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Castilla y León

Casado mantiene la presión sobre Sánchez, pero su nuevo socio tendrá que ser Abascal

El líder del PP ve «imparable» el cambio de ciclo político aunque se haya quedado lejos del gobierno en solitario en Castilla y León

Casado mantiene la presión sobre Sánchez, pero su nuevo socio tendrá que ser Abascal

Pablo Casado y Alfonso Fernández Mañueco. | Europa Press

Pablo Casado respira tranquilo. El Partido Popular ha vencido en las elecciones de Castilla y León al lograr 31 procuradores con el 31,5% de los votos. La candidatura de Alfonso Fernández Mañueco se ha quedado a diez de la mayoría absoluta que está en 41, así que necesitará el apoyo de los 13 parlamentarios de Vox si quiere gobernar con tranquilidad la legislatura que sale del 13-F.

El PP proclamó su victoria por estrecho margen sobre el PSOE –apenas por 18.000 papeletas y menos de dos puntos porcentuales de diferencia-. Solo venció en cuatro de las nueve provincias -Zamora, Salamanca, Ávila y Segovia-, pero mantiene la presión sobre Pedro Sánchez con la vista en las futuras elecciones generales que convoque el presidente del Gobierno. Eso sí, tendrá que aprender a pactar con un nuevo socio de gobierno, la formación de Santiago Abascal.

Casado no se dio por aludido ante esa posibilidad y se centró en el hecho de que su partido haya ganado las elecciones en Castilla y León, pese a que registró 55.000 votos menos que en 2019. «El cambio de ciclo en España es imparable», subrayó en las redes en lo que fue su única declaración pública en la noche electoral.

Mientras, Mañueco se felicitó por el hecho de que los ciudadanos de su comunidad autónoma le hayan dado la posibilidad de volver a gobernar. «El mandato de las personas es claro, gobierno del Partido Popular, gobierno del Partido Popular con diálogo y acuerdo, y así voy a actuar», dijo desde su feudo de Salamanca, la provincia en la que su partido venció con mayor holgura.

Los populares tienen una alternativa que consistiría en negociar con algunas de las pujantes formaciones provinciales para acercarse a ese umbral de la mayoría absoluta, en especial Soria ¡Ya! y Por Ávila, a los que no les mueven razones ideológicas y que necesitan ser influyentes como Teruel Existe para fidelizar a su electorado.

En esa compleja ecuación, el PP llegaría a los 35 procuradores -38 si lograse convencer a Unión del Pueblo Leonés (UPL), que defiende la secesión de Castilla y León para convertirse en región- y necesitaría únicamente el apoyo externo de Vox como hace Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid.

«Pretendo alcanzar acuerdos para formar un gobierno eficaz, estable, sin la amenaza constante y permanente de mociones de censura»

Alfonso Fernández Mañueco

El propio Mañueco dejó abierta esa posibilidad al anunciar su intención de «iniciar un diálogo con todas las fuerzas políticas que tienen representación en el arco parlamentario». Pero sería un camino más laborioso a la hora de transitar durante la legislatura ya que se requeriría pactar con tres o cuatro formaciones en cada votación. Y sus más allegados subrayan que Mañueco quiere huir de las negociaciones complejas tras el último año de minoría parlamentaria con Ciudadanos.

El candidato del PP subrayó que pretende alcanzar acuerdos «para formar un gobierno eficaz, estable, sin la amenaza constante y permanente de mociones de censura», como vivió en la última etapa de la legislatura con Ciudadanos de socio de gobierno. Aquella inestabilidad fue lo que le llevó, según sus palabras, a adelantar los comicios autonómicos.

Alfonso Fernández Mañueco en un mitin de la campaña electoral

Desde Génova cantaron «objetivo cumplido» en los primeros compases del escrutinio ya que el PP volvió a vencer en los comicios autonómicos tras el paréntesis de 2019. Hace dos años y medio se tuvo que conformar con 29 representantes y el mismo porcentaje de voto que ahora, quedándose lejos del PSOE de Luis Tudanca, que llegó a los 35 procuradores. Pero Mañueco logró pactar con Ciudadanos para llegar a la ansiada mayoría absoluta.

Ahora tendrá que cambiar de socio de gobierno para seguir de presidente autonómico con un «Gobierno fuerte» y alejado de las tensiones de la pasada legislatura. Santiago Abascal ya avisó que quiere a su candidato a la Presidencia de la Junta, Juan García-Gallardo, de vicepresidente.

Casado se queda lejos de su objetivo

El objetivo que se marcaron Pablo Casado y Mañueco el 20 de diciembre, cuando el barón castellano-leonés apretó el botón nuclear del adelanto electoral, era quedarse cerca de la mayoría absoluta y lograr más escaños que la suma de la izquierda y las formaciones de la España Vaciada, para así gobernar en solitario solo con el apoyo externo de Vox. Sin embargo, el PP se quedó lejos de esa ecuación.

En todo caso, el PP puede decir que ha vuelto a ganar unos comicios tras el 4-M madrileño y cumplir el vaticinio de su secretario general, Teodoro García-Egea, de ganar todos los comicios que convocasen los populares de aquí a las generales. «Los ciudadanos de Castilla y León han castigado a los dos partidos que fomentaron la moción de censura, Ciudadanos y PSOE», subrayaron desde la dirección nacional.

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