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La peligrosa relación entre herpes zóster e infartos a corto y largo plazo

A corto y largo plazo, haber sufrido este virus puede suponer un incremento de padecer accidentes cerebrovasculares hasta 12 años después de pasarlo

La peligrosa relación entre herpes zóster e infartos a corto y largo plazo

Una doctora sujeta un corazón de plástico en las manos. | ©Freepik.

Como un vestigio del pasado, una varicela puede aparecer de nuevo varias décadas después y convertirse en el temido herpes zóster, que no es otra cosa que la reactivación del virus varicela zóster desde su fase latente. Prácticamente erradicada en las sociedades occidentales debido a la vacunación, la varicela aún así es una enfermedad endémica en buena parte del tercer mundo.

Además, los riesgos del herpes zóster (la reactivación de la fase de latencia), a veces llamado culebrilla, aunque el nombre más correcto es ganglionitis posterior aguda, han acabado asociados también con un riesgo potencial mayor de enfermedades y accidentes cerebrovasculares como los infartos.

Así lo ha publicado el Journal of the American Heart Association (Diario de la Asociación Americana del Corazón), que ha encontrado que las personas que han sufrido alguna vez un episodio de herpes zóster tienen hasta un 30% más de probabilidades de sufrir ataques cardíacos o infartos que las personas que no lo han tenido.

El riesgo, además, no entiende de edad, pues la publicación asegura que se puede producir hasta 12 años (e incluso más) de haberse producido la citada culebrilla, asegurando además que también se puede producir un ictus o el citado infarto de miocardio.

Una doctora analiza un escáner cerebral
Con la presencia de este virus aumentan tanto los riesgos de ictus (accidentes cerebrovasculares) como los infartos. ©Freepik.

Muy presente en las personas inmunocomprometidas (con las defensas bajas) como puede pasar en ancianos y también en personas con VIH, donde el herpes zóster puede ser especialmente grave, su presencia o aparición se puede evitar con la vacuna contra el herpes zóster recombinante. Sin embargo, en caso de que se produzca, lo habitual es tratarlo sintomáticamente y recurrir a antivirales, sobre todo en los pacientes inmunodeficientes, según explican desde MSD Manuals.

Estéticamente muy visible, aunque es habitual que se reproduzca en la espalda, viente o brazos, pero también en la cara; el herpes zóster además aparece con una erupción dolorosa a base de dermatomas irritativos y dolorosos, por lo que es muy común que su tratamiento también se combine con analgésicos. Además, es muy habitual que en las personas mayores acabe apareciendo la neuralgia posherpética, que hace más ingrata todavía esta enfermedad.

La relación entre herpes zóster y los infartos

A ello hay que sumar el descubrimiento de la American Heart Association sobre la vinculación con las enfermedades cerebrovasculares a largo plazo. Un hallazgo que se consolida con algo que ya se sabía de antemano, pues hay estudios que avalan que los riesgos de infarto, ictus o accidentes cerebrovasculares a corto plazo después de sufrir un herpes zóster eran más altos, como explicaban desde BMC Infectious Diseases, pero ahora la preocupación se extiende en el tiempo y conviene saber por qué.

Una persona con VVZ (virus varicela herpes zóster)
El virus de la varicela es el mismo virus que el del herpes zóster, solo que en diferente fase. ©Freepik.

En este caso, teniendo en cuenta el origen del estudio, conviene poner sobre la mesa los datos que apuntan a que la mayor parte de los estadounidenses mayores de 50 años han sido infectados por el VVZ (virus varicela zóster), razón que hace que luego se pueda reactivar el virus en forma de herpes zóster.

Algo que apunta la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica también en el caso de España, pues el Informe Herpes Zóster, España 1998-2018 avala que «el HZ es una entidad de la edad adulta y sobre todo de las edades avanzadas de la vida; a partir de los 50 años de edad la incidencia se incrementa progresivamente» con una incidencia de 625,5 por cada 100.000 habitantes en personas de 50 años o más.

Bajo estas premisas, lo que se advierte desde la publicación estadounidense para explicar por qué el ictus o los infartos de miocardio aumentan su riesgo tras esta infección estaría en la concepción del propio VVZ, pues es el único virus humano que tiene replicación arterial, provocando vasculopatía o afectando a los vasos sanguíneos.

Escena en una sala de hospital con una doctora y un paciente mayor
A medida que se envejece, las probabilidades de un herpes zóster más virulento y letal aumentan. ©Freepik.

En este caso, aún sin datos concretos, consideran, como explican fuentes de Health.com, que la inflamación que deviene por el HZ es la responsable de aumentar el riesgo de este tipo de accidentes aunque, como se precisa, se trata de un estudio observacional y no de intervención, por lo cual hacen falta más datos para avalar la causalidad entre enfermedades y accidentes cerebrovasculares con la aparición del herpes zóster a corto y largo plazo.

De esta forma se apunta a lo que hoy es la primera causa de muerte en Estados Unidos, suponiendo la relación con las enfermedades cardiovasculares como las responsables de una de cada tres muertes en el país. Aún así, la vinculación no está solo aparejada al herpes zóster, sino que este desencadenante participaría de una concomitancia de otros factores como obesidad, diabetes o hipertensión, que también están muy vinculados a este tipo de enfermedades.

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