El izquierdista Pedro Castillo ha sido proclamado presidente electo de Perú, un mes y medio después de los comicios que ganó a la derechista Keiko Fujimori, quien retrasó su nombramiento con más de un millar de impugnaciones en las que denuncia sin pruebas fehacientes un supuesto «fraude».
Las claves: tras ser proclamado presidente de Perú, Pedro Castillo ha llamado «a la más amplia unidad del pueblo peruano» para que la gestión que ejercerá desde este 28 de julio permita que su país sea «más justo, más soberano, más digno y más humano». Castillo asumirá la Presidencia para el periodo 2021-2026 con un discurso profundamente reformista que incluye una nueva Constitución al considerar que la vigente, surgida del «autogolpe» de Estado de Fujimori en 1992, ha impulsado una economía neoliberal cuyo progreso económico no ha solucionado las profundas desigualdades.
Después de declarar infundados los últimos recursos legales presentados por Fujimori, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) refrendó los resultados de la votación del 6 de junio, donde Castillo obtuvo el 50,12% de los votos válidos, un estrecho triunfo por apenas 44.263 votos de ventaja sobre Fujimori.
La proclamación de Castillo se dio a ocho días del cambio presidencial previsto para el 28 de julio, día en que Perú celebrará los 200 años de su independencia y el actual presidente interino, Francisco Sagasti, cederá la jefatura del Estado a Castillo, un profesor rural, originario de la norteña región andina de Cajamarca.
En la sesión del pleno del JNE celebrada a través de una videoconferencia también fue proclamada vicepresidente la funcionaria Dina Boluarte. A diferencia de sus predecesores, Castillo comenzará su mandato con solo una vicepresidenta, pues Vladimir Cerrón, el líder y fundador del partido marxista Perú Libre, fue invalidado como candidato al tener una condena firme por corrupción, producto de su gestión como gobernador de la céntrica región andina de Junín.
Entre los invitados a la breve sesión estuvo el propio Castillo, así como la primera ministra, Violeta Bermúdez; el jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), Piero Corvetto; y la jefa del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec), Carmen Velarde.
También asistieron los jefes de las misiones de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE), organismos que han refrendado la legitimidad de los comicios peruanos juntos a gobiernos como los de Estados Unidos y Canadá, entre otros países.
«Ilegítimo para Fujimori
Antes de la proclamación, Keiko Fujimori anticipó, en un pronunciamiento público donde no admitió preguntas, que respetará la proclamación del JNE pese a que la calificó de «ilegítima» por seguir considerando que hubo un fraude el día de la elección.
La hija del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) continúa insistiendo en ese supuesto «fraude sistemático» desde el día posterior a la elección, cuando veía irreversible su tercera derrota consecutiva tras haberse quedado también a las puertas en 2011 contra Ollanta Humala y en 2016 frente a Pedro Pablo Kuczynski.
Hasta ahora ni Fujimori ni sus aliados han presentado una prueba fehaciente de las irregularidades que denuncian, basadas esencialmente en presuntas firmas falsas cuyos supuestos afectados han salido públicamente en numerosos casos a denunciar las acusaciones y reafirmar que las firmas de las actas son suyas.
En estas elecciones, Fujimori se postuló mientras afronta una acusación de más de 30 años de prisión por presunto lavado de dinero en la financiación irregular de sus anteriores campañas electorales.