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El PSOE confía en ganar las municipales con medio millón de votos más que el PP 

Para Ferraz sería una primera victoria psicológica en lo que se anuncia como una complicada noche electoral a nivel autonómico

El PSOE confía en ganar las municipales con medio millón de votos más que el PP 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada a una sesión de control al Gobierno. | Europa Press

Pese a que la polémica de las listas de EH Bildu ha reventado su primera semana de campaña, las sensaciones en el PSOE no son malas. Cierto es que confiaban en movilizar al votante progresista que aún continúa rezagado respecto a la «hipermovilizacion de la derecha», pero no lo es menos que los cálculos de Ferraz es que esta activación no llegará hasta mediados de la semana que viene. Será entonces, a 48 o 72 horas de la cita con las urnas, cuando la bolsa del 35% de indecisos que no deciden su voto hasta el final, comience a emitir señales en los famosos trackings internos que permitan al PSOE saber de qué lado se inclinará la balanza del 28-M. 

Según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, «ninguna encuesta es válida hasta el miércoles. Todo está en un puñado de votos», y puñado a puñado, los socialistas confían en aglutinar una ventaja suficiente sobre el PP que les proclame vencedores de las elecciones municipales al filo de las 22.00 horas del 28-M. Sería una primera victoria psicológica en una complicada noche electoral, en la que el recuento comenzará con la contienda municipal. Una vez que se complete el escrutinio de las ciudades y pueblos, se iniciará el de las comunidades autónomas, cuya complejidad trascenderá a los números y se pospondrá a los días siguientes, en que se conocerán los pactos y sus sumas. 

Objetivo: medio millón de votos

Por eso el PSOE se ha fijado un importante listón para el primer recuento que medirá la primera victoria o derrota de estas elecciones con ínfulas nacionales y fijará el juego de expectativas del resto de resultados. «Nos vamos a proclamar vencedores de las elecciones municipales con medio millón de votos más que el PP», augura a este periódico un alto cargo del Gobierno, para quien no caben dudas sobre este vaticinio.

Según Moncloa y Ferraz, las métricas no engañan y en ellas el PSOE cuenta con un poderoso as bajo la manga: la fortaleza del PSC. A la descontada y esperada victoria de Jaume Collboni en el Ayuntamiento de Barcelona -por delante de la candidata de Barcelona en Comú, Ada Colau, y el de JuntsXCat, Xavier Trias-, el PSOE aspira a ser primera fuerza en municipales en toda la comunidad, desbancando a ERC, que ganó las anteriores elecciones en 2019 con 819.845 votos frente a 765.236 del PSC. A mucha distancia, quedó el PP con 108.269 votos, 660.000 votos de diferencia con el PSOE. Sin embargo, los populares aspiran a fagocitar los casi 100.000 votantes de Ciudadanos (99.494), lo cual dejaría el marcador entre PSOE y PP a una diferencia de 500.000 votantes, el medio millón que aspira a conquistar el PSOE. 

El PSC, el as bajo la manga de Sánchez

La posición prominente del PSC, que se ha convertido en el blanco de la diana electoral de Pedro Sánchez y donde pondrá toda la carne en el asador de las generales de diciembre para reeditar los 25 diputados de la época dorada de Carme Chacón, es sin embargo sólo uno de los cálculos de un cómputo aún mayor. Fuentes socialistas y populares coinciden en la necesidad de contar los votos en las otras comunidades de mayor población, como la Comunidad Valenciana, Andalucía y la Comunidad de Madrid. 

El PSOE es consciente de que el resultado en Andalucía, tras la victoria de Juanma Moreno el 19-J de 2022, no será bueno y perderá un gran número de ayuntamientos y capitales de provincia. En las ultimas elecciones municipales, el PSOE obtuvo 1.433.149 votos, a una distancia de 400.000 respecto a su rival más directo, el PP, con 1.040.073. Cuatro años después, se espera un vuelco, pero en Moncloa tienen la convicción de que se mantendrá su principal bastión, Sevilla, y asimismo, feudos tradicionales como Jaén y Huelva, lo que les permitiría minimizar los daños y evitar que el PP les aventaje notablemente en número de votos. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la candidata del PSPV en Valencia, Sandra Gómez, y el presidente de la Generalitat, Ximo Puig.

Quedar en tablas en la Comunidad valenciana

Una situación similar esperan en la Comunidad Valenciana: quedar en tablas, incluso descontando la victoria de la candidata del PP, María José Catalá, sobre la socialista, Sandra Gómez, y el actual alcalde de Compromís, Joan Ribó. La distancia que separó a socialistas y populares hace cuatro años fue de menos de 100.000 votos, pero están en juego los 241.000 que obtuvo Ciudadanos, que en su mayoría irán al PP, provocando un vuelco en la primera fuerza, aunque el PSPV aspira a arañar en torno a un 30% de ellos, lo que explica la línea moderada de Ximo Puig desmarcándose de Podemos. No en vano, este fin de semana, Pedro Sánchez asiste en Valencia a uno de sus principales mítines de toda la campaña en el ecuador de esta última, para movilizar al indeciso fluctuante en una comunidad que será la joya de la corona del 28-M.

De esta forma, el saldo para el PSOE será positivo en Cataluña y negativo en Andalucía, en la Comunidad Valenciana y en Madrid, donde el voto agregado para generales es crucial. Si el PSOE no recupera la hegemonía de la izquierda en Comunidad y Ayuntamiento, los socialistas regalarían al PP la circunscripción que más escaños elige para el Congreso de los Diputados. Hace cuatro años, en el peor momento para el PP, aventajó al PSOE en 98.000 votos, gracias a la hundimiento del fichaje del exseleccionador de Baloncesto, Pepu Hernández. Las perspectivas en la actualidad no son mejores: la actual candidata Reyes Maroto apenas puede aspirar a mejorar entre 1 y 3 ediles de los 8 en que dejó Hernández al grupo municipal, pero, en ningún caso, ven probable adelantar a la candidata de Más Madrid, Rita Maestre, según las previsiones y encuestas socialistas

El presidente del Gobierno junto a la ministra de Industria, Reyes Maroto. | Europa Press

Madrid, la puntilla

Así las cosas, el 28-M se presenta incierto, aunque el PSOE se muestre confiado en ganar, al menos, las municipales. Su expectativa de cara a las autonómicas es resistir. No perder la mayoría de los nueve feudos en que gobiernan, de las 12 comunidades que concurren a las urnas. En Ferraz dan ya por perdida La Rioja y ven un escenario «muy ajustado», con riesgo, en Aragón y Baleares, pero «podríamos mantener todos los feudos porque están en un pañuelo». Arrojen las urnas el resultado que arrojen, la victoria del PSOE se antoja difícil, teniendo en cuenta un dato no menor. Los gobiernos están en un pañuelo pero en votos el PSOE sólo ganará en cinco de las doce comunidades: Castilla-La Mancha, Extremadura, Canarias, Asturias y Navarra. En las otras siete, previsiblemente según todos los sondeos, ganará el PP: Comunidad Valenciana, Madrid, Murcia, Baleares, Cantabria, La Rioja y Aragón. En términos cuantitativos, siete millones de votos frente a 31 

Las socialistas suman una población de siete habitantes frente a los quince millones de población en donde ganan los populares. Si sumamos éstas a aquellas en las que ya gobierna el PP (Galicia, Castilla y León y Andalucía), el cómputo poblacional asciende a 31 millones de las comunidades donde gana el PP frente a los siete de las del PSOE. Según diversos analistas electorales, en estas comunidades ya existe un voto agregado en favor del PP de 800.000 votantes. Es decir, de cara a las elecciones generales, el PP aventaja en 800.000 votos al PSOE como saldo a su favor. Y por ello, el medio millón que aspira a conquistar el PSOE el 28-M es un listón demasiado alto. 

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