Las mujeres españolas emprenden más que los hombres desde que estalló la pandemia

Las mujeres se están decidiendo a emprender más que los hombres en España desde que llegó la pandemia de coronavirus. En 2020, el número de mujeres que se convirtieron en emprendedoras creció un 49% respecto a las cifras de 2019, mientras que en los hombres fue del 42%, según los datos que publica LinkedIn y que están incluidos en el Informe de la brecha de género global del Foro Económico Mundial de 2022. 

Unos datos que confirma el Observatorio de Emprendimiento de España, que en su último informe de 2021/2022 señala que el porcentaje de mujeres involucradas en iniciativas emprendedoras de menos de tres años y medio de vida es superior al de hombres por primera vez desde que se registran estos datos, con un 5,6% frente al 5,4%, respectivamente. 

Pero a pesar del crecimiento del número de mujeres emprendedoras, el sector sigue estando muy desequilibrado, con un 80% de hombres frente a un 20% de mujeres, según los datos del Mapa del Emprendimiento de 2021 publicado por South Summit e IE University. 

«Emprendedoras por necesidad» 

Desde LinkedIn señalan que uno de los principales motivos de este aumento de las mujeres que deciden emprender es la necesidad de obtener ingresos ante las dificultades laborales que trajo la pandemia, que agrandó la brecha de paro entre hombres y mujeres. 

«Algunas lo han hecho por reflexión pura y dura y otras lo han hecho por necesidad, debido a la falta de ingresos. Muchísimas mujeres durante la pandemia se han cargado con doble responsabilidad, la de trabajar y la de cuidar, lo que les ha obligado a ir a buscar más flexibilidad», dice en una conversación con THE OBJECTIVE Rosario Sierra, directora de negocio corporativo de LinkedIn España y Portugal. 

«Tenemos que ser muy conscientes del hecho de que muchas de ellas se han visto obligadas por las estructuras de trabajo que no han sido tan flexibles», añade Sierra. 

En el mismo sentido se pronuncia María del Mar Fuentes, miembro del Observatorio de Emprendimiento de España. «En la pandemia el paro en las mujeres experimentó un crecimiento superior y ante esa situación, muchas mujeres, viendo sus oportunidades laborales reducidas deciden poner en marcha una actividad empresarial», dice en una conversación con este medio, aunque apunta que no es el único motivo y que también hay otros como la mejora de la cultura del emprendimiento. 

El hecho de que los cuidados recaigan mayoritariamente en las mujeres hace que estas busquen más flexibilidad, y la pandemia puso de manifiesto la posibilidad de que los negocios funcionen incluso desde casa, lo que pudo haber acelerado esta situación, según señalan las expertas.

«El doble de mujeres que de hombres se han visto inmersas en actividades de cuidado en la pandemia. Y un porcentaje alto de mujeres, en torno al 38% de mujeres han pensado dejar el trabajo en la pandemia y el 23% lo ha dejado. O sea que los datos tienen que ver siempre muchísimo con la diferencia entre hombres y mujeres», señala Sierra. 

Según los datos de LinkedIn, las mujeres son un 24% más propensas que los hombres a solicitar un puesto de trabajo a distancia, lo que deja claro «la importancia de la flexibilidad», señala Sierra. 

«Una de las grandes restricciones que las mujeres señalamos es tener que hacer frente a esos cuidados, que limita mucho nuestra proyección profesional. Yo creo que la pandemia también ha ayudado a ver que es posible tener en marcha un negocio incluso desde casa con los medios tecnológicos y los consumidores nos hemos acostumbrado también más a ese tipo de servicio y creo que ha podido influir de manera positiva», apunta, por su parte, Fuentes. 

Diferencias en el tipo de emprendimiento 

Una vez se deciden a emprender, las mujeres siguen encontrando dificultades añadidas, en muchas ocasiones por el tipo de negocio que ponen en marcha, señala Fuentes, que considera que «se debería apoyar el tipo de iniciativas que ponen en marcha las mujeres, que tienen un gran componente hacia la orientación social y medioambiental, iniciativas que en muchos casos son de pequeña dimensión pero que no por ello tienen que ser menos importantes».

«Creo que es muy importante apostar más por los negocios de mujeres y apoyarlas en la financiación, aunque no sean el típico negocio de gran crecimiento, porque al final lo que hace falta es que las mujeres vean que realmente cuando ponen en marcha una actividad empresarial reciben ese apoyo y eso sea también una especie de aliciente para las demás». 

Según los datos del informe de South Summit de 2021, en el último año había crecido la presencia de mujeres en sectores como el comercio electrónico, el turismo, agrotech y energía. 

Desde el Observatorio de Emprendimiento de España señalan que «hay un 50% menos de iniciativas de medio y alto valor tecnológico lideradas por mujeres que por hombres, lo cual sigue suponiendo una importante brecha en el emprendimiento de alto valor añadido». 

La formación, un punto clave 

Si miramos el panorama en general y no solo centrado en las mujeres, vemos que el perfil del emprendedor tiene una edad media de entre 25 y 34 años, según los datos de South Summit, así como que la gran mayoría tiene estudios universitarios, un 16% de los cuales tiene un doctorado. Este perfil, según este mapa, apuesta por la creación de startups en sectores como la salud, la agricultura, la digitalización, la energía y el transporte, gracias a la aplicación de tecnologías como la inteligencia artificial.

«Hay muchas universitarias que están emprendiendo, el nivel formativo de las personas que emprenden es muy importante porque el tipo de negocio que se lleva a cabo tiene mayor calidad y mayor posibilidad de permanencia», apunta Fuentes. 

En cuanto a la motivación para crear una empresa, el 70% considera que la escasez de empleo es uno de los motivos para hacerlo y el 43% manifiestan motivos más ambiciosos, como marcar una diferencia, según los datos del Observatorio de Emprendimiento de España.