Trabajo envía 50.000 cartas contra el uso fraudulento de contratos fijos discontinuos
Un asunto en el que el organismo seguirá trabajando con una nueva remesa de misivas, poniendo el foco especialmente en el sector de la educación
La vicepresidenta segunda y ministra de Empleo, Yolanda Díaz. | Europa Press
La Inspección de trabajo y Seguridad Social (ITSS) ha enviado casi 50.000 cartas con el fin de detectar casos de uso fraudulento del contrato fijo discontinuo, un asunto en el que este año el organismo seguirá trabajando con una nueva remesa de misivas, poniendo el foco especialmente en el sector de la educación.
Así lo pudo saber Servimedia a través de fuentes del Ministerio de Trabajo y Economía Social, que explicaron que las casi 50.000 misivas afectan a unos 140.000 contratos, de los que la gran mayoría son de tipo fijo discontinuo.
Las fuentes ministeriales consultadas trasladaron que el uso del contrato fijo discontinuo en la enseñanza no es una novedad que se haya producido por la aprobación de la reforma laboral de finales de 2021, sino que se venía dando con anterioridad. De hecho, reconocieron que el uso de este contrato es «muy discutido» en la enseñanza, pero que ni siquiera existe una doctrina unificada al respecto sobre su legalidad.
Incluso en las diferentes comunidades autónomas hay criterios dispares, dado que en la educación el mayor contratador son los ejecutivos regionales de todo el territorio. Desde el Ministerio indicaron que la Inspección estará vigilante aunque el contratador sea la Administración pública, dado que el uso del contrato fijo discontinuo ha de responder a cuestiones de temporalidad y no debe plantearse para «evitar» que los trabajadores de la docencia disfruten de su derecho a vacaciones.
«Si eso sucede es porque no está habiendo un uso adecuado de esa contratación», añadieron las mismas fuentes, que, no obstante, precisaron que con la reforma laboral ha habido una mejora «abismal» en la situación laboral de la enseñanza.
Ello se debe, según explicaron, a que antes se realizaban muchas contrataciones bajo la modalidad del contrato por obra y servicio que, a los tres meses de la aprobación de la reforma laboral, quedó derogado. Por tanto, aquellos que estuvieran acogidos a esos contratos no tenían garantizado que les tenían que llamar en el siguiente curso, lo que sí asegura la fórmula del contrato fijo discontinuo.
