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Un pacto de consenso en el TC fraguó el Pleno que el Gobierno tacha de golpe de Estado

El presidente del Constitucional acordó con el vicepresidente Juan Antonio Xiol, propuesto por el PSOE, la convocatoria urgente para abordar el recurso del PP

Un pacto de consenso en el TC fraguó el Pleno que el Gobierno tacha de golpe de Estado

El presidente del TC, Pedro González-Trevijano, durante un Pleno del tribunal. | Europa Press

Desde el PSOE lo tacharon como un «atropello institucional sin precedentes». Unidas Podemos, incluso, llegó a calificarlo como «la amenaza más grave para la democracia» desde el golpe de Estado del 23-F. Sin embargo, y a pesar de la insistencia del Gobierno por desprestigiar al Tribunal Constitucional (TC) y acusarle de querer burlar al Congreso, lo cierto es que el Pleno extraordinario de este jueves se fraguó con el consenso previo de los dos representantes más veteranos de los sectores conservador y progresista de la corte de garantías: el presidente Pedro González-Trevijano (designado por el Gobierno de Mariano Rajoy) y su vicepresidente Juan Antonio Xiol (nombrado a propuesta del PSOE).

Inmediatamente después de que el PP presentase el miércoles su recurso contra las enmiendas parlamentarias con las que el PSOE y Podemos pretenden modificar el sistema de elección de magistrados del TC, González-Trevijano se dirigió a Xiol. El presidente de la corte de garantías le comunicó que un grupo de tres magistrados conservadores le habían solicitado la avocación de ese recurso a un Pleno que debía ser convocado de forma urgente y extraordinaria. Esa «consulta» previa, según fuentes del TC consultadas por THE OBJECTIVE, se produjo en tono cordial y sin objeciones por parte de Xiol a que la reunión se celebrase este jueves por la mañana.

La Ley Orgánica del Tribunal Constitucional obliga a su presidente a convocar un pleno extraordinario si lo solicitan tres de sus doce magistrados. Sin embargo, la inusual celeridad del TC para convocar la reunión al día siguiente, y el hecho de que González-Trevijano fuera propuesto por el PP, alentó las críticas del Gobierno y de sus socios para alentar la teoría de un golpe de Estado encubierto de la oposición con ayuda de la corte de garantías y de la «derecha judicial». Pero lo cierto es que el propio vicepresidente del TC, nombrado a propuesta del PSOE, entendió la premura exigida por el sector conservador para convocar el Pleno tan solo 24 horas después, según las mismas fuentes.

Las razones de la urgencia del TC

El recurso del PP se centraba en el procedimiento parlamentario utilizado por el Gobierno para que este jueves el Congreso aprobase, en el marco de la derogación del delito de sedición, dos enmiendas que poco tenían que ver con el Código Penal y que están dirigidas a acelerar la renovación de los cuatro magistrados del TC cuyo mandato está caducado desde junio. Como, además, el PP solicitaba medidas cautelarísimas para paralizar esas enmiendas que iban a ser aprobadas por la Cámara Baja, González-Trevijano y Xiol entendieron que había que actuar con celeridad y el asunto debería abordarse antes de que el Congreso votase. Hubo consenso.

La conversación entre ambos se produjo el miércoles, con carácter previo a la convocatoria del Pleno extraordinario. El tono de la conversación fue cordial, según fuentes del TC consultadas por THE OBJECTIVE. González-Trevijano convocó el Pleno y la ponencia recayó en el magistrado Enrique Arnaldo. Los vínculos de este último con el PP y con FAES alimentaron y alentaron aún más las madrugadoras críticas de PSOE y de Unidas Podemos hacia el Constitucional por reunirse con tanta celeridad. Pero la ponencia recayó en Arnaldo por turno de reparto.

El azar y el sistema de reparto del TC hizo que le tocara a él. «De la misma manera que en dos magistrados progresistas, Juan Antonio Xiol y María Luisa Balaguer, recayeron las ponencias de los recursos de PP y Vox contra la reforma del Gobierno que desde marzo de 2021 impide al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) hacer nombramientos con el mandato caducado», indican fuentes del TC. De ahí que tampoco hubiese objeciones de Xiol a que Arnaldo actuase como ponente del auto en el que se debe decidir sobre la admisión a trámite del recurso de amparo y las medidas cautelarísimas solicitadas por el PP.

Preservar la imagen del TC

No obstante, 24 horas después el vicepresidente del TC cambió de criterio y suscribió la petición de los otros cuatro magistrados progresistas que solicitaron aplazar para el próximo lunes la tramitación y votación del recurso. El hecho diferencial que hizo cambiar de criterio a Xiol fue la cascada de recursos y escritos presentados por PSOE, Vox y Unidas Podemos en las horas previas al inicio del Pleno extraordinario. Los partidos del Gobierno querían personarse en el procedimiento. La formación morada, además, pedía la recusación de dos magistrados. Por su parte, Vox, quería adherirse al recurso del PP.

Los progresistas, incluido Xiol, se negaron a «participar en la deliberación y votación» sobre la admisión a trámite del recurso. Exigían más tiempo, debido a «la relevancia de la decisión y de los escritos» que habían sido presentados. El propio González-Trevijano, en un nuevo intento por preservar el consenso y la imagen de la institución -a la que ciertos sectores del Congreso ya estaban acusando de colaborar con el PP en un golpe de Estado similar al de 1981-, convenció a los conservadores y accedió a aplazar el Pleno y la votación para el próximo lunes.

De haber procedido a la votación del recurso del PP este jueves, se corría el peligro de que los cinco magistrados progresistas pudieran haber abandonado la reunión. Las acusaciones de golpismo y politización contra el TC podrían haber sido mayores si se hubiera continuado con el Pleno sin la presencia de los progresistas. Por eso, González-Trevijano convenció a los conservadores de aplazar la decisión al lunes. El objetivo fue intentar salvar el consenso, la imagen institucional y el tono cordial en el seno del TC.

Desde que asumiera la presidencia del TC a finales de 2021, González-Trevijano ha intentado mantener a la corte de garantías al margen de la grave crisis institucional entre el poder legislativo y ejecutivo por el bloqueo en la renovación del CGPJ. Si ayer las críticas le llovían desde los sectores de izquierda, apenas hace unas semanas los sectores conservadores del Poder Judicial le recriminaban que aún no haya llevado a Pleno los recursos de PP y Vox contra la reforma del Gobierno que impide al CGPJ hacer nombramientos desde marzo de 2021.

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