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Sánchez asume que Yolanda Díaz recompondrá su crédito perdido acelerando la subida del SMI

La Moncloa constata su fracaso pero no hace sangre y bendice su intención de precipitar las negociaciones con los agentes sociales.

Sánchez asume que Yolanda Díaz recompondrá su crédito perdido acelerando la subida del SMI

En el Gobierno presumen, pero no hacen sangre: «Yolanda queda tocada y Pedro Sánchez fortalecido». Que la vicepresidenta segunda «ha fracasado» en su empeño por sumar a ERC y PNV a la reforma laboral cuando no había agua en la piscina es un hecho; y que «su mayor error fue despreciar los votos de Ciudadanos», también. Pero, a diferencia de lo ocurrido hace meses cuando se inició la «guerra» -en sus propias palabras- de la reforma laboral con Nadia Calviño, esta vez no se airearon las discrepancias y se guardaron las formas.

La discreción fue total. Y por ello el presidente fue magnánimo y no la dejó sola en su fracaso. Allí estaba Pedro Sánchez el jueves a las 9:00 horas acompañando a su entrada al pleno número tres en el Consejo de Ministros, en señal de apoyo a quien más pelos se deja en la gatera y quien se lamentaba en la tribuna porque «no lo he conseguido». Un acompañamiento con cierta distancia, ya que Sánchez le dejó todo el foco parlamentario evitando intervenir al cierre del debate, haciendo uso del turno de cierre, como hace con los grandes proyectos legislativos e hizo con los Presupuestos y las pensiones.

«Díaz quiere recuperar el crédito perdido»

«Ella quiso hacer suya la victoria y ahora es suyo también el fracaso», explican fuentes de Moncloa que ‘perdonan’ a la ministra de sus intentos por capitalizar una de las grandes reformas de la legislatura. Y esta condescendencia les lleva a concederle la siguiente medalla: la subida del Salario Mínimo Interprofesional. En Moncloa asumen con normalidad que Díaz quiera precipitar esa nueva negociación para «recuperar el crédito perdido».

«Es normal», alegan en presidencia del Gobierno en relación a la reunión técnica que ha convocado la ministra de Trabajo para este lunes. En Moncloa no hicieron oídos sordos a la mención al SMI en el discurso de Díaz sobre la reforma laboral: «Se lo recuerdo, señor presidente del Gobierno, en 2015 el salario mínimo era de 648 euros al mes».

El presidente captó el mensaje: Díaz pretende acelerar los contactos con los agentes sociales aprovechando la aprobación de la reforma laboral y el cumplimiento de la promesa a empresarios y sindicatos de no tocar ‘ni una coma’ del texto pactado, aunque ésa no fuera precisamente su intención en la negociación con ERC.

Haciendo de la necesidad virtud la vicepresidenta segunda quiere reeditar el acuerdo tripartito y extenderlo a la subida del SMI que no contó con el apoyo de la patronal de empresarios CEOE en el último incremento de finales de 2021. Y hacerlo además con una subida de entre 24 y 40 euros al mes hasta lograr la cifra redonda de 1000 euros al mes.

Moncloa bendice la estrategia

Y en Moncloa bendicen su objetivo, primero porque es beneficioso para el Gobierno; y segundo porque se reforzaría el diálogo social mandando al tiempo un mensaje de estabilidad a Bruselas tras la esperpéntica votación parlamentaria en la que el Ejecutivo no perdió la votación de la tercera exigencia de la Comisión Europea (tras las pensiones y los Presupuestos), por un solo voto que además fue un error.

«El rechazo habría sido letal» tanto para el mercado laboral que ya estaba aplicando la reforma desde principios de año, como para la llegada de la siguiente partida de hasta 12.000 millones de euros de fondos europeos, que estaban vinculados a esta aprobación. Es ésta ultima lectura la que también explica en parte la condescendencia con Yolanda Díaz: ella quiso mantener el legado de Pablo Iglesias de enterrar la geometría variable y, pese a lo que pudiera parecer, puede que lo haya conseguido.

Las fuentes gubernamentales y socialistas consultadas explican que la esperpéntica votación del Congreso, sumado al otro fracaso de Félix Bolaños por la fragilidad de su pacto con UPN, ha apuntalado si cabe con más fuerza la alianza Frankenstein. «A ver quién se atreve ahora a hacer experimentos con gaseosa», deslizan estas fuentes, «ella dijo que los números con Ciudadanos no salían y todos estábamos preparados para desmentirla por la vía de los hechos cuando éstos le han dado la razón». En resumen, Díaz ha perdido la negociación, pero quizás haya ganado el relato.

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