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Economía

El Ibex elude coincidir con Sánchez para evitar represalias del PP tras las elecciones

Las grandes empresas españolas adoptan una postura totalmente neutral en la lucha política y partidista de los próximos nueve meses

El Ibex elude coincidir con Sánchez para evitar represalias del PP tras las elecciones

El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, durante la fracasada moción de censura de Vox. | Europa Press

Las grandes empresas del Ibex 35 llevan varios meses evitando coincidir con el presidente Pedro Sánchez en actos protocolarios o en viajes oficiales. Según ha podido saber THE OBJECTIVE con varias fuentes de estas compañías, esta situación se enmarca dentro de una estrategia de «máxima discreción» de cara a los próximos meses de periodo electoral para evitar tener que posicionarse tanto a favor como en contra del Gobierno. Algo que se extiende a cualquier tipo de declaración pública que pueda interpretarse como un movimiento político que les ate a algún partido.

Estas mismas fuentes también reconocen que el fin último de estos movimientos es evitar comprometer su futuro en un eventual nuevo escenario político en el que el Partido Popular, y Alberto Núñez Feijóo, lleguen a La Moncloa. En el trasfondo se encuentran los mensajes que llegan desde Génova pidiendo apoyo a las grandes empresas y advirtiendo de las consecuencias que un gigante del Ibex podría tener si manifiesta su apoyo público al actual presidente de Gobierno.

Es verdad que las relaciones entre estas empresas y Sánchez llevan más de un año en mínimos, pero también es cierto que en las últimas semanas, desde Moncloa se ha intentado volver a tender puentes. «Nos están obligando a posicionarnos», dice un alto directivo de una empresa del Ibex, ante las presiones que llegan desde los dos principales partidos. Un delicado equilibrio en el que también evitan acercarse públicamente al PP, en previsión de que Sánchez vuelva a ganar las elecciones en diciembre.

Pedro Sánchez, durante su encuentro con grandes empresarios en el pasado Foro de Davos en Suiza
Pedro Sánchez, durante su encuentro con grandes empresarios en el pasado Foro de Davos en Suiza (Agencias).

Reunión en Davos

De esta manera, las grandes empresas han preferido adoptar una situación equidistante, pese a que la mayoría prefiere a Alberto Núñez Feijóo -y no a Sánchez- al mando del Gobierno. De hecho, este diario ya ha advertido en varias ocasiones que la gran empresa confía en la llegada del PP al Gobierno para que pueda revertir buena parte de las medidas impulsadas por Sánchez, como el impuesto extraordinario a las eléctricas y a la banca o el decreto antiopas.

En este contexto de tiras y aflojas, el último gran encuentro entre Sánchez y los líderes del Ibex 35 se produjo el pasado 17 de enero en el foro de Davos en Suiza. Una reunión informal de apenas media hora con la presidenta de Banco Santander, Ana Botín; el presidente de BBVA, Carlos Torres; el de Telefónica, José María Álvarez-Pallete; el CEO de Naturgy, Francisco Reynés; el de Repsol, Josu Jon Imaz; el CEO de Cepsa, Maarten Wetselaar; el de Siemens Gamesa, Jochen Eickholt y con el consejero delegado de HP, Enrique Lores. 

Un encuentro que Moncloa intentó vender como la reconciliación del presidente con los grandes empresarios, pero que en privado éstos se encargaron de desmentir. Indicaron que solo se trató de un acercamiento protocolario y aislado en un contexto internacional. Una reunión que, en cualquier caso, no sentó nada bien en el PP, que transmitió a estos líderes empresariales su descontento por las connotaciones políticas que se generaron posteriormente.

Encuentros frustrados

De esta manera, hasta la fecha no se han vuelto a producir encuentros entre Sánchez y el Ibex. Las grandes compañías españolas han vuelto a su estrategia del año pasado, en la que declinaron coincidir en todos los foros a los que fueron invitados y en los que intervenía el presidente de Gobierno.

El mayor ejemplo se vivió en septiembre de 2022 cuando rechazaron asistir al tradicional encuentro empresarial de inicio de curso que los dos años anteriores organizó Moncloa junto con los primeros espadas del Ibex. Ante el rechazo de la gran empresa y la falta de quórum, Moncloa tuvo que poner en marcha una reunión con ciudadanos. De esta manera, quedaba atrás la complicidad del presidente con el tejido productivo de la que hizo gala durante la pandemia.

Este diario ha podido confirmar que han sido varias las invitaciones cursadas para acudir a eventos en los que iba a intervenir el presidente en las últimas semanas, pero la respuesta de casi todas ha sido siempre la misma: problemas de agenda. Lo mismo ha pasado con eventuales viajes internacionales. De hecho, en el viaje a China que Sánchez realizará la próxima semana no se ha incluido ninguna gran empresa. El Gobierno se justifica diciendo que el carácter del encuentro es «político», aunque lo cierto es que pocas empresas querrían viajar con el presidente en estos momentos.

Perfil bajo del Ibex

En paralelo siguen los encuentros con Feijoó, a quien se le entrega el apoyo en privado, pero no en público. Una decisión estratégica por si Sánchez se mantiene en La Moncloa después de diciembre y que además va de la mano de una actitud totalmente pasiva ante cualquier ataque del Ejecutivo a las empresas. Fuera de micrófonos, las críticas son muchas y muy variadas, pero en público el discurso se diluye completamente.

El mejor ejemplo ha sido el reciente caso Ferrovial, en el que la constructora anunció que mudaba su sede social a Países Bajos en busca de mejores oportunidades de inversión. Una decisión que generó una agresiva campaña en su contra por parte del Gobierno, pero que no logró ningún posicionamiento público a su favor por parte de las empresas del Ibex, que se pusieron de perfil y que prefirieron tener una postura institucional que no incomodara a Sánchez.

Lo mismo ha pasado con las últimas decisiones del Gobierno que perjudican a las empresas. En el caso del impuesto extraordinario a la banca y las energéticas, las empresas afectadas han realizado declaraciones muy medidas defendiendo sus intereses, pero no atacando en demasía la seguridad jurídica del Gobierno. Quizás el único que se ha salido del guión es el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez-Galán -que tampoco fue a la reunión con Pedro Sánchez en Davos-, aunque se ha visto bastante solo en sus reivindicaciones. Una clara estrategia de mínima visibilidad con la que las grandes empresas esperan las elecciones de diciembre.

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