Guerra y Arias Cañete defienden la inmigración para solventar la crisis demográfica de la UE

El exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra y el excomisario europeo Miguel Arias Cañete han subrayado la necesidad de que aumente el flujo de inmigración para que los países de la Unión Europea puedan afrontar la crisis demográfica, instando a que los países miembros se adapten al ingreso de migrantes para el desarrollo de sus economías.

Así lo han expresado este lunes en la presentación del libro ‘Europa, ¿otoño o primavera?’ en la sede la Comisión Europea en España, donde han advertido de que Europa recibirá en los próximos años migración con un «fuerte componente musulmán».

«La inmigración es un problema y es parte de la solución demográfica de Europa», ha resaltado Guerra durante su intervención, señalando que la Unión Europea «necesita a los migrantes» para solventar las tasas de natalidad «bajísimas» que comprometen el futuro del Viejo Continente.

Arias Cañete, por su parte, ha alertado de que los grandes crecimientos demográficos en los próximos años tendrán lugar en India y en África, por lo que «está claro» que mucha población musulmana emigrará a otros países. Asimismo, ha hecho un llamamiento a los países de la Unión a adaptarse a esos flujos migratorios del futuro.

«Es evidente que Europa va a perder población, por lo que los inmigrantes van a ser necesarios y por lo que hay que pensar en su ordenación», ha deslizado el también exministro de Agricultura, señalando la importancia de que la UE tenga en un futuro las competencias para regular la integración a nivel europeo.

En este sentido, Arias Cañete ha puesto como ejemplo el plan de emergencia migratoria que se puso en marcha cuando estalló la guerra en Ucrania, acogiendo a los refugiados ucranianos de manera temporal en los países de la UE y ofreciéndoles acceso al mercado laboral, a la educación o a la asistencia sanitaria.

Pacto migratorio durante la presidencia española de la UE

Guerra y Arias Cañete han coincidido en que la migración debería ser una de las prioridades del Gobierno central durante la presidencia española del Consejo de la Unión Europea.

El exvicepresidente socialista ha advertido de que «hay políticas que necesitan miradas de 50 años», como la migración, sugiriendo que la presidencia española de la UE no se limite a una perspectiva cortoplacista de los actuales desafíos.

«Las políticas responden a corto plazo, cuatro o cinco años, pero hay políticas que necesitan miradas de 50 años. Como no se hace, esos desafíos no tienen respuesta», ha narrado Guerra.

El excomisario europeo ha sido más concreto y ha pedido que la presidencia española obtenga logros tales como sacar adelante un pacto de migración. Ha calificado la propuesta de la Comisión Europea en este sentido como «la más razonable», ya que «da la posibilidad» a los Estados miembros a elegir entre financiar el asilo, financiar el retorno de los migrantes a sus países o a llevar a cabo reubicación desde los países receptores.

«España conoce bien el problema porque hemos sido destinatarios, por tanto es una oportunidad histórica y si no se hace ahora no se hace nunca», ha precisado Arias Cañete, asegurando que ésta es la última presidencia española «fuerte» de la UE antes de las elecciones europeas y que un buen resultado de los «partidos de extrema derecha» harían inviable un pacto sobre migración.

Guerra de Ucrania y Sáhara Occidental

Preguntado sobre la implicación de la Unión Europea en la guerra de Ucrania, Alfonso Guerra ha defendido que los países occidentales sigan suministrando armas a Ucrania para que Rusia no invada después otros Estados.

«A los sátrapas no se les puede entender, hay que pararlos. (Vladimir) Putin se quedó con Crimea, nadie hizo nada y ahí está», ha remachado el exvicepresidente del Gobierno. También ha afirmado que la postura de Europa en la guerra de Ucrania «está sirviendo para crear conciencia europea», si bien «tiene consecuencias».

Por otra parte, Arias Cañete ha criticado la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de cambiar la posición española sobre el Sáhara Occidental, provocando un enfriamiento de las relaciones con Argelia, país aliado del Frente Polisario y proveedor de gas a España.

«Cuando teníamos un gasoducto de Argelia nos iba mejor», ha señalado el exministro, resaltando la necesidad de llevarse bien «con los vecinos» del sur.