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Grasa abdominal: cómo quemarla antes de verano con cinco trucos

El esprín final antes del verano exige ciertas medidas certeras para que los kilos de más no amarguen los posados veraniegos ni nuestra salud

Grasa abdominal: cómo quemarla antes de verano con cinco trucos

Un hombre joven come aperitivos en una mesa | ©Freepik.

Llega el verano y entra la angustia vital. Es hora de pasar revista nuestro cuerpo y darnos cuenta de que algunos de los accesos de la primavera han empezado a acumularse en nuestro vientre. Sí, amigos, es la hora de poner cara (metafórica) a la grasa abdominal. Ese enemigo que todos los veranos atenta contra nuestra tripa y que dispara kilos de más.

Quizá para muchos (o muchas) sea ya tarde. Es posible que para algunos sea un mal menor, incluso algunos directamente den la batalla por perdida y no tengan intención de combatir la grasa abdominal. Siempre que estemos hablando de personas saludables, la grasa subcutánea no tiene por qué amargarnos. Otro cantar sería que hablásemos de la grasa visceral (de la que ya hablamos hace tiempo en THE OBJECTIVE), y cuya sobreabundancia si tiene riesgos claros sobre nuestra salud.

En cualquier caso, el primer spoiler que debemos darte es que tengas claro que eliminar de manera localizada un tipo de grasa sin intervenciones quirúrgicas es imposible. Lo que sí es cierto es que podemos intentar perder grasa abdominal a costa de ciertos comportamientos y cambios que nos ayuden a eliminar la grasa en términos generales.

Por tanto, olvida pretender que tus abdominales se pudran y definan por sí solos, mientras el resto del cuerpo permanece nadando en una abundancia lipídica. ¿Significa eso que no puedas atacar frontalmente a tus michelines? No, en efecto, pues puedes intentar poner cierto remedio.

Aun así, insistimos en que si lo que pretendes es tener abdominales definidos, deberías tener un índice de grasa corporal bastante bajo.Por ello, deberías estar trabajando ejercicios de fuerza, además de ciertos ejercicios cardiovasculares y, por supuesto, llevar una buena alimentación que permita alcanzar ese déficit calórico que necesitamos para perder grasa abdominal. Si no hay deporte y no hay dieta es imposible reducir grasa abdominal.

Cómo combatir la grasa abdominal

Insistimos en que no hay atajos. Si quieres intentar poner remedio a la grasa abdominal hay que buscar soluciones que vayan más allá de las soluciones puntuales. De hecho, la mayor parte de los ataques frontales a este tipo de grasa no sólo tienen una misión estética, sino que realmente tienen un efecto plenamente funcional.

El problema, como pronto entenderéis —o ya sabréis— es que esta acumulación de grasa es multifactorial. Es decir, no va a ser sólo culpa de un mismo frente o de un mismo fenómeno, sino de la concatenación de varios. Por tanto, mejorar alguno de los factores, pero empeorar el resto puede hacer que no sirva de nada tomar medidas. Por suerte, están interrelacionados, así que cuanto más los cuidemos en general, mejor será en particular.

Duerme mejor

Suena fácil decirlo, lo sabemos. Especialmente ahora, donde se presupone el buen tiempo y donde dormir con calor comenzará a hacer infaustas las noches. No obstante, la realidad relaciona de manera directa el mal descanso y dormir poco con la obesidad y el sobrepeso.

Lo cierto es que las personas que duermen menos de siete horas al día presentan mayores riesgos de sufrir obesidad y sobrepeso. También de otros padecimientos como hipertensión o diabetes, motivo por el que mejorar la higiene del sueño parece clave para combatir la grasa abdominal.

Estrésate menos

El estrés está muy relacionado con el aumento de peso. ©Freepik.

Canta a otra perogrullada, pero lo cierto es que hay numerosos estudios que vinculan el estrés y la grasa abdominal y el sobrepeso. No es el único, claro. La salud mental, en términos generales, está muy relacionada con el aumento de peso y con enfermedades como la obesidad.

Una de las culpas más habituales recae en las hormonas que secretamos en períodos de estrés, como la grelina o la leptina. También directamente la afectación del estrés a nuestro comportamiento, invitando comer en exceso o alimentos más calóricos, en busca de esas recompensas. Por este motivo, el estrés, la depresión o la ansiedad suelen verse inmersas en este tipo de situaciones.

Mejora tu dieta

De nuevo Perogrullo vuelve a las andadas en el caso de la grasa abdominal. No obstante, se trata de que busquemos alimentos no sólo más saludables, sino más saciantes. Por este motivo, las recomendaciones suelen apuntar a consumir alimentos más proteicos, pues las proteínas tardan más en digerirse y alargan esa sensación de saciedad.

En el lado contrario, eliminar azúcares simples y azúcares añadidos, además de buscar elementos que tengan una alta densidad nutricional, es decir, que sean muy nutritivos pero añadan pocas calorías. En este caso, magníficos aliados serán las legumbres, que aportan muy pocas calorías con relación a las propiedades que suponen.

Muscúlate

A más músculo, más consumo energético. ©Freepik.

Sabemos que suena más fácil decirlo que hacerlo, pero la realidad es que un cuerpo con más músculo exige más ‘mantenimiento’ a nuestro organismo. Dicho de otra manera más técnica: nuestro cuerpo demanda más energía para mantenerse cuando hay más músculo que cuando hay más grasa.

Esto nos permite mejorar nuestra tasa metabólica, que no es otra cuestión que la cantidad de energía que consumimos para que nuestro cuerpo mantenga sus funciones rutinarias. A mayor porcentaje de músculo, mejor tasa metábolica y, por tanto, más fácil será enfrentarse a las grasas.

Cambia tu forma de comer

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No se trata sólo de comer más sano, sino de tener una mejor higiene a la hora de comer. ©Freepik.

Quizá esta sea una de las formas más sencillas de combatir la grasa abdominal y es que a comer también se aprende. Ya no sólo nos referimos a que elijas mejores alimentos e ingredientes, sino incluso al hecho de comer. Parte de los secretos también están en esta educación alimenticia.

Masticar más despacio y más veces la comida también permite que nuestro estómago sea más consciente del proceso de la deglución. Por descontado, mejor comer con calma y concediendo tiempo a lo que estamos haciendo que comer delante de un ordenador, pantalla o a toda prisa y de pie. Son pequeños tips que, si se implementan, pueden ayudar a combatir la grasa abdominal con poco esfuerzo.

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