Elecciones 28A: Indecisos, ese oscuro objeto del deseo

El 76,3% de los españoles asegura que va a votar en las elecciones generales[contexto id=»383899″] del 28 de abril, según el marcobarómetro del Centro de Estudios Sociológicos (CIS) publicado a primeros de abril. De ese porcentaje el 57,8% «ya tiene decidido el partido» al que votará, pero hay un 41,6% de indecisos.

Los indecisos se convierten cada vez que hay elecciones en ese oscuro objeto de deseo para los partidos políticos. Sobre todo, en la recta final de las campañas, cuando los candidatos se dirigen a ellos en los mítines porque saben que sus votos pueden ser determinantes para alcanzar o no sus objetivos.

En una España cada vez más fragmentada, el número de indecisos aumenta. Un aumento que se viene produciendo desde que comenzó a cambiar el escenario político, con la llegada al Congreso de los Diputados de partidos como Podemos y Ciudadanos en 2015, que puso fin al bipartidismo tradicional de PP y PSOE, y la previsible irrupción de Vox en estas elecciones.

Esto «hace que haya votantes que, al tener más opciones en la mesa, se muestren más indecisos» que cuando sólo había dos partidos, comenta la politóloga de Politikón Berta Barbet, en conversación telefónica con The Objective.

A los cuatro partidos de ámbito nacional, todas las encuestas coinciden en destacar la irrupción de Vox, el partido de extrema derecha, en el Parlamento, con un 11,9% de los votos – entre 29 y 37 diputados, según el CIS.

Ese 41,9% de indecisos «es muy elevado, supone casi la mitad de los electores», comenta, por su parte, Ernesto Pascual, profesor de Ciencia Política en la Universidad Oberta de Catalunya, consultado por The Objective. Y añade un dato interesante a tener en cuenta. «Con el voto tan fragmentado, de este 41% de indecisos, creemos que puede haber entre un 10 y un 15 por ciento de voto oculto de votantes de la derecha que puede irse del PP a Vox».

Además de los mítines están los debates televisados como parte de la campaña electoral. Este año ha habido dos seguidos, con la participación de los cuatro principales candidatos a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Casado (PP), Pablo Iglesias (Unidas Podemos) y Albert Rivera (Ciudadanos). Uno en RTVE y el «decisivo» en Atresmedia.

¿Influyen realmente los debates en los indecisos?. Según la experta de Politikón, está comprobado que las campañas sí movilizan a los ciudadanos y, en la medida en que los debates son una forma muy visible de hacer campaña, cabe pensar que también mueven a los electores a decidirse a la hora de votar.

“Hay mucha mística sobre esto”, dice por su parte Ernesto Pascual, recordando a renglón seguido que el origen de los debates se remonta a los año 60 con el decisivo cara a cara entre el republicano Richard Nixon y el demócrata John F. Kennedy, en las presidenciales de Estados Unidos. «Pero eso fue en el siglo pasado. Los debates son una pieza de la campaña pero los ciudadanos ya no tienen sólo la televisión y la radio como únicos medios para informarse. Ahora todo se mueve en las redes sociales«.

En todo caso, los elevados índices de audiencia que han tenido los dos debates demuestran, en opinión del experto, «que muchos ciudadanos tienen interés en estas elecciones. No había pasado antes, pero insisto en que son una pieza más de la campaña».

No todos los indecisos son iguales

Meter en el mismo saco a los indecisos, a ese supuesto 41,9% reflejado en el marcobarómetro que dirige José Félix Tezanos, no deja de ser algo inexacto. Porque están, por un lado, los que al final optan por la abstención, y por otro lado, los que van a votar pero dudan entre un partido y otro.

Hay, incluso, un tercer tipo de indeciso que en realidad no es tal. Se trata del que sabe a quién votará pero no lo dice en las encuestas y contesta que no lo ha decidido aún. El voto oculto del que habla Pascual.

«Sabemos dos cosas: primero, que la gente que duda es más probable que acabe no votando», comenta Berta Barbet. «Y la segunda es que las encuestas captan bastante mal la abstención». Lo que esto último significa, según la experta, es que «a la gente, a veces, le cuesta reconocer que va a votar, o cree que si ya sabe lo que va a votar prefiere no decirlo y contesta que no lo sabe».

Es, por tanto, difícil «medir exactamente cuánta de esta gente – 41,9% – va a acabar decidiendo no votar», añade.

Entre los que aseguran que van a votar están los que admiten tener dudas entre un partido u otro. A estos últimos, el CIS les preguntó: «¿Entre qué partidos u opciones duda?«. Un 11,9% dijo que dudaba entre PP y Ciudadanos; un 9,1% se debatía entre PSOE y Podemos; y un 8,9% no sabía si votar al PSOE o a Ciudadanos.

En cuanto a dónde hay más indecisos, si entre los votantes de izquierda o entre los de derechas, la politóloga de Politikón nos aclara que depende del contexto, pero que en estas elecciones «son más los de la derecha porque es donde ha habido el cambio más grande» al entrar Vox como fuerza segura con representación parlamentaria y también por la derechización de Ciudadanos, que se ha posicionado en el espacio del Partido Popular.

Sobre los que aseguran en las encuestas que van a votar, el profesor de Ciencia Política Ernesto Pascual, indica que «si han dicho que votan, es porque van a votar». Se espera, además, que «en estas elecciones haya un alto nivel de participación que puede rondar el 80%, y eso mucho».

Para los partidos es importante que haya una alta participación. Pascual recuerda que en las elecciones andaluzas de diciembre, «la abstención castigó a la izquierda y por eso esos llamamientos del PSOE, sobre todo, a la movilización».

El voto de los indecisos puede ser determinante, sobre todo en las provincias pequeñas, explica el profesor, donde sólo 100 votos pueden dar un escaño a uno u otro partido, con el escenario político actual tan fragmentado.

Se entiende así que los indecisos que realmente no saben a quién van a votar sean objeto de deseo de los partidos y los candidatos apelen a ellos.