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Esgrima: seis beneficios para cuerpo y mente de desenvainar la espada

No es solo dar espadazos, sino llenarse de beneficios para cuerpo y mente mientras te diviertes

Esgrima: seis beneficios para cuerpo y mente de desenvainar la espada

Dos hombres practicando esgrima. | Freepik

Puede que cuando pensemos en la esgrima (ojo, que es una palabra femenina, no masculina) creamos que estamos hablando de un deporte complicado, antiguo o incluso señorial, no viendo más allá de la careta que tenemos delante. Sin embargo, cada vez más en auge en nuestro país, son muchas las escuelas de esgrima que están surgiendo como respuesta a un público creciente que demanda un deporte que, evidentemente, llama la atención.

Sea sable, espada o florete, son muchos los espadachines que buscan emular a D’Artagnan o a otros referentes del estoque a través de un deporte que, curiosamente, pasa desapercibido en cuanto a sus bondades y beneficios para la salud y que, sin embargo, es perfecto para practicar en muy diversas edades.

No necesariamente para llegar a los Juegos Olímpicos, pero la realidad es que practicar este deporte desde corta edad puede, al contrario que sucede en otros deportes, ayudarnos a calibrar y medir mejor las frustraciones y aumentar el autocontrol de los esgrimistas. También incluso con personas más adultas o mayores, ya que las ventajas de la esgrima no se limitan a los físicos, sino además a un factor mental que al mismo tiempo ayuda a la toma de decisiones.

Tanto para ellos como para ellas, la esgrima supone una ventana abierta a un deporte donde se trabajan muy distintos grupos musculares, amén de factores relevantes como la velocidad, la fuerza o la propia resistencia, que permitirán ser mejor esgrimista a medida que vayamos potenciando estas cualidades. Una realidad que es aplicable del mismo modo a una situación que, como deporte de combate y deporte individual, no permite un segundo de calma.

Esgrima: beneficios para cuerpo y mente

Dos adolescentes practican esgrima

Ser un tirador —el otro nombre que reciben los esgrimistas— cambia en función del arma que se empuñe, existiendo distintas reglas en función de elegir sable, florete o espada. En el caso de las dos primeras se trata de armas de convención (es decir, se da prioridad al ataque y no hay tocados dobles), mientras que en el caso de la tercera sí existen tocados dobles y la posibilidades de defenderse y contraatacar. Es solo una mención al reglamento, pero en definitivas cuentas los beneficios de la esgrima deportiva —que conviene diferenciar de la histórica— son muy parecidos.

Deporte presente desde la primera edición de los Juegos Olímpicos modernos, la esgrima no solo ha evolucionado dentro de un patrón técnico desde los antiguos duelos, germen de este deporte donde la seguridad está por encima de todo. Peto y careta son fundamentales en su práctica, que, como decimos, está cargada de beneficios que pueden venir de maravilla a muy distintas personas, desde aquellos que ya están en forma como para otras personas que quieren perder peso o para los que quieren recuperar algo de fondo físico.

Debido a su carácter de deporte aeróbico, es perfecta para realizar un trabajo cardiovascular constante sin la sensación de ser reiterativo o aburrido, sino todo lo contrario. Adelgazar o mejorar el tono es muy sencillo con este deporte que no se limita solo a la mera práctica, sino a los entrenamientos y a un ejercicio que, si queremos ir más allá, podemos complementar perfectamente con otros deportes de gimnasio.

Los beneficios de la esgrima para el cuerpo

Deporte de gran explosividad y de mucha capacidad de reacción, las ventajas de practicarlo están muy asociadas a la respuesta y por tanto, como deporte de combate, es primordial que la velocidad sea una de sus virtudes, del mismo modo que la explosividad, razón por la que hay ciertos matices que se trabajan en gran medida.

Así lo aseguran desde la escuela de esgrima El Gato, donde explica Alejandro Núñez, fundador y profesor de esgrima, que «existen beneficios físicos que son comunes a otros deportes, pero otros como la propiocepción, la coordinación o los reflejos destacan en este deporte». En el caso de bondades ya conocidas podríamos hablar de la fuerza, la potencia o la propia resistencia.

«Ver dónde nos quieren tocar, mantener la distancia, evitar que paren nuestros ataques: los reflejos se desarrollan notablemente», avala Núñez, con una realidad que además nos permite mejorar con ello los beneficios del equilibrio, la elasticidad y la flexibilidad, varias virtudes que luego pueden ser de gran utilidad en el día a día. Algo que también reivindica desde la propiocepción, una palabra que quizá nos suene extraña, pero que podemos resumir como «la capacidad que tiene nuestro cerebro de saber la posición de las partes de nuestro cuerpo».

Esta consciencia corporal es la que nos permite mejorar la coordinación y los reflejos, que serán fundamentales —incluso más que algunas virtudes meramente físicas como la fuerza o la potencia— para repeler ataques o para conseguir tocar al rival. Por eso, como aseguran desde El Gato, es un buen deporte para niños pues «ayuda a aprender a movernos y saber dónde tenemos pies, manos y a colocarlos como queremos, además a de coordinar los movimientos». En resumen, una puerta abierta a la percepción espacial y a la mejora de la psicomotricidad que puede venir de maravilla a los más pequeños.

Los beneficios de la esgrima para la mente

Cada combate de esgrima es una especie de partida de ajedrez donde no solo hay que saber defenderse y pensar en la estrategia del rival, sino a mantener la cabeza en calma y a hacer gala de ese autocontrol. Como puede suceder en un partido de tenis, supone un deporte perfecto para hacer gala de fortaleza mental y de la gestión del estrés.

Una esgrimista lanza un ataque

Anticiparse a los movimientos, pero también mantener la cabeza fría y no dejar la guardia baja durante una defensa son parte de esos encantos que sirven, como explican desde El Gato, en dar la misma importancia a los beneficios del plano físico y del mental. Una realidad que a veces puede pasar desapercibida en otros deportes, pero que en la esgrima es clave, pues aseguran que debes «si tienes un buen nivel físico pero no has planteado soluciones táctico estratégicas o no eres capaz de regular tu foco atencional, poco podrás hacer contra el que sí que piensa».

Por estos motivos, la reivindicación de este deporte de combate supone fuera del tatami el saber resolver problemas o comprender situaciones de estrés y nervios y de cómo gestionarlas, además de favorecer la rapidez en la toma de decisiones, analizando distintas perspectivas en cuestión de segundos. Un mismo factor que además, como es habitual en otros deportes, ayuda a encajar también las derrotas y a saber disfrutar las victorias.

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