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Un sondeo interno asustó a Irene Montero pocas horas antes de ceder ante Yolanda Díaz

La ‘número dos’ de Podemos, Irene Montero, cree tener ahora más apoyos que la semana pasada, cuando Yolanda Díaz la vetó para las listas electorales

Un sondeo interno asustó a Irene Montero pocas horas antes de ceder ante Yolanda Díaz

Pablo Echenique con Irene Montero en el Congreso de los diputados. | Europa Press

Un sondeo interno hizo temblar las piernas a la dirección de Podemos en los días previos al cierre del acuerdo con Yolanda Díaz del pasado viernes. Según ha sabido este diario, la cúpula de Podemos analizó unos datos que dibujaban escenarios por debajo de sus expectativas. Ese análisis demoscópico pudo influir en la decisión final tomada por Irene Montero y sus colaboradores. El equipo de Sumar ya había manifestado sus dudas a incluir a Montero en las listas. Y el estudio electoral detectó la dificultad de la número dos de Podemos de alcanzar los más 100.000 votos necesarios para poder entrar en el Congreso con una candidatura en solitario, según explican fuentes conocedoras de la estrategia morada.

Las fuentes de Podemos consultadas aseguran que la encuesta influyó en la decisión final, aunque otras fuentes siempre del partido morado apuntan a que, a partir del viernes anterior, ya circulaba la posibilidad de que la ministra de Igualdad acabara dando un paso al lado. Sin duda, no fue una decisión fácil. La oferta de Sumar implicaba renunciar a los puestos nobles en las listas electorales, y, sobre todo, a dejar caer a la figura más mediática de Podemos, el «principal activo electoral» del partido, tal y como dijo Ione Belarra.

El día previo al pacto con Sumar, un dirigente de Podemos cercano a la secretaria general registró una marca paralela, Juntas sí se Puede, que todavía sigue en el aire, aunque en el partido morado descartan tajantemente que se pueda emplear de aquí al próximo 23 de julio. El hecho es que el análisis demoscópico interno en Podemos demuestra que hasta el último día de la negociación con Díaz el partido morado mantuvo sobre la mesa la opción de ir en solitario en los comicios. Algo que, por otro lado, siempre formó parte del plan inicial de la cúpula morada cuando se esperaba que los comicios se celebrarían en diciembre. El adelanto de Pedro Sánchez lo aceleró todo.

La secretaria general de Podemos, Ione Belarra
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra. | Europa Press

Un pacto firmado con prisa

Ahora, según ha podido este periódico a pesar del «blindaje» en el que se ha cerrado el núcleo duro del partido, Montero cree que el pacto sellado con Sumar se hizo con demasiada prisa y que es ruinoso para su partido. «Se apresuraron», comentan desde la formación. Además, después de la campaña lanzada en estos días para convertir a Montero en víctima de Díaz y sus colaboradores, la ministra de Igualdad ha observado tener muchos «apoyos». Y esta lectura podría llevar a la reflexión de que, a nivel demoscópico, Montero es más fuerte ahora que hace una semana.

En Podemos existen sectores que están presionando desde hace tiempo para «romper» con Sumar. Se trata del núcleo de militantes, cuadros y simpatizantes hasta hace poco muy fieles al pablismo. Este sector arremete ahora en sus conversaciones privadas contra la dirección de la formación. Culpan a Montero de haber «vendido» el partido, y a Ione Belarra y Lilith Verstrynge, la secretaria de Organización y responsable de la negociación, de no haber sabido tratar con los interlocutores de Sumar.

Lo cierto es que Díaz es una hábil negociadora. Lo ha demostrado en muchos acuerdos alcanzados con la patronal y los sindicatos. En Podemos son conscientes de ello. Sostienen que oculta un estilo negociador duro con un aire de moderación: «Es una negociadora de guante blanco», sostienen. Pero este hecho no frena la ira de los desencantados de Podemos, que empiezan a preguntarse qué pasará con los cargos de los muchos trabajadores que se perderán tras esa debacle. La maniobra de Díaz puede acabar con Podemos, ya que muchos de sus representantes podrían perder el escaño parlamentario. Y ante ese escenario sigue la pregunta del «¿qué hacer?».

Montero cree tener más apoyos

El próximo sábado se celebra en Madrid la reunión de la ejecutiva federal de Podemos, el Consejo Ciudadano Estatal. Será el momento de la verdad. El silencio es tan atronador que nadie descarta nada. Y lo poco que se desprende en el partido es que entre esta semana y la pasada, cuando Podemos cedió ante Díaz, Montero ha podido detectar muchos «apoyos».

La campaña de sus afines para reivindicar su papel ha sido intensa. Iglesias y miembros de otros partidos como Gabriel Rufián la han defendido sin ambages. Hasta la ministra de Defensa, Margarita Robles, históricamente muy alejada de los morados, ha cuestionado la decisión de Yolanda Díaz. Colectivos LGTBI también han pedido a Díaz la integración de Montero en las listas electorales. Y en las redes se multiplican los mensajes de afines a Podemos que atacan a Díaz y afirman que no votarán a la coalición de Sumar.

Podemos puede obviar esos mensajes y mantener su plan de desgaste de Díaz, a la espera de que Sumar obtenga malos resultados el 23 de julio y lanzar después sus reproches. O dar un paso adelante e intentar salvar su protagonismo en el Congreso. Es una operación sin duda arriesgada. «Si Irene logra representación tras presentarse en solitario, acabaría siendo capitana general, pero si no lo logra, sumaría al veto de Yolanda el veto popular», concluyen tanto en Podemos como en el PSOE. El próximo sábado todo se aclarará.

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