Notpla, la 'startup' que hace desaparecer los envases
La empresa asegura otra ronda de financiación para expandir su alternativa al plástico a base de algas
En un pequeño rincón del este de Londres, junto a la antigua fábrica de Alexander Parkes, donde se inventó el plástico hace unos 160 años, se encuentra la sede de Notpla. Esta innovadora startup británica, cofundada en 2014 por el diseñador y arquitecto español Rodrigo García González y el ingeniero de diseño Pierre Paslier, está revolucionando el mundo de los envases con una misión clara: eliminar los plásticos de un solo uso.
El plástico es un material relativamente reciente en la historia humana, pero su impacto ha sido devastador. Más de 430 millones de toneladas de plástico se producen cada año y solo el 9% de los residuos plásticos se recicla adecuadamente, según la OCDE. El resto de residuos termina en vertederos, incineradoras o dispersos en el medio ambiente, descomponiéndose en microplásticos que contaminan el aire, el agua y los alimentos, con graves consecuencias para la salud humana.
¿Y si los envases pudieran desaparecer? Notpla demuestra que es posible, y que la solución está en las algas, que le permiten crear un material totalmente biodegradable, compostable e incluso comestible, superando las limitaciones de los bioplásticos tradicionales. Notpla considera que las algas son «un material del futuro» puesto que no necesitan agua fresca ni fertilizante, pueden llegar a crecer un metro por día y contribuyen a limpiar los océanos.
Inspirado en la «piel» de las frutas
«Siempre he querido ser inventor», comenta Rodrigo, recordando sus años como estudiante. «Estuve estudiando hasta pasar los 30 años gracias a becas. Mis amigos me llamaban el Becas. Eso me dio una plataforma para explorar ideas y proyectos distintos, a menudo sobre el tema de los recursos o de la basura». Esta pasión lo llevó a Londres, donde conoció a Paslier, quien compartía su preocupación por el impacto global del plástico. Empezaron a trabajar juntos, «no con la misión de crear una empresa, sino de encontrar una solución al problema del plástico». Observando cómo las frutas utilizan una «piel» biodegradable para protegerse, los dos amigos decidieron recrear este fenómeno en forma de envases. Tras muchas pruebas en su cocina, encontraron en las algas un material con las propiedades adecuadas para crear burbujas transparentes capaces de encapsular líquidos de manera segura y ecológica.
Su primer producto, Ooho, una cápsula comestible hecha de algas que puede contener agua u otros líquidos, se hizo viral en las redes. Este avance inicial les permitió ganar un par de premios y obtener fondos a través de crowdfunding, acumulando un millón de dólares que invirtieron en un equipo de científicos del Imperial College y maquinaria especializada. Desde entonces, este producto de aspecto futurista ha tenido un gran éxito, especialmente en eventos deportivos, como la maratón de Londres en 2019, donde Ooho se asoció con la empresa de bebidas Lucozade, consiguiendo reemplazar 36.000 botellas de plástico. Desde entonces, Notpla se ha asociado con grandes marcas como Decathlon y Tropicana para producir una serie de productos similares, desde geles energéticos, envases de cócteles, salsas y más.
A medida que el mundo enfrentaba la pandemia de Covid-19, Notpla, que hasta entonces se enfocaba en grandes eventos, tuvo que adaptarse. Fue entonces cuando la startup se asoció con la marca de comida a domicilio Just Eat. Rodrigo explica el problema con las tradicionales cajas de uso único para comida: «Dentro de las cajas de cartón hay plástico, y eso hace que no se pueda reciclar ni el cartón ni el plástico». Aquí es donde entra en juego la innovación de Notpla: una caja con un revestimiento de algas que protege el cartón de la grasa y lo convierte en un envase totalmente biodegradable y compostable. Esta innovación puede tener un impacto masivo, considerando que en el Reino Unido se usan 500 millones de cajas de plástico para llevar cada año. Las cajas de Notpla ya se utilizan en 50 estadios de fútbol y en eventos como Wimbledon.
Una solución realmente sostenible
Respondiendo al aumento de demanda de soluciones sostenibles al plástico, el mercado de los bioplásticos está creciendo rápidamente. Sin embargo, aunque estos materiales prometen ser una alternativa al plástico, suelen venir acompañados de complicaciones. Muchas de estas soluciones están hechas de materias primas renovables, como el maíz o las patatas, pero su biodegradabilidad depende de condiciones muy específicas, sobre todo en alternativas que contienen rastros de plástico tradicional, lo que resulta confuso y engañoso para los consumidores.
Rodrigo aclara: «Bioplástico puede referirse a un montón de cosas. Un material plástico puede venir de orígenes vegetales. Puedes coger alga, maíz o patatas, modificarlas químicamente y hacer un plástico. Cuando modificas estos elementos naturales, la naturaleza no entiende cómo procesarlos». Esta es la razón por la cual Notpla va más allá de los bioplásticos convencionales. Su enfoque es completamente natural y no modificado químicamente, asegurando que sus productos no solo sean biodegradables, sino comestibles.
El papel crucial de la legislación
Rodrigo y su equipo entienden que, aunque Notpla está generando un gran impacto en el mundo de los envases, la solución global requiere apoyo legislativo. La «start up» ha cofundado el «Natural Polymers Group» junto con otras seis compañías para impulsar políticas que favorezcan soluciones que no contienen rastro de plástico. Entre las políticas que impulsa Notpla, destacan la implementación de impuestos sobre los plásticos desechables y el apoyo a los polímeros naturales a través de incentivos. Además, la «start up» defiende la eliminación progresiva de los plásticos de un solo uso, donde existen alternativas funcionales y el establecimiento de aranceles a la importación de productos plásticos.
Rodrigo apunta al ejemplo de los Países Bajos, que han implementado estrictos impuestos sobre plásticos de un solo uso, obligando a las empresas a buscar soluciones verdaderamente sostenibles. Tras nueve meses de evaluación, la alternativa de Notpla fue reconocida como el único material que cumple con los rigurosos criterios de ausencia total de plástico de la UE y que, por tanto, pueda venderse sin ningún tipo de impuesto sobre el plástico.
Un futuro sin plástico
El impacto de Notpla ya es tangible. La empresa ha logrado reemplazar más de 13 millones de unidades de plástico de un solo uso y planea llegar a 100 millones anualmente para 2026. Su visión a largo plazo es aún más ambiciosa: reemplazar mil millones de unidades de plástico para 2030.
Para alcanzar este objetivo, Rodrigo y su equipo están trabajando en otros productos como películas transparentes, cubiertos sólidos desechables, y envases comestibles para distinto tipo de aplicaciones.
Con una reciente ronda de financiación que ha recaudado 19,5 millones de libras esterlinas (más de 25 millones de dólares), Notpla está lista para expandirse, no solo en su gama de productos, sino también en su capacidad de producción y en nuevos mercados, especialmente en Norteamérica. La clave de su crecimiento, explica Rodrigo, está en hacer que su material funcione con maquinaria existente, facilitando la adopción por parte de grandes fabricantes.
Rodrigo lo resume de forma clara: «El plástico es una solución y un problema relativamente reciente. Nuestros antepasados han vivido sin necesidad de él… Seguimos teniendo esas soluciones, es simplemente volver a aplicarlas». Con esta filosofía, Notpla defiende que utilizar materiales que tardan millones de años en formarse a partir de combustibles fósiles y luego cientos de años en descomponerse, para un breve momento de uso en una bolsa de patatas o una botella de agua, es una opción costosa e ineficiente que ya no nos podemos permitir. Combinada con tecnología moderna y legislación favorable, la solución de Notpla demuestra que un consumo sin plásticos no solo es necesario, sino posible.