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No lo olviden, la Guardia Civil y la Policía Nacional derrotaron a ETA

Frente a la narrativa abertzale, asumida además por gran parte de la izquierda y por todos los independentistas, nadie ha tenido interés en defender la verdad

No lo olviden, la Guardia Civil y la Policía Nacional derrotaron a ETA

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. | Europa Press

La noticia de que el Gobierno ha frenado un homenaje conjunto a los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil que acabaron con ETA, publicada por el diario El Mundo, es otra de esas noticias veneno que tanto aparecen durante el mandato de Pedro Sánchez. Son las que primero parecen inverosímiles, y aun así revuelven las tripas. Luego los desmentidos lo emborronan todo y al final se acaban diluyendo en el saco de las decepciones.

Los hechos comienzan en julio del pasado año cuando desde el Sindicato Profesional de la Policía (SPP) se lanza la idea al resto de sindicatos policiales y agrupaciones del Instituto Armado para convocar un acto de homenaje a los hombres y mujeres de las fuerzas de seguridad que derrotaron a ETA. En diciembre todas contestan positivamente y se marca la fecha del 25 de abril, día en que está libre el WiZink Center de Madrid. Escriben en enero a la Casa Real que responde que está dispuesta a participar en el homenaje. Incluso en febrero pide un dossier sobre los posibles participantes en el acto. Todo indica que la convocatoria sale adelante. Sin embargo, días después, la Casa Real les escribe a los organizadores diciendo que Felipe VI no puede participar por problemas de agenda. Explican que no puede acudir nadie de la Casa Real sin un preceptivo informe del ministerio de Interior. Y se suspende.

La noticia la publica El Mundo hace unos días y desde Interior se reacciona diciendo que nunca habían recibido una petición oficial del acto por escrito. El revuelo y malestar en los convocantes crece porque todos creían que Interior sí lo sabía. Prueba de ello es que El Mundo publica un correo de febrero del SPP en el que se decía al resto de asociaciones: «Os adelantamos que, por las gestiones ya realizadas, tanto el Ministerio del Interior como la Dirección General de la Policía, en conversación con los máximos responsables, nos han mostrado su predisposición a colaborar en dicho acto». Y entre los potenciales invitados figuraba, según ese correo, el propio ministro del Interior.

Esta semana al conocerse los hechos, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, recogía el guante y se ofrecía a los organizadores para retomar la organización del homenaje. Algo que a Grande-Marlaska le debió encender todas las alarmas.

Inmediatamente después el presidente del SPP, Adolfo Medina, publicaba un tuit en el que suavizaba toda la historia al considerar que el error había sido de ellos por hacer la petición a Interior de forma oral y no de forma escrita. Un hilo en el que saltaba de puntillas por algunos hechos e intentaba salvar la cara de Grande-Marlaska.

Y tras el tuit entraba a saco El País, que publicaba que «Ayuso esgrime un bulo sobre un homenaje policial para desafiar de nuevo al Gobierno». En la información se insistía en que el boicot de Interior es inexistente. Destacaban que Medina reconocía que faltaba un requisito y que por eso no se hizo. Pero lo cierto es que el requisito que faltaba era el propio informe escrito del ministerio del Interior

Y en las informaciones de El Mundo se iba más allá y se apuntaba  que el giro de Grande-Marlaska se producía justamente en los días en los que estallaba el escándalo Pegasus que provocaron las fuertes críticas a Sánchez de sus socios independentistas. Ocurría también cuando se tenía que aprobar un importante paquete de medidas económicas para paliar los efectos de la guerra de Ucrania. El escándalo Pegasus provocó que ERC dijera que votaría en contra y votó en contra. Bildú, muy crítica también, sin embargo, apoyó al Gobierno. Al final, Sánchez sacó su paquete de medidas económicas. ¿Qué consiguió Bildú a cambio? Que se tenga constancia inmediata, su entrada junto al resto de independentistas en la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso. Porque Bildu es un aliado estratégico de Sánchez al que no quieren enfadar. 

Más allá de toda esta penosa historia, lo más triste e inexplicable es que ningún gobierno, ninguno, haya realizado algún tipo de homenaje y reconocimiento a nuestras fuerzas de seguridad en los doce años que han pasado desde el último atentado de ETA.

Porque fueron ellas las que lucharon contra ETA. Y los que ganaron. Cierto que no ganaron solos. Ayudaron mucho la colaboración internacional, especialmente de Francia; los pactos antiterroristas de todos los partidos democráticos y el rechazo unánime del pueblo español y de gran parte del pueblo vasco. Pero lo más fundamental fue el continuo desmantelamiento y detención de los comandos y sobre todo de las cúpulas de ETA. Una tras otra. Hasta que los terroristas y el mundo abertzale se dieron cuenta de su soledad y derrota. Desde entonces intentan disfrazar esa derrota como si hubiera sido una decisión propia y no por el total control de la banda que tenían ya las fuerzas de seguridad.

Frente a esa narrativa abertzale, asumida además por gran parte de la izquierda y por todos los independentistas, nadie ha tenido interés en defender la verdad de los hechos. Se ha creado una nueva narrativa en la que desaparecen muchas cosas.

Asesinatos sin resolver

Han pasado doce años ya sin que ETA asesine. Podría parecer que todo ha terminado. Pero no es así.  De esos 864 asesinados hay 377 asesinatos sin resolver. Más del 40%, sin que los culpables hayan pagado nunca por ello. Esas familias siguen sin tener el mínimo consuelo de la justicia y de que al menos los culpables paguen sus asesinatos en las cárceles.

Es tan escandalosa la situación que hasta el Parlamento Europeo envío hace unos meses una delegación para comprobar si era verdad este agujero negro en justicia española. El informe final de la comisión del Parlamento Europeo instaba a España a «agotar las posibilidades interpretativas del derecho penal», para que los «miembros de la dirección de ETA sean procesados como los instigadores y prescriptores de la orden de los crímenes sin resolver». En esas estamos.

Por eso es fundamental recordar a los más jóvenes, y a los de mala memoria, que la Policía Nacional y la Guardia Civil derrotaron a ETA. 

Y que por eso ETA dejó de asesinar.

Esa es la verdadera historia.

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