos, la financiación procede mayoritariamente de operaciones de banca de inversión y corporativa para grandes clientes (‘Corporate and Investment Banking’), con un 65%; seguida de empresas, con un 18%; y préstamos a usuarios particulares, con un 17%.

Torres, en su comparecencia, ha destacado la necesidad de que se redoblen los esfuerzos en favor de las energías limpias y contra el cambio climático y la desigualdad. En su intervención, el presidente de BBVA también ha abordado los retos a los que se enfrenta la economía mundial en una coyuntura de elevada inflación y crisis energética combinado con subidas de tipos de interés por parte de los organismos monetarios.

Con este paso adelante BBVA contribuye un poco más en la descarbonización del planeta. Este proceso requiere importantes inversiones en el futuro próximo para conseguir los objetivos, principalmente en sectores como el transporte, la aviación y algunas actividades energéticas. Algunas estimaciones fijan en más del 8% del PIB mundial cada año hasta 2050 de manera sostenida.

El plan verde de BBVA cuenta con otros puntos, en los que en los últimos tiempos ha puesto en marcha. Por un lado, la entidad se ha comprometido a ser neutra en emisiones de carbono en 2050, no sólo en las suyas por su negocio sino también en las de los clientes. Desde 2020, la actividad del es completamente limpia con el medio ambiente.

Por otro lado, recientemente ha anunciado el objetivo de la descarbonización en la financiación que concede al sector del petróleo y gas, con un compromiso de reducción de un 30% de las emisiones de los clientes en este sector de aquí a 2030. BBVA, con ello, continuará apoyando con bonos o créditos sostenibles a energías renovables a estas empresas con el fin de ayudarlas en su transición.

Como tercer punto, la entidad ya fijó en noviembre de 2021 la intención de descarbonizar de manera intermedia su cartera en cuatro industrias intensivas en emisiones de CO2. Concretamente, reducirá entre 2020 y 2030 la intensidad de carbono en los créditos para la generación eléctrica en un 52%; para la fabricación de automóviles, en un 46%; para la producción de acero, en un 23%; y para el cemento, en un 17%.

Por último, en marzo de 2021 BBVA se comprometió a dejar de financiar actividades relacionadas con el carbón en las economías desarrolladas en 2030 y en las emergentes en 2040. Todos estos sectores -junto al petróleo y gas- son los más intensivos en emisiones y en su totalidad suponen el 80% de las emisiones de CO2 en el mundo.