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El BCE temía por la liquidez de algunos bancos europeos 10 días antes de la caída del SVB

Admite ahora que determinadas entidades ya estaban en riesgo antes de que se desatara la tormenta y que les «iba a pillar desprevenidas» una crisis

El BCE temía por la liquidez de algunos bancos europeos 10 días antes de la caída del SVB

El presidente del Comité de Supervisión del BCE, Andrea Enria. | Europa Press

El BCE ya veía venir la tormenta desatada y temía lo peor para algunos bancos europeos. Lo que desconocía era la chispa que iba a encender las alarmas y si ésta se iba a producir en el Viejo Continente o en otras latitudes. Tan solo días antes -en concreto 10- de la caída de Silicon Valley Bank (SVB) el presidente del Consejo de Supervisión del organismo, Andrea Enria, advertía en una entrevista interna para la elaboración del informe de actividades de este ente, que se ha publicado esta semana, de que se avecinaban problemas de liquidez y de financiación para determinados bancos de la zona comunitaria.

Es más, Enria consideraba de manera tajante que «existe el riesgo de que la situación pille desprevenidos a los bancos», según el documento. Fuentes financieras resaltan a THE OBJECTIVE que estas palabras son contrarias a los mensajes de calma y tranquilidad que en las últimas dos semanas está transmitiendo el BCE para apaciguar los temores de los inversores ante los fantasmas de un nuevo crash financiero, desatado por la quiebra de la entidad norteamericana y la posterior crisis vivida por Credit Suisse, que ha tenido que ser adquirido por UBS.

Sin embargo, las declaraciones de Enria -hechas el 28 de febrero- van en línea con la confesión del vicepresidente de la institución monetaria, Luis de Guindos, a los ministros de Finanzas de la UE el pasado 14 de marzo, cuando les avisó de que hay bancos vulnerables en la zona comunitaria. Esta advertencia también es posterior a la intervención del SVB.

Enria deja claro en la entrevista publicada ahora que la subida de los tipos llevada a cabo en la zona euro está poniendo en peligro a determinadas entidades, sobre todo a aquellas que han abusado de la política de dinero barato, adquiriendo carteras de deuda pública para engordar su rentabilidad. Se trata de una estrategia que, a su juicio, «ha sido adaptada por algunos bancos para aprovecharse del apoyo extraordinario» del precio oficial del dinero bajo cero, pero que en la actualidad «se ha quedado obsoleta y se pone en entredicho por simplista» como consecuencia de los abruptos incrementos de las tasas de interés.

El BCE reclama al sector mayor atención a la gestión del dinero

Ante el riesgo que ello supone, que llevaría a problemas a los bancos con mayores dificultades, el presidente del Consejo de Supervisión del BCE reclama a las entidades que «centren más atención en los riesgos de liquidez y de financiación» y que se «adapten rápidamente» al nuevo entorno.

En caso de una salida de depósitos masiva, que es lo que le ocurrió a Silicon Valley, los bancos tendrían que desprenderse de activos, entre ellos la deuda pública con fuertes pérdidas por el alza de los tipos, lo que les lleva a una situación límite de solvencia. Si los problemas se prolongan y no se detienen, se pone en peligro la supervivencia. En España, el sector acumula minusvalía en los bonos estatales de unos 5.000 millones de euros.

La caída del SVB, el 10 de marzo, puso en alerta a los inversores, que comenzaron a castigar con fuerza a los bancos y desataron una auténtica tormenta, que se ha llevado por delante además del estadounidense Signature Bank al helvético Credit Suisse. Éste ya presentaba serios problemas por escándalos del pasado y en España, por ejemplo, había sufrido una retirada del 87% de los depósitos de sus clientes en 2022. A nivel global, esta fuga de dinero era del 40%.

Tras este vendaval, que ha removido los cimientos bancarios, los organismos reguladores han tenido que adoptar medidas y en el caso del BCE, por ejemplo, se ha prometido una actuación sin complejos para contener problemas de liquidez en los bancos si estos se produjeran.

Además, el organismo que preside Christine Lagarde ha dejado en el aire cualquier nueva subida de los tipos, con el fin de no tensionar más a los bancos, pero ha señalado que este parón dependerá de la evolución de la inflación. Una inflación que, según sus previsiones, no bajará hasta el objetivo del 2% hasta 2025. Por tanto, no está nada claro si elevará en las próximas reuniones el precio oficial del dinero de nuevo pese a la crisis financiera, ya que para la institución monetaria «es innegociable la inflación».

El BCE ya aumentó hasta el 3,5% los tipos de interés el pasado jueves 16 de marzo, cuando Credit Suisse se estaba tambaleando y cuando el mercado estaba empezando a descontar un posible mantenimiento de los mismos para templar los ánimos de los inversores, que estaban penalizando con intensidad a los bancos en Bolsa.

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