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¿Por qué 830 mujeres mueren cada día durante el parto?

En pleno siglo XXI, no debería haber razón para que las mujeres que tengan hijos mueran en uno de los momentos más importantes de su vida

¿Por qué 830 mujeres mueren cada día durante el parto?

En el tiempo que tardarás en leer este reportaje, una mujer o una niña embarazada habrá muerto. Cada dos minutos, una chica muere como resultado de las complicaciones derivadas del embarazo o el parto. Esto es, 830 mujeres fallecen cada día por dificultades derivadas del proceso de dar a luz. 303.000 al año, según las últimas estimaciones mundiales de Naciones Unidas.

En pleno siglo XXI, no debería haber razón para que las mujeres que tengan hijos mueran en uno de los momentos más importantes de su vida. Sin embargo, la mayoría de estos fallecimientos se debe a afecciones, como hemorragias, infecciones, abortos peligrosos y eclampsia que podrían haberse prevenido si hubieran recibido la atención médica adecuada durante sus embarazos y el parto. En todos estos casos, la falta de cuidados o de acceso a los mismos, su elevado coste o su escasa calidad, son elementos determinantes. Malogran el desarrollo y el bienestar social y dejan a un millón de niños huérfanos de madre, menores que tienen más probabilidades de morir durante los dos años siguientes al fallecimiento de sus madres que los demás, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)

¿Dónde ocurren las muertes?

La gran mayoría de estos fallecimientos se producen en países subdesarrollados. Alrededor de dos tercios de todas estas muertes tienen lugar en África subsahariana, donde por cada 100.000 nacimientos mueren 436 bebés. Lo que contrasta con el número de defunciones en los países desarrollados, 12 por 100.0000 nuevos partos. 

Las cifras del Banco Mundial muestran que en 2015 (el último año del que hay registros), Sierra Leona tuvo la tasa de mortalidad materna más alta del mundo, con 1.360 muertes por cada 100.000 alumbramientos, seguida de República Centroafricana con 882 fallecimientos, Chad (856), Nigeria (814), Sudán del Sur (789), Somalia (732), Liberia (725), Burundi (712), Gambia (706) y República Democrática del Congo (693).

Progreso

A pesar del alarmante número de muertes en pleno siglo XXI, las cifras globales reflejan un progreso y una reducción de los fallecimientos derivados de complicaciones durante el parto o el embarazo. En 1990, se estima que murieron 532.000 mujeres, por lo que ha habido una caída del 44% con respecto a 2015, cuando 303.000 chicas perdieron la vida.

De esta forma, como muestra el gráfico interactivo superior, que refleja el número de mujeres fallecidas por cada 100.000 nacimientos, si en 1990 perdieron la vida 385 mujeres por cada 100.000 partos, en 1995 la cifra cae a 369; en 2005, a 288; en 2010, a 246 y en 2015 la cifra estaba en 216 defunciones por cada 100.000 alumbramientos.

Pero si bien esta reducción merece ser destacada, de igual forma muestra un pequeño rendimiento de los grandes compromisos globales. En 1994, durante la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo en El Cairo, 179 gobiernos hicieron una promesa conjunta de que para el cambio de siglo reducirían a la mitad el número de muertes maternas. Sin embargo, esto no sucedió.

En 2001, los estados miembros de la ONU acordaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Entre ellos, en concreto el número cinco, mejorar la salud materna, consistente en reducir la mortalidad de las mujeres que dan a luz en un 75% entre 1990 y 2015. Sin embargo, el objetivo no sólo no se ha cumplido sino que en aquellos países con mayor tasa de mortalidad el progreso ha sido más lento. Y es que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 1990 y 2005, esta tasa disminuyó en un promedio del 2,3% anual, muy por debajo del 5,5% necesario para alcanzar los ODM.

Ahora, la OMS se ha comprometido a apoyar la reducción acelerada de la mortalidad materna para 2030. Sin embargo, para que esto ocurra hay que disponer de una atención de calidad a la salud reproductiva, materna y neonatal que sea accesible y aceptable para todos los que la necesiten. Y aquí el gran problema.

Asistencia sanitaria y financiación

La mayoría de las mujeres muere en las áreas rurales más pobres, donde los servicios de atención médica a menudo son inadecuados o inaccesibles, y donde existe una grave escasez de personal médico capacitado.

En 2014, el informe sobre el estado de la partería en el mundo observó que solo el 42% de las parteras, enfermeras y médicos del mundo viven y trabajan en los 73 países donde se producen la mayoría de las muertes de mujeres y bebés recién nacidos.

El Instituto Guttmacher estima que poco más de la mitad de las mujeres en África dan a luz en un centro de salud, en comparación con más del 90% en América Latina. Además, estas chicas, en la mayoría de los casos, no acuden a las ocho citas prenatales recomendadas por la OMS cruciales para identificar problemas que podrían causar dificultades en el parto, dan a luz solas o tienen que depender de parientes o parteras sin formación para que las apoyen, poniendo su vida en grave peligro si surgen complicaciones.

Así, el Instituto calcula que si todas las mujeres tuvieran el nivel de atención recomendado por la OMS, las muertes maternas se reducirían en más del 60%, a aproximadamente 112.000 al año.

Si bien, hay que destacar que la ayuda para la salud materna ha disminuido un 11% en los últimos años: de 4.400 millones de dólares en 2013, a 3.900 millones el año pasado.

Sexismo

Millones de mujeres en todo el mundo aún no pueden decidir si quieren casarse o si quieren tener hijos. En los países en desarrollo, alrededor de 214 millones de mujeres y niñas, de 15 a 49 años, no usan una forma de anticoncepción porque no pueden acceder a ella o porque sus parejas o comunidades desaprueban el uso de anticonceptivos.

Aún hay muchos países, en pleno siglo XXI, que solo permiten el aborto cuando la vida de una mujer está en riesgo, como Libia, Uganda o Venezuela, y otros incluso, que lo prohiben absolutamente, como El Salvador o Malta. Esto significa que muchas mujeres recurren a abortos inseguros e ilegales. La OMS estima que hasta el 13% de las muertes maternas cada año son el resultado de abortos inseguros.

Las niñas y adolescentes son las que presentan mayores complicaciones en el embarazo y el parto ya que su cuerpo no está completamente desarrollado y listo para dar a luz. Según la OMS, el aborto inseguro, la hipertensión y el parto obstruido fueron las principales causas de muerte entre las niñas de 15 a 19 años.

Aunque no se recopilan estadísticas oficiales sobre las niñas más jóvenes (las estadísticas oficiales sobre salud reproductiva solo se recopilan para mujeres de 15 a 49 años), el Instituto Guttmacher estima que en 2016, 777.000 bebés nacieron de niñas de 10 a 14 años.

Los estados miembros de la ONU han firmado una resolución para poner fin al matrimonio infantil, pero cada año, 7,3 millones de bebés nacen de madres menores de 18 años, y nueve de cada 10 de estos nacimientos son de niñas casadas. De igual forma, 18 de los 20 países con las tasas más altas de matrimonio infantil se encuentran en África, el continente con las tasas más altas de mortalidad materna.

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