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La Policía cree que los asaltantes solo querían robar el vehículo de la presidenta de Eulen

Fuentes cercanas a la investigación indican que la banda pretendía robar el blindado, un Mercedes-Maybach valorado en casi 260.000 euros

La Policía cree que los asaltantes solo querían robar el vehículo de la presidenta de Eulen

La presidenta de Eulen, María José Álvarez. | EFE

El robo con violencia es la hipótesis principal con la que trabajan los agentes de la Brigada Judicial de la Policía Nacional para dar explicación al asalto armado que sufrió en su vehículo la presidenta de Eulen, María José Álvarez, a manos de una banda organizada el pasado lunes, en las puertas de su domicilio, en el distrito madrileño de Moncloa-Aravaca.  

Eran las 01:53 horas de la madrugada cuando esta empresaria bilbaína, dueña de una de las mayores compañías de servicios de seguridad y limpieza del país, se vio sorprendida por dos vehículos que cerraron, por delante y por detrás, el paso del suyo, conducido por su chófer y guardaespaldas. Instantes después, dos asaltantes encapuchados salieron del vehículo y uno de ellos apuntó con su pistola al de la máxima responsable de Eulen. El escolta disparó en dos ocasiones contra ellos y huyeron del lugar

Tras reconstruir los hechos, tanto a partir de los testimonios de distintos testigos como del visionado de cámaras en esa zona residencial y del restaurante en el que había cenado la víctima, de 67 años, los agentes centran sus pesquisas en la posibilidad de que los asaltantes solo quisiesen robar el vehículo de lujo en el que iba María José Álvarez con su chófer. Un Mercedes-Maybach Clase S, blindado y valorado en casi 260.000 euros, que la banda criminal habría planeado robar a la fuerza, según indican a THE OBJECTIVE fuentes cercanas a la investigación. 

Según recoge el atestado policial, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, el escolta declaró ante los agentes que el vehículo que impactó contra ellos les seguía desde que habían salido del parking subterráneo de un conocido restaurante, en la madrileña avenida de Valdemarín, donde la presidenta había cenado esa noche. No obstante, el segurata no precisó ningún dato sobre el coche de los asaltantes, más allá de su modelo, un renault scenic, y el color.

El acto heroico del chófer

Las fuente consultadas insisten en que la actuación del chófer de la presidenta de Eulen fue clave para abortar el plan que querían acometer los cuatro asaltantes. Una acción heroica. Tras emplear la que se conoce como técnica del bocadillo para emboscar el vehículo en el que iban las víctimas, un encapuchado, en compañía de otro, salió de uno de los coches y les apuntó con las pistola.

Minutos antes, señala el atestado policial, el segurata había intentado huir de lugar dando marcha atrás. Y «en parte consigue esquivar el segundo vehículo», hasta que este último y el otro coche también dan marcha atrás y hacen que el segurata choque contra una farola. Es cuando los dos «hombres de negro y encapuchados» salen del vehículo y uno les encañona.

El escolta, «al grito de Policía», les dice que depongan el arma. Sin éxito, sale del vehículo y efectúa dos disparos, tras lo que los asaltantes huyen en sus vehículos del lugar. Los servicios sanitarios atendieron a María José Álvarez por el fuerte choque sufrido en el costado derecho y por la crisis de ansiedad. El encargado de la seguridad, sin embargo, salió ileso.

¿Secuestro?

Los investigadores mantienen todas las hipótesis abiertas. De hecho, otra de las teorías que cobraba peso al inicio de las pesquisas era la de un posible secuestro o asesinato. Un posible crimen encargado a una banda especializada de sicarios. Y que habrían planeado desde hace tiempo, estudiando minuciosamente todos los movimientos de la víctima, que sobre esas horas de la noche se dirigía a su domicilio, una urbanización del distrito madrileño de Moncloa-Aravaca.

La empresaria libra una batalla judicial desde hace más de nueve años con cinco de sus seis hermanos, que quieren arrebatarle el control del imperio familiar. Un conflicto que se remonta al año 2010, cuando el entonces presidente y fundador de la firma, David Álvarez Díaz, cedió a sus hijos el control del Grupo El Enebro, que cuenta con activos como las bodegas del Grupo Vega Sicilia. 

Líos familiares en Eulen

El patriarca hizo, sin éxito, este ofrecimiento a cambio de controlar el 51% del capital, mientras que el resto se repartía a partes iguales entre sus siete hijos. El empresario quiso volver al trabajo pese a tener ya 82 años, y se encontró con la negativa de la mayoría de sus vástagos. Cinco de ellos, Marta, Elvira, Juan Carlos, Emilio y Pablo Álvarez se opusieron y sacaron a su padre de la compañía junto a dos descendientes que se mantuvieron fieles, María José y Jesús David. Una expulsión que el Tribunal Supremo declaró nula en 2018. 

Esto supuso un giro drástico en la gestión de la compañía. El fundador confió a estos dos últimos hijos el timón del grupo empresarial y apartó de los órganos de administración a los otros cinco. Así, tras el fallecimiento de su padre, María José Álvarez pasó a encabezar Eulen, tras haber heredado la mayoría de acciones del imperio familiar.

Una polémica herencia, sobre la que todavía hay litigios abiertos y que originó otro conflicto familiar con la actual presidenta. Hace unos días, los hijos ‘díscolos’ de David Álvarez —tal como los llamaba él— aseguraban ser los titulares legítimos de El Enebro y de Vega Sicilia por una sentencia del Tribunal Supremo de 2015, según informaba Europa Press

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