Una empresa capta 30 millones de dólares para fabricar vodka y perfumes hechos de aire
Air Company, con sede en Nueva York, desarrolla sus productos utilizando un conversor de dióxido de carbono
Air Company
La empresa estadounidense Air Company ha cerrado una ronda de financiación de 30 millones de dólares que invertirá en seguir desarrollando su tecnología para reaprovechar el CO2 de las emisiones, que actualmente emplean en crear perfumes, gel hidroalcohólico y vodka «hechos de aire».
La ronda de financiación ha estado liderada por Carbon Direct, junto a Toyota Ventures, JetBlue Technology Ventures y Parley for the Oceans y permitirá a la empresa de Nueva York construir su tercera fábrica, con la que pretenden avanzar en el desarrollo de ethanol a partir de CO2.
Vodka hecho de aire
Aunque la compañía comercializa otros dos productos, el perfume y el gel hidroalcohólico, lo que les ha llevado a conseguir más atención ha sido su último producto, el vodka.
Para producir el alcohol, utilizan un electrolizador que funciona con energía renovable para dividir agua en hidrógeno y oxígeno. Este último es devuelto a la atmósfera, mientras que el hidrógeno va a parar al reactor conversor de carbono, junto al CO2, para crear «la primera bebida alcohólica del mundo con un impacto negativo de carbono, con la mayor calidad y la más sostenible», explica la empresa a THE OBJECTIVE.
Según los datos que proporcionan a este periódico, el contenido de cada botella absorbe tanto dióxido de carbono como ocho árboles.
Así, este vodka hecho aprovechando las emisiones sustituye el centeno y la levadura como ingredientes principales. «El vodka tradicional está hecho fermentando grano y requiere mucho terreno, agua y energía de combustibles fósiles. Los contaminantes emitidos por estos sistemas, las grandes cantidades de agua que se usan y los fertilizantes son solo algunos de los motivos por los que pensamos que los métodos de producción tenían que cambiar», señalan fuentes de la empresa.
Para asegurarse de que todo el proceso es sostenible, la empresa genera su propio hidrógeno verde en Brooklyn y lo utiliza, junto al CO2, para alimentar el conversor que crea los alcoholes.
Y para que no solo el producto sea sostenible, sino también los envases, las botellas de vodka no llevan etiqueta, sino que todo está grabado en el cristal, y se venden en cajas de cartón reciclado. Todo, insiste la compañía, hecho en fábricas cuya principal fuente de energía es la eólica.
Aunque el principal lugar de venta de sus productos es su página web, el vodka se puede disfrutar también en varios restaurantes de Nueva York, California y Miami.
Por otra parte, su perfume también ha traspasado la barrera digital y ha llegado a las tiendas. Incluso fuera del país, ya que en los últimos días, la empresa ha anunciado que estará en Londres con una venta temporal en un espacio físico.
El sector aeroespacial, su futuro objetivo
Los de Air Company no quieren quedarse solo en el sector del alcohol, sino que su idea es llegar mucho más lejos. En concreto, al espacio.
En 2020, la compañía anunció que había inventado una manera para hacer combustible sostenible a partir de dióxido de carbono. Su objetivo es conseguir que este tipo de combustible se pueda usar en la creciente industria espacial y reducir así la huella de carbono de la exploración en el espacio para hacerla más sostenible.
En su proceso para llegar a este objetivo, la compañía quedó primera en el reto de la conversión de la NASA, una competición que busca maneras de convertir el dióxido de carbono en azúcares como un paso para llegar a crear recursos que son críticos en las misiones espaciales. «Estas tecnologías nos permitirán crear productos utilizando recursos locales en Marte y la Tierra usando el dióxido de carbono de las emisiones y la atmósfera», explica la NASA.
«Creamos Air Company con la misión de trabajar con la naturaleza, no contra ella, para crear un futuro más limpio», argumentan desde la empresa. «En 2022, expandiremos nuestras innovaciones a nuevas industrias y a la producción comercial para que que nos ayuden a lograr un mayor impacto y a mostrar cómo las prácticas actuales de la industria pueden llegar a ser negativas en carbono», añaden.
