Las bases de Podemos dan la espalda a su candidato y ven el 13-F como un «Vietnam»
Los morados muestran preocupación por la combinación con las autonómicas en Andalucía en un ciclo electoral clave para la negociación con Yolanda Díaz
Europa Press
Las bases de Podemos «están que trinan». Así de claro explican fuentes del partido morado en conversación con THE OBJECTIVE la situación que se vive entre los militantes de la formación morada durante una campaña electoral que para muchos puede representar un «Vietnam», es decir, una situación de dificultad en la que los afiliados y simpatizantes del partido creen que se está faltando el respeto a su trabajo y cercanía.
El hecho de que Podemos eligiera a Pablo Fernández como cabeza de lista, y que además cambiara su plaza de León a Valladolid, ha aumentado un malestar que viene de lejos. «Nunca se había visto un leonés presentarse por Valladolid», explican para interpretar esta decisión como el «enésimo ninguneo» de la dirección estatal a las agrupaciones locales. «Es histórica la diferencia entre León y Castilla», añaden.
El hecho de que Fernández sea un amigo personal de Pablo Iglesias no es una explicación suficiente para algunos cuadros del partido, que recuerdan cómo Valladolid también sirvió para «colocar» a un soriano, Juanma del Olmo, en las generales de 2019. Del Olmo finalmente tampoco logró el escaño, y acabó reciclándose como miembro del equipo del exvicepresidente Iglesias. Mientras que la primera plaza de la lista se entregó a Equo.
Interés de Enrique Santiago en el 13-F
En el partido morado sostienen que la cúpula morada nunca ha tenido demasiado aprecio a Pablo Fernández. Pero el entorno de Iglesias le agradeció su fidelidad durante el pulso de los barones críticos tras la escisión de Íñigo Errejón. Entonces, Fernández, que antes había coqueteado con Carolina Bescansa, ganó enteros en las altas esferas del partido. Después del nombramiento de Ione Belarra a la secretaria general, Fernández obtuvo el cargo de coportavoz con Isa Serra.
Mientras la cúpula de Podemos colocó a su hombre de confianza en Valladolid, la cabecera de Burgos se entregó al líder de Izquierda Unida en la región, Juan Gascón. Al igual de Valladolid, Burgos es otra de las circunscripciones donde Unidas Podemos puede aspirar a tener un representante, pero el hecho de que la dirección nacional eligiera a un miembro de IU ha generado malestar entre los militantes locales.
Gascón tampoco tiene demasiado arraigo territorial, explican desde Podemos de Castilla y León. Según estas fuentes, el político de IU «vive en Palencia», y es un hombre de confianza de Enrique Santiago, el líder del PCE que aspira a controlar la formación alejando al ministro Alberto Garzón. De ahí que las fuentes consultadas confirmen que el partido tiene un proyecto para «cargar el muerto» a Garzón en el caso de un fracaso electoral, tal y como desveló este diario, alimentando la tensión interna en el Consejo de Ministros para que, si también el PSOE sufre un batacazo, Sánchez pida a Yolanda Díaz la cabeza del responsable de Consumo.
Se desploma la participación
En definitiva, las bases de Podemos no están satisfechas con la decisión de la cúpula. Algunos ya aseguran que «no harán campaña» para el partido morado. Recuerdan que participaron en las primarias de Podemos alrededor de 800 personas. El resultado se cerró con 740 «puntos» para Fernández, que era el único que se presentó al proceso participativo (verificado por la empresa nVotes). En 2019, los votos registrados fueron 2.113. «En una comunidad que tiene alrededor de dos millones de habitantes es un proyecto inexistente», zanjan. La participación interna en las votaciones locales se ha desplomado en un 74% en cinco años, agregan miembros del partido conocedores de los datos del partido.
Fernández pudo entrar en el Congreso de los Diputados en León hace dos años gracias a un puñado de votos tras un recuento exprés de las papeletas. Ahora, sin embargo, los morados confían en sacar como mucho dos diputados autonómicos: uno por Burgos y otros por Valladolid. Si bien fuentes de Podemos en la capital temen que el partido pueda quedar con tan solo un representante.
«Traspaso de negocio»
Esta votación es importante para Podemos porque se sumaría al fracaso experimentado en Madrid el pasado mes de mayo. Y porque puede convertirse en la antesala de otro tormento proceso electoral si el presidente de Andalucía adelanta los comicios para antes del verano. Sea como fuere, en Podemos asisten con cierto asombro a cómo la cúpula nacional está «traspasando el negocio» al sector de Enrique Santiago, para afianzar una fusión con Izquierda Unida que sirva a los reduces de Podemos para seguir en la primera línea de la política, aprovechando las estructuras y militancia de IU.
Según las fuentes consultadas Santiago ha logrado que Yolanda Díaz tenga una presencia simbólica en la región. El pasado sábado, Díaz evitó acudir a la presentación de la candidatura en Valladolid. Toda una declaración de intenciones para una política que aspira a crear una plataforma personal que supere a los partidos y canibalice de facto el espacio de Unidas Podemos.
Es por ello que las bases de Podemos advierten sobre el peligro de un batacazo en Castilla y León. Si Podemos ratifica su hundimiento, será más difícil exigir a Díaz una presencia activa en el sanedrín que acompañe a la política gallega en la construcción de su plataforma. Si, en cambio, Podemos se hunde y Díaz logra mantenerse al margen, los estrategas de la ministra de Trabajo creen que le será más fácil hacer un borrón y cuenta nueva en el espacio de la izquierda alternativa al PSOE. Los dirigentes morados lo saben y de momento avisan: «Tenemos ocho años y vamos a por más».
