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Hungría se revuelve contra Bruselas y rechaza la última propuesta de sanciones a Rusia

El Gobierno de Orban afirma que no puede aprobar la nueva ronda de sanciones de la UE contra Moscú porque «hundiría» la seguridad energética del país

Hungría se revuelve contra Bruselas y rechaza la última propuesta de sanciones a Rusia

El presidente húngaro, Viktor Orbán. | Attila Volgyi (EP)

Hungría sigue empeñada en romper la unidad europea contra Vladimir Putin. El Gobierno liderado por el ultranacionalista Viktor Orbán ha asegurado este miércoles que no puede aprobar la última propuesta de sanciones de la Unión Europea contra Rusia porque «hundiría» la seguridad energética del país centroeuropeo, muy dependiente de los hidrocarburos rusos. Un movimiento que dificulta la política de Bruselas ante las acciones de Moscú, ya que este tipo de decisiones comunitarias exigen unanimidad.

«El Gobierno, en esta forma, no puede aprobar responsablemente el nuevo paquete» de sanciones, ha afirmado el ministro de Exteriores, Péter Szijjártó, a medios húngaros desde Uzbekistán, donde se encuentra de visita oficial. Y eso que él mismo reconoció que la UE permitía que Hungría obtuviera, junto a Eslovaquia, un año y medio de transición hasta eliminar las importaciones del petróleo ruso, aunque argumentó que se trata de «poco tiempo».

Szijjártó ha reiterado que el abastecimiento energético de Hungría «actualmente es estable» y que el sexto paquete de sanciones contra Rusia lo «hundiría del todo». En concreto, Hungría importa de Rusia el 60% del petróleo y el 85% del gas que usa.

Esta sería la primera vez que Hungría no apoya un paquete de sanciones contra Rusia por la invasión de Ucrania. El Gobierno del Orbán, posiblemente el mejor aliado en la Unión Europea del líder ruso, Vladimir Putin, ya se negó a entregar armas a Ucrania y vetó que incluso los envíos de material bélico pasaran por su territorio.

Aunque por el momento el gesto ha demostrado ser insuficiente, la Comisión Europea proponía conceder a Hungría y Eslovaquia un año más que al resto, hasta el 31 de diciembre de 2023, para renunciar a las importaciones de petróleo ruso, según consta en su propuesta para el sexto paquete de sanciones a Moscú.

La República Checa pide dos años de margen

En concreto, la propuesta de la CE dice que el periodo de retirada más amplio para estos dos países se debe a su «situación geográfica», pues no tienen salida al mar, así como a su elevada dependencia del crudo ruso. Un excepción que por el momento no incluye a la República Checa, que ha reclamado a Bruselas que el nuevo paquete de sanciones plantee un exención de al menos dos años para reducir la dependencia energética del petróleo ruso, alineándose así con Hungría y Eslovaquia.

El primer ministro checo, Petr Fiala, ha reconocido este jueves las reservas de su Ejecutivo con la ‘hoja de ruta’ planteada unas horas antes por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, que ha reclamado el embargo petrolero planteando un periodo de transición que concluiría a finales de año.

El plan del Ejecutivo comunitario, entre otros, pasa por prohibir las importaciones de petróleo crudo seis meses después de la entrada en vigor de las nuevas sanciones, mientras que en el caso del petróleo refinado el plazo se amplía a ocho meses.

Sin embargo, Szijjártó aseguró que Hungría solo podría aceptar el nuevo paquete de sanciones si el transporte de petróleo por oleoductos quedara fuera de las restricciones. Por su parte, el Gobierno eslovaco ya ha pedido públicamente que sean tres años.

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