Los militares españoles en el Líbano estuvieron 18 horas en refugios por los ataques a Israel

Los legionarios del contingente español en Líbano permanecieron dieciocho horas en los refugios durante el Jueves Santo mientras grupos palestinos atacaban a Israel desde el sur del territorio libanés 34 proyectiles, cinco de los cuales impactaron en suelo israelí y causaron dos heridos por metralla.

Fue uno de los ataques más graves en la escalada de tensión que se vivió en la zona en pleno Ramadán.

Y por eso, este martes la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha querido conocer de primera mano cómo vivió el contingente español esos momentos y ha mantenido una videoconferencia con el general jefe de la Brigada de La Legión, Melchor Marín, y actual mando del despliegue de España en la operación ‘Libre Hidalgo’, en el marco de la misión UNIFIL de Naciones Unidas.

Desde el Centro de Conducción de Operaciones de la Defensa y acompañada del Jemad, el almirante general Teodoro López Calderón, Robles ha podido escuchar de boca de Marín el relato de ese día y comprobar que ahora la situación es «estable» y «en calma», que las hostilidades han cesado de momento y que la «moral» de los militares españoles es «buena».

El general, al mando de 670 legionarios, ha relatado las 18 horas que tuvieron que pasar dentro de los refugios de la base ‘Miguel de Cervantes’, que cuenta con 21 búnkeres con capacidad para 2.000 personas y que en ese momento acogió una media de 800.

Mientras el Jueves Santo la mitad de la Legión participaba en la tradicional procesión del Cristo de la Buena Muerte en Málaga, el conocido como Cristo de Mena, la otra mitad tenía que refugiarse y cancelar todas las actividades operativas en las 25 posiciones que controla el general Marín, tal y como ha recordado la ministra.

Aunque ningún proyectil cayó cerca de la base española todas las noches se escuchaban los aviones de combate de Israel tanto en la zona sur como en las proximidades de Beirut, ha añadido el general.

Desde ayer lunes, el mando de UNIFIL ha ordenado incrementar el número de operaciones de disuasión contra futuros o posibles lanzamientos de cohetes, en coordinación con las Fuerzas Armadas libanesas «que son los primeros interesados en que su territorio no sea utilizado para actividades hostiles», ha señalado Marín.

Pese a la «calma» actual, el general cree que la situación es «volátil» y ha insistido en que los incidentes se produjeron en un «periodo sensible como es el mes de Ramadán», que aún no ha finalizado.

Marín ha resaltado el trabajo esos días del jefe de la misión y comandante de la Fuerza de UNIFIL, el general de división español Aroldo Lázaro al frente desde febrero de unos 10.000 cascos azules de 45 países.

Según ha indicado, Lázaro medió con ambas partes para pedir contención en la respuesta a los ataques.

«Tenemos grandes profesionales que saben hacer su trabajo», ha añadido Marín, que dirige una fuerza total de 3.500 militares de nueves países y que ha explicado que toda la parte operativa del contingente está muy bien y que ya se han retomado las actividades logísticas y cívico-militares.

Y siguiendo instrucciones del cuartel general de UNIFIL en Naqoura, este lunes comenzaron todas las actividades rutinarias cívico-militares, como entrevistas con las personalidades del sector (desde líderes religiosos, civiles hasta docentes y empresarios), que hoy perciben la situación con calma y que aprecian el esfuerzo de los militares españoles.

Durante la videoconferencia, el Jemad ha pedido al contingente español «reforzar toda la seguridad ahora y hasta el final del despliegue», previsto para dentro de un mes. «Queda poco de misión y lo excesos de confianza no serían buenos», ha dicho.

España participa en la misión UNIFIL (siglas inglesas de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano) desde 2006, con el objetivo de mantener la paz y seguridad internacionales y ayudar al Gobierno de Líbano a restablecer su autoridad en la zona.