La conexión entre criptomonedas y 'gaming'

Según varios movimientos recientes, los principales desarrolladores de videojuegos están comenzando a integrar distintos componentes de blockchain y criptomonedas en sus productos. Esto permite proporcionar una mejor experiencia en algunos aspectos del propio diseño de los juegos, como aportar una capa transaccional o facilitar la comunicación entre plataformas. De este modo, se crean nuevas economías en el ecosistema de cada juego donde los usuarios pueden ganar e intercambiar elementos tanto dentro del propio juego como exportándolos a otros entornos, o incluso disfrutar de incentivos monetarios multiplataforma que pueden moverse entre perfiles y billeteras.

Actualmente la industria de los videojuegos ya mueve en España más que el cine y la música juntos, con unos ingresos cercanos a los 2.000 millones de euros. A nivel internacional, la cifra se dispara hasta los 321.000 millones de dólares previstos para 2026, uniendo los juegos de videoconsola, móvil y ordenador, con una estimación de nada menos que 2.700 millones de jugadores activos de todos los perfiles y edades. El gaming es un entorno en constante evolución, donde tanto jugadores como desarrolladores interactúan en un campo tremendamente competitivo e innovador.

Este entretenimiento audiovisual se apoya en espacios de realidad virtual, lo cual ofrece evidentes similitudes con el sector de las criptomonedas en el que se utiliza dinero digitalizado y activos virtuales. De este modo, los jugadores suelen estar acostumbrados a comprar avatares, armas, vehículos, modificaciones y otras mejoras del juego utilizando sus propias divisas tokenizadas, incluidas las criptomonedas. El valor otorgado a este tipo de dinero digital por parte de los jugadores es tal, que incluso jóvenes asiduos a plataformas como Roblox prefieren percibir una paga por parte de sus padres en la moneda nativa de la plataforma, Robux, que dinero de curso legal. De este modo, tienen una divisa puramente digital para ser utilizada de forma natural en su entorno de socialización y ocio. 

Ante la predisposición de los jugadores por adquirir activos digitalizados, y gracias a las posibilidades que ofrece la tecnología blockchain para ejecutar este tipo de transacciones, los grandes desarrolladores de videojuegos han visto potencial incorporándolo a varios de sus títulos. Esto se materializa desde la creación de tokens propios para ser utilizados como divisa interna de la plataforma, hasta convirtiendo en NFTs elementos únicos del juego que pueden intercambiarse tanto dentro del juego, como exportándose a mercados secundarios externos pudiendo obtener un beneficio económico en monedas ajenas al juego, como euros. Compañías líderes como Ubisoft, EA o Epic Games van en esta dirección, y de hecho un estudio realizado a finales de 2021 reveló que el 58% de desarrolladores de videojuegos estaba explorando la utilización del blockchain para incorporar NFTs y otros activos criptográficos en sus juegos. Si bien es cierto que el mercado alcista de las criptomonedas y los NFTs durante el pasado año empujó parte de ese entusiasmo, y que todavía queda por ver la incorporación definitiva más allá de varios proyectos piloto, parece evidente que la utilización de activos criptográficos en todo tipo de videojuegos, desde móvil a consola, va más allá de la mera tendencia.

Potencialmente, cualquier juego con una economía propia otorgará y negociará sus monedas y activos endémicos, los cuales, a diferencia de meros puntos conseguidos a lo largo de una partida, serán monedas intercambiables y vendibles por dinero real en un mercado líquido. Más allá de los propios juegos en desarrollo, incluso existen proyectos procurando construir una infraestructura tecnológica transversal para facilitar que potencialmente cualquier juego basado en blockchain sea interoperable. De hecho, la empresa Oasys Games está trabajando en hacer esto posible, y tras el proyecto están algunas de las marcas más importantes en desarrollo de videojuegos del mundo como Sega, Bandai Namco o Ubisoft.

El vínculo entre las criptomonedas y el ‘gaming’

Que existe una conexión entre los activos criptográficos y los videojuegos resulta más que evidente. De hecho, el origen de Ethereum, segundo proyecto en capitalización de mercado, fue creado por Vitalik Buterin en 2014 a raíz de una experiencia personal relacionada con el gaming. Como aficionado a los videojuegos y experto jugador del popular título World of Warcraft, Buterin sufrió en sus carnes cómo los desarrolladores del juego eliminaban uno de sus personajes favoritos, lo que lo llevó a cuestionarse el peligro que suponen los sistemas centralizados y su capacidad de veto. Este acontecimiento, unido a su experiencia como programador y un extenso conocimiento sobre Bitcoin, lo llevaron a imaginar un sistema donde todas las piezas cobraran sentido; un gran ordenador descentralizado que utilizara los principios de la tecnología blockchain, pero para construir todo tipo de soluciones, aplicaciones y programas sin censura.

Como consecuencia de aquella visión, actualmente existen numerosos juegos con elementos integrados en Ethereum y otras blockchains. Este carácter descentralizado con el que están desarrollados los juegos, gracias a la arquitectura que aporta la tecnología blockchain, les impide ser modificados sin el previo consenso de la comunidad. En este caso, la votación por parte de los usuarios viene determinada por su posesión de cierta cantidad de tokens emitidos por el proyecto, y regula el futuro devenir de los juegos como ejemplo de aplicación descentralizada.

Siguiendo este principio, también existen juegos desarrollados en metaversos abiertos, como Battle Racers o Chainbreakers lanzados sobre Decentraland. Si bien es cierto que como productos de entretenimiento este tipo de juegos todavía son algo limitados, son un buen ejemplo de cómo se puede realizar un desarrollo buscando ese carácter altamente descentralizado y distribuido en servidores por todo el mundo. Si uno de estos servidores cierra o es eliminado, los jugadores pueden conectarse al juego usando otro, convirtiendo a estas plataformas en un sistema de entretenimiento abierto, democrático, colaborativo y resistente a la censura. 

El futuro de la industria 

A medida que la tecnología blockchain evoluciona y la industria del gaming sigue innovando, van dibujándose nuevos acercamientos entre ambos entornos. El tanteo de los grandes desarrolladores de videojuegos por adoptar activos criptográficos y economías monetizadas es cada vez más frecuente, definiendo así nuevas formas de monetización tanto para las propias empresas como para los usuarios. Por su parte, diversos entornos nativamente descentralizados y propios del entorno cripto, como los metaversos de Decentraland o The Sandbox, están incorporando dinámicas de juego para entretener y atraer a un número de usuarios todavía residual. Esta concepción nativa de la tecnología blockchain y las criptomonedas en el desarrollo de videojuegos incluso ha dado pie a formatos play-to-earn como Axie Infinity, que abrieron la veda de forma mediática y masiva al concepto de jugar para generar criptomonedas. En este mundo virtual, los jugadores compran personajes, los utilizan para interactuar en batallas con otros jugadores pudiendo subierlos de nivel y valor, y con ello venderlos a un precio más alto para obtener ganancias. 

Superada una fase de euforia inicial, todavía estamos en una etapa temprana de exploración mediante la utilización de tecnologías en desarrollo, proyectos piloto intermitentes, y como telón de fondo, un mercado de activos criptográficos altamente volátil. Aún así, parece que la tecnología blockchain y sus activos endémicos, las criptomonedas, tokens y NFTs, ofrecerán una nueva vuelta de tuerca a la forma de entender, participar, disfrutar, consumir y monetizar la gigantesca industria del gaming.