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Economía

El nuevo CEO mundial de Vodafone tendrá el reto de enderezar el negocio en España

En nuevo consejero delegado debería definir qué modelo quiere en nuestro país y con qué fórmula buscará volver a aumentar sus ingresos

El nuevo CEO mundial de Vodafone tendrá el reto de enderezar el negocio en España

Tienda de Vodafone. | Agencias

El consejero delegado del grupo Vodafone, Nick Read, provocó un movimiento telúrico en el sector de las telecomunicaciones europeo con su dimisión como primer directivo de la operadora británica. Una decisión comunicada oficialmente este lunes, -se hará efectiva el 31 de diciembre-, que deja una serie de tareas pendientes para la compañía en un entorno complejo para las operadoras de infraestructuras digitales. Una nueva etapa en la que su sucesor tendrá como uno de sus principales retos el futuro de su estrategia en España.

Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE indican que precisamente uno de los principales objetivos del nuevo consejero delegado de Vodafone deberá ser redefinir prioridades para su negocio español que intenta sacudirse la fallida fusión con MásMóvil y ser resiliente a la guerra comercial, pero que mantiene sus ingresos y su cuota de mercado a la baja y está a la espera de poder monetizar su red de banda ancha en nuestro país.

Acosado por los fondos Iliad, Vanguard, Blackrock o Norges Bank que pedían que el grupo generara valor en sus activos y monetizara sus infraestructuras, la salida de Nick Read se produce en medio del desplome de Vodafone en bolsa (un 21% en lo que va de año) y de la rebaja en sus previsiones de resultados para este año. La operadora redujo sus previsiones de flujo de caja libre en 200 millones de euros para este ejercicio y su beneficio operativo ajustado se quedará en un rango entre 15.000 y 15.200 millones.

Ola de fusiones

Read advirtió ante los analistas del impacto de la ralentización económica y los costes energéticos en sus cuentas, una caída que impacta en unos resultados que habían logrado equilibrarse después de las duras pérdidas de 2018. En 2021 ganó 2.088 millones, pero en el primer semestre fiscal ganó solo 996 millones, un 21,5% menos.

Sin embargo, el gran problema para Nick Read fue que no logró subir a Vodafone a la ola de las fusiones en Europa. El directivo fue el más activo en advertir de la necesaria consolidación en el sector de la que quería ser protagonista, no obstante durante todo el año en curso los actores principales fueron sus competidores. Y en todos los casos el problema fue el mismo: el desacuerdo en la valoración de los activos de la operadora en el mundo.

Read rechazó la oferta de  11.250 millones de euros por su filial en Italia lanzada por Iliad y a comienzo de este año, fracasaron sus negociaciones con MásMóvil y Orange para combinar sus negocios en España. A cambio realizó un rally de operaciones en los últimos meses: en agosto cerró la venta de su filial en Hungría por 1.759 millones a 4iG y a Corvinus; en septiembre formalizó la compra de Nowo Communications, la filial de MásMóvil en Portugal, por 150 millones; y en noviembre cerró la venta de la mitad de Vantage Towers a Global Infrastructure Partners (GIP) y KKR, en una cesión valorada en unos 7.100 millones.

Red de Vodafone

Sin embargo, las gran operación que queda pendiente es la integración de sus negocios con Hutchinson y marca Three UK en Reino Unido y el gran reto es la situación en España. En los últimos resultados semestrales, España sigue siendo la filial de Vodafone que más cae con un 4,5%, mientras que Italia retrocede un 2,8%, Alemania lo hace un 0,8% y Reino Unido gana un 6,7%. La fusión con MásMóvil hubiese encarrillado el negocio en nuestro país, pero diferencias de valoración hicieron fracasar hasta dos veces las conversaciones, lo que derivó en un acuerdo de los amarillos con Orange.

Una coyuntura que dejó al negocio español de la operadora con muchas interrogantes. Las fuentes consultadas indican que no está en cuestión seguir operando en España, pero sí la forma en la que enfrentarán los próximos años en nuestro país y si es que necesitarán algún movimiento corporativo para reforzarse.

El primer reto será cerrar la venta de sus infraestructuras fijas en España, operación que se quiere cerrar antes del final del año fiscal de la compañía, el 31 de marzo de 2023, pero que podría variar los plazos dependiendo de los planes de los nuevos directivos. Un negocio que se valora en 4.000 millones de euros. Vodafone tiene 10,5 millones de accesos fijos de alta velocidad en España, 7,5 millones de HFC y otros 3 millones de fibra óptica. Precisamente los accesos de HFC están obsoletos y obligan a replantear la estrategia, el problema es que la operadora no puede costear la reconversión de esta red y está obligada a buscar inversores para que moneticen estas infraestructuras.

Estrategia de Vodafone

El segundo gran reto que enfrenta la nueva dirección del grupo Vodafone es el futuro comercial de la operadora en nuestro país. Vodafone debe decidir qué modelo quiere seguir en España: si seguir confiando en el entorno premium, en el bajo coste o si realmente quiere mantener su marca principal como un valor diferencial. La operadora ha apostado por posicionarse en el segmento de empresas y en la captación de fondos europeos para Pymes, pero esto no ha evitado que siga perdiendo clientes y solo logre mejorar en el segmento de low cost con Lowi. Con la subida de precios de un 6,5% habrá que ver el impacto en su evolución comercial en 2023.

La pérdida de clientes les ha llevado a perder ingresos. Vodafone registró una facturación en España de 1.965 millones de euros en su primer semestre fiscal, un 6% menos, con unos ingresos por servicios de 1.782 millones, un 4,5% de reducción. En 2017 la compañía facturó unos 500 millones más en estos dos parámetros, lo que deja claro el impacto en las cuentas de la compañía tras cinco años de dura guerra comercial.

¿Fusionarse? Sin Orange y MásMóvil en el mercado, las opciones se reducen a operadoras pequeñas como Finetwork, Digi o Avatel, aunque por el momento éstas prefieren buscar otras opciones de crecimiento. Lo cierto es que el mercado está expectante a los remedies que podrían derivarse de la fusión de los franceses con los amarillos y probablemente hasta después del fallo de la Comisión Europea, ninguno de sus competidores -incluido Vodafone- muevan ficha.

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