Así están los supermercados en Rusia tras las sanciones europeas: desabastecimiento total

La situación derivada de la invasión rusa de Ucrania ha provocado un problema de abastecimiento en los supermercados de nuestro país. Los productos más demandados, como los lácteos, el aceite, las frutas y hortalizas o los cereales, han comenzado a verse escatimados o, en algunas casos, han visto incrementado su precio con motivo de esta escasez. Sin embargo, más allá de cómo está afectando el conflicto ruso-ucraniano en Europa, las consecuencias para el propio país invasor se hacen cada vez más visibles.

En Rusia se ha vuelto algo más que habitual encontrar estantes vacíos por completo en los supermercados y peleas en las colas para adquirir ciertos alimentos de primera necesidad. Todo ello como resultado de las sanciones financieras y restricciones comerciales impuestas desde el inicio de la guerra por parte de las potencias occidentales.

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Situación en los supermercados en Rusia: desabastecimiento en productos básicos

Los precios en los supermercados rusos se han disparado y el desabastecimiento se ha llevado por delante muchos de los productos más básicos, como el azúcar. Todo ello a pesar de que el Kremlin esté tratando de tomar medidas para regular los precios, tratando aún de comprender cuál será el alcance de las sanciones.

A la falta de productos del sector alimenticio se suman también el enorme número de empresas extranjeras que han anunciado la cancelación de sus planes de inversión en Rusia. Marcas de la talla de Procter & Gamble (P&G), Ariel, Gillette, Oral-B o Tampax. Esto ha derivado no solo a un desabastecimiento de estos productos en los supermercados rusos, sino también en un encarecimiento considerable de sus precios motivado, además, por la devaluación del rublo.

Productos de higiene básica como los tampones o las compresas han incrementado su precio hasta en un 33%, pero otros similares han llegado a multiplicar hasta un 100% su coste. Así, la situación ha derivado en una compra compulsiva de los consumidores provocada por el pánico a una subida constante de los precios que ha generado, a su vez, una mayor falta de abastecimiento. De esta manera, la economía rusa se ha convertido en una especie de ciclo en el que el aumento de precios, lleva a la compra sin medida y, de ahí, al desabastecimiento.

Sin embargo, las consecuencias de la marcha de las grandes empresas europeas amenaza también con dejar a miles de ciudadanos rusos sin empleo. Desde el Kremlin se plantea la posibilidad de nacionalizar los activos de las empresas de países que considera «hostiles»que quedaron abandonadas después de que sus propietarios hubieran abandonado Rusia.

Sanciones llevadas a cabo por la Unión Europea

La Unión Europea ha aprobado cuatro paquetes de sanciones contra Rusia desde que comenzó la invasión de Ucrania, que se suman a las que existían desde 2014 después de la anexión de Crimea por parte del Kremlin. Todas ellas tienen el objetivo de debilitar la economía rusa, así como la financiación de sus principales lazos políticos.

Durante los primeros días de guerra se actuó para impedir que el banco central de Rusia pudiese usar sus reservas de divisas en el extranjero, una decisión conjunta de las grandes jurisdicciones mundiales, de la UE, EE UU, el Reino Unido, Canadá, Japón, Australia y Suiza. No obstante, la UE ya había reactivado el 23 de febrero, un día antes de la invasión, su política de sanciones a personas ligadas a Rusia. Los primeros en ser sancionados fueron los 351 miembros de la Duma, el Parlamento ruso, que votaron a favor de la independencia de las regiones separatistas del Donbás. Actualmente hay 877 personas en dicha lista, entre los que figuran miembros de las élites más cercanas al presidente Vladimir Putin.

«La guerra ha entrado en una fase de estancamiento. Rusia hasta ahora ha pagado un alto precio en bajas y prestigio sin haber logrado un solo objetivo estratégico». El Análisis de Luis Prados de la Escosura https://t.co/JTZTTxYVsT

— The Objective (@TheObjective_es) March 29, 2022

Otra de las medidas aplicada antes del inicio del conflicto fue la restricción de la actividad de empresas europeas en las regiones separatistas del Donbás, así como la prohibición del comercio de bienes y tecnologías de transporte, telecomunicaciones, petróleo, gas y recursos minerales para su uso en estas regiones, y también importar mercancías salidas de allí.

También se han impuesto sanciones al sector energético ruso, principal motor económico del país, a pesar de que la Unión Europa no haya interrumpido en ningún momento la compra de gas y petróleo de Rusia, como sí ha hecho Estados Unidos. Además, las sanciones contemplan la restricción a la inversión en entidades rusas, así como aquellas aplicadas al sector militar ruso que tratan de frenar la exportación de material del Ejército.

Por último, también se ha visto perjudicado por estas medidas el transporte ruso por aire y mar, dos puntos clave para el abastecimiento del exterior y la conectividad. A medida que vaya avanzando el conflicto, la escasez de productos en Rusia irá en aumento debido al problema de abastecimiento internacional debido a la retirada de productos las principales marcas en todo el país. El autoabastecimiento no soluciona los problemas generados por la invasión y los supermercados locales lo están notando.

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Productos que escasean en los supermercados de España

En España, el sector ganadero ha sido uno de los primeros en sufrir en sus propias carnes las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania ante la falta de suministro de cereales para alimentar a las cabezas de rebaño. En 2020 el 42,2% del cereal importado en nuestro país provenía de Ucrania. Sin embargo, la escasez y consecuente incremento de los precios del cereal no solo afecta al sector cárnico o la producción de cereales, sino también a todos sus derivados: harina, panadería, bollería, pastelería y pastas, así como la elaboración de la cerveza.

Por otro lado, otro de los productos que más se echan en falta en los supermercados españoles es el aceite de girasol, cuyo uso no solo se limita a la cocina, sino también como materia prima para la elaboración de conservas y envasado de productos básicos. Además de la escasez, la inflación (que ha subido de nuevo y se sitúa en el 9,5%) está provocando una subida generalizada de precios que encarece la lista de la compra en productos básicos.