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Así mina el ruido tu productividad en el trabajo, según numerosos estudios e investigaciones

Un cambio en unos pocos decibelios puede ser suficiente en muchos casos

Así mina el ruido tu productividad en el trabajo, según numerosos estudios e investigaciones

Un hombre estresado en la oficina | ©Freepik.

No se ve, pero se siente. La contaminación acústica, lo cual podríamos sintetizar como el ruido, también nos juega malas pasadas. Al contrario de lo que sucede con la contaminación atmosférica, mucho más notable —y con efectos a medio y largo plazo largamente testados—, la contaminación acústica suele pasar a un segundo plano.

Sin embargo, son cada vez más los estudios e investigaciones que están comprobando cómo afecta la contaminación acústica (de la que ya te hablamos en THE OBJECTIVE) y el ruido a nuestra vida. De hecho, algo que parecía no tan evidente, empieza a verse con más claridad. O eso se colige tras comprobar diversas instituciones, como afecta el ruido a la productividad y eficiencia en el trabajo.

No es algo nuevo, pues existen bastantes trabajos, como este de la Universidad de Nebraska, en Estados Unidos, que avala como el rendimiento laboral se reduce con el tiempo cuando estamos en ambientes especialmente ruidosos. De hecho, el estudio no solo vincula el ruido con ese descenso de la productividad. También con incapacidad de pensar con la misma claridad que en entornos tranquilos.

Valiéndose de diferentes períodos de tiempo de 20, 40,80 y 240 minutos, diversos trabajadores fueron expuestos a distintos niveles de ruido ambiental. Tras analizar las conclusiones, el estudio advirtió que el ruido tiene un impacto negativo en la productividad laboral. Además, este tipo de ruidos pueden proceder de muy diferentes fuentes, entre las cuales también se necesitaban los conductos de ventilación o los sistemas de aire acondicionado en los trabajos.

Una relación mal avenida: ruido y productividad laboral

Empleados con estrés en una oficina con ruido
Altos niveles de ruido estarían vinculados a un aumento del estrés laboral. ©Freepik.

No sólo se trata de comprender cómo el ruido puede mermar la productividad. También de qué entendemos por ruido cuando estamos dentro de un espacio de trabajo. En este sentido, un estudio reciente llevado a cabo en un taller de hilado en Kenia comprobaba que un aumento de diez decibelios suponía un descenso en la productividad de un 5%. Una cifra relevante, pues encontramos trabajos mucho anteriores que lo avalaban. No obstante, en este ejemplo el descenso del ruido en una fábrica reducía los errores de los trabajadores.

Una realidad que es especialmente relevante en espacios y entornos laborales donde se ejercen tareas manuales. De hecho, otro estudio, este planteado por una universidad iraní, remarcaba que niveles de ruido de 110 dB suponían un descenso notable en el rendimiento de los estudiantes. Con el objeto de comprobar cómo afectaba, el estudio corroboró que, a medida que aumentaban los niveles, el rendimiento disminuía.

Por qué el ruido afecta a la productividad

Distintos estudios corroboran que el ruido afecta a la productividad, pero conviene saber por qué sucede esto. La teoría más plausible, tal y como acreditaba un estudio de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, tiene que ver con una respuesta hormonal.

En este caso, este tipo de ruidos producidos en el entorno laboral supondrían un cambio hormonal. Concretamente un incremento de la secreción de la epinefrina (adrenalina), una hormona que producimos cuando estamos en shock o en momentos de estrés. De esta manera, el ruido ambiental se convertiría en un agente más en la producción de estrés. Como avalan otros estudios, hay evidencias de que la sensibilidad y la exposición al ruido se vinculan a la percepción del estrés. Por tanto, al estrés laboral y a la satisfacción con el trabajo.

Lo cierto, además, es que el concepto de ruido puede ser muy variado. Un estudio del que se hacía eco el Foro Económico Mundial en 2016 apuntaba que el ruido de fondo en una oficina podría reducir la productividad hasta un 66%. Además, este tipo de ruido también se vincula con una mayor distracción en el puesto de trabajo. Algo que se puede producir por cuestiones tan nimias como la charla con el compañero. De esta manera, la pérdida de concentración podría suponer una distracción laboral que minase la productividad incluso más que las redes sociales.

Del mismo modo, una reducción del ruido ambiental supondría amortiguar el impacto negativo del estrés laboral psicosocial. Tal y como avalaba un estudio de la Universidad de Nottingham, donde se comparaba su influencia en la satisfacción laboral, en el bienestar y en el compromiso organizativo.

Una afectación musculoesquelética

Además, de la misma manera, este tipo de ruidos en espacios laborales como oficina tendrían otra contrapartida. Como demostraba un estudio, la incomodidad que se genera en estos puestos de trabajo va más allá del mero ruido. Lo que comprobaron con una investigación fue que las personas sometidas a este tipo de ruido ocupacional también adoptaban peores posturas en sus puestos de trabajo, debido a esa situación de poco confort.

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