El giro en el Sáhara no frena las pateras: 62.900 inmigrantes han llegado a Canarias en dos años

Los pactos del Gobierno de Pedro Sánchez con Marruecos para frenar la inmigración irregular hacia Canarias no han arrojado todavía ningún resultado positivo cuando se cumplen dos años de su puesta en marcha. Los dos países retomaron las relaciones diplomáticas en abril de 2022 tras el apoyo de España a la propuesta marroquí para la autonomía del Sáhara Occidental, en un giro histórico en la política exterior española. A cambio, el reino alauí se comprometió, por un lado, a ejercer un mayor control de las barcazas que salían desde su territorio hacia el archipiélago y la península, y, por otro, a reabrir las aduanas en Ceuta y Melilla. Hoy, sin embargo, estos acuerdos apenas se ha materializado. 

Salvo en el caso de los pasos fronterizos de las ciudades autónomas, donde la inmigración ha descendido sustancialmente, dos años después de que ambos estados rubricaran el pacto, las aduanas permanecen cerradas y los flujos migratorios en las islas canarias han batido récords: 62.900 personas han llegado de forma irregular a bordo de 1.000 pateras, según los datos que maneja el Ministerio del Interior. Una cifra que contrasta con las llegadas registradas en los años previos al giro en el Sáhara. En 2021 llegaron al archipiélago 20.752 inmigrantes; en 2020, 23.023; en 2019, 2.698; en 2018, 1.307 y en 2017, 425. 

Durante este último lapso de tiempo, 43.775 personas llegaron a Canarias frente a las casi 63.000 que han arribado solo en los dos últimos años y medio, esto es, un 31,8% más. Destacan los datos de 2024: en lo que llevamos de año, 13.113 inmigrantes han llegado a las islas a bordo de 200 embarcaciones precarias, un 502,2% más si se compara con el mismo periodo del año anterior. La mayoría, procedentes de Marruecos, Senegal y Mauritania, según señalan fuentes policiales. No obstante, el año más crítico fue 2023, cuando entraron a la comunidad autónoma canaria casi 40.000 personas a través del mar.

Siete de cada diez pateras que llegaron a territorio nacional en 2023 fueron rescatadas en aguas de alguna isla del archipiélago. Un escenario que superó a la crisis de los cayucos en 2006 y que supuso la segunda cifra más alta de llegadas por vía marítima desde que existen registros, solo superada en 2018, cuando llegaron 57.498 inmigrantes al país cruzando el Estrecho de Gibraltar y el Mar de Alborán. Y que tal como auguran los balances de los últimos tres meses amenaza con mantenerse a lo largo de este año.

Inestabilidad en Senegal

Pese a que la ruta migratoria del Atlántico parecía haberse estabilizado desde comienzos del pasado año a razón de los acuerdos, según se justificaba desde el Ministerio del Interior, con Marruecos, en el mes de septiembre Senegal comenzó a dar signos de inestabilidad, con continuadas revueltas sociales, además de por la crisis económica, por la detención encarcelamiento del líder de la oposición del país, Ousmane Sonko. Un caldo de cultivo que desembocó en un éxodo masivo de ciudadanos senegaleses hacia España y con ello, la mayor crisis migratoria que ha vivido Canarias hasta la fecha.

Entre septiembre y octubre, más de 25.000 personas, oriundas de este país, fueron rescatadas por Salvamento Marítimo en su intento por llegar a las costas de la comunidad autónoma. A un ritmo frenético, los cayucos, algunos con hasta 250 y 300 personas a bordo, algo jamás visto en la ruta, comenzaron a arribar a las ínsulas. A Tenerife, Fuerteventura, Lanzarote… pero sobre todo a El Hierro. 

Traslados de Canarias a la Península

Esta isla, la más occidental del archipiélago, se convirtió por su ubicación en el principal puerto de los flujos migratorios. Entre octubre y noviembre, recibió más inmigrantes que el total de su población: 11.280 personas. Registró datos históricos con la llegada de hasta 2.300 personas en menos de una semana. Algo insólito en la ruta atlántica. Hasta el mes de junio, El Hierro solo había recibido una patera con nueve inmigrantes. Pocos meses después, vio como todos sus medios de acogida colapsaban en cuestión de días. 

A diferencia de la crisis en 2021, en el muelle de Arguineguín, en Gran Canaria, el Ministerio del Interior comenzó a fletar barcos para derivar a los inmigrantes que llegaban a otras islas y evitar congestionar los servicios asistenciales de El Hierro. Más tarde, el departamento de Migraciones tuvo que hacer lo mismo, una vez colapsaron los centros de acogida en el archipiélago, dando cobijo a unos 6.000 inmigrantes en hoteles y albergues repartidos por la Península, en los que todavía muchos están alojados y hasta donde, todavía hoy, siguen llegando habida cuenta del aumento de los flujos migratorios en el archipiélago.

En el ‘top’ de la UE

Entre tanto, los datos de 2023 situaron a España como el segundo país de la Unión Europea donde más creció la inmigración irregular. Las cifras de Interior revelaron que, hasta el 31 de diciembre, llegaron a territorio nacional 56.852 personas por vía terrestre y marítima, lo que supuso un incremento del 82,1% respecto al año anterior. Extrapolando esta estadística al resto de países europeos, Grecia (45.000 legadas), donde la inmigración ha crecido un 139% respecto a 2022, fue el único estado que superó a España. 

En la tercera posición estaba Italia. Un total de 155.754 inmigrantes desembarcaron en las costas italianas por el Mediterráneo a lo largo del último año, un 33% más que en el curso anterior, cuando llegaron al país vecino 103.846 personas a través de barcazas precarias, según datos del departamento de Interior italiano. De este modo, nuestro país también ocupó el segundo puesto europeo en cuanto a mayor número de entradas irregulares registradas en 2023. 

El escenario, no obstante, ha cambiado en lo que llevamos de 2024. Según datos oficiales, España (16.156 personas) ocupa actualmente la primera posición respecto a las llegadas irregulares, seguida de Italia (10.829) y Grecia (10.594), principalmente por el aumento de los lujos migratorios a Canarias (13.115).