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BBVA pierde al segundo español en la cúpula de su filial argentina en apenas dos meses

Alfredo Castillo deja la dirección de la filial del grupo después de que Maria Isabel Goiri renunciara a su cargo de presidenta de la franquicia suramericana

BBVA pierde al segundo español en la cúpula de su filial argentina en apenas dos meses

Sede de BBVA. | Europa Press

BBVA se está viendo obligado a renovar la cúpula de su filial argentina por la salida de altos ejecutivos. En apenas dos meses ha perdido al segundo español que estaba en el equipo directivo de la división suramericana. Se trata del vicepresidente de la franquicia, Alfredo Castillo, que ha decidido jubilarse tras años de servicio al grupo financiero. Su marcha se produce después de que a finales de abril la presidenta (y también española), María Isabel Goiri, dejara la entidad por motivos personales.

Según ha podido saber THE OBJECTIVE, Castillo será sustituido por la argentina Mónica Gabriela Etcheverry, que comandará el área de Cumplimiento y Control Interno. Con este cambio, en la dirección de BBVA Argentina solo habrá dos españoles. Uno de ellos es el presidente, ya que el grupo nombró al madrileño Lorenzo de Cristóbal como máximo responsable de la filial y cubrir así la vacante de Goiri. Los otros ocho miembros de la jefatura son originarios del país de la plata.

 Castillo, de 65 años de edad, abandona su puesto que ostenta desde 2016. Con anterioridad, estuvo trabajando para la franquicia mexicana del grupo bancario, como director general de Riesgos. Previamente, estuvo en las cúpulas de las divisiones de Venezuela y Colombia. Por su parte, Etcheverry, hasta ahora, era responsable de atención a los usuarios en BBVA Argentina.

Argentina, clave para BBVA pese a los ínfimos beneficios

Para la entidad el mercado argentino es fundamental, aunque apenas contribuye a los beneficios totales del grupo. Según las últimas cuentas solo aportó 18 millones a las ganancias trimestrales. Es decir, algo más de un 1% de los 1.651 millones cosechados hasta marzo por la multinacional española.

BBVA posee el 66,55% del capital de la filial argentina. El resto está en manos de otros inversores, tanto en la Bolsa de Buenos Aires como de Nueva York. La franquicia cuenta con más de 2 millones de clientes y opera a través de los canales a distancia y 243 sucursales. Su cuota de mercado es del en torno al 7% en créditos y depósitos, siendo así el cuarto banco privado más relevante del país.

En los últimos ejercicios, el grupo ha tenido que lidiar con la vuelta del peronismo al poder hace unos años bajo la figura de Alberto Fernández. Entonces, BBVA llegó a advertir de las consecuencias de su victoria para la economía y el país. Desde antes incluso de la victoria de Fernández en las elecciones, Argentina estaba sumida en una nueva crisis económica e inflacionista. Tan es así, que con cargo a los resultados de 2018 el grupo se apuntó un impacto negativo en la cuenta de 266 millones por la inflación desbocaba en Argentina, lo que llevó a pérdidas netas a su filial suramericana.

BBVA ha tenido que llevar a cabo también la desaparición de la marca del histórico Banco Francés, en el marco de su plan de unificación global de su imagen con la denominación BBVA para todas las filiales extranjeras. Tan solo el turco Garanti mantiene su nombre de origen.

Precisamente el mercado otomano es el que más riesgos presenta en la actualidad para el grupo que preside Carlos Torres. De hecho, ultima contabilizar la filial turca en base a una economía hiperinflacionista. El IPC del país del Bósforo supera el 60%.

La entidad, con este ajuste, asumirá unas pérdidas de 300 millones, según el consenso del mercado. Del total, 200 millones serán anotadas en la cuenta de 2022 y las restantes 100 millones, en 2023. Pese a este recorte de los beneficios, la nueva contabilidad generará un aumento en patrimonio por el incremento del valor de la franquicia. Según Torres, todo el efecto de la inflación disparada en Turquía será neutralizado en el plazo de un año.

A pesar de los riesgos, Turquía es un mercado estratégico a largo plazo para BBVA, debido al potencial de crecimiento, la baja bancarización de la población y una ciudadanía extremadamente joven. El grupo acaba de elevar su peso en Garanti, hasta el 86% tras destinar 1.400 millones de euros de inversión. La entidad, eso sí, no ha logrado el objetivo de tomar el 100% del capital en su oferta de compra por la totalidad del capital. La intención de esta operación era retener el máximo posible de dividendos que distribuye Garanti.

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