Podemos acusa a Díaz de vacío ideológico y de carecer de autonomía frente a Sánchez
Montero y Belarra consideran que el nuevo ciclo político se caracterizará por un gobierno débil que dure dos años
Irene Montero, Alejandra Jacinto y Yolanda Díaz en Madrid
Podemos calienta los motores para un nuevo curso político, que se prevé muy intenso. Los morados lanzaron el pasado lunes un duro ataque contra Yolanda Díaz tras la exclusión de las portavocías en el Congreso. Podemos, como desveló este diario, tenía planteado renunciar a los ministerios a cambio de una coportavocía en el grupo parlamentario de Sumar. Irene Montero y Ione Belarra consideran que el nuevo ciclo político -de arrancar- se caracterizará por un gobierno débil, tal vez de dos años. Su vocación era pues la de tener «manos libres» y gozar de «autonomía» parlamentaria, tal y como esbozaron algunos referentes de este espacio, entre ellos Pablo Iglesias.
El pasado lunes, sin embargo, fue un día de máxima tensión en las plantas altas de la sede de Podemos. Sobre las diez de la mañana se enteraron de que Díaz estaba en Bruselas, a punto de reunirse con Carles Puigdemont. Los morados fueron los últimos en ser avisados por los interlocutores del equipo de Díaz.
La vicepresidenta en funciones se lo comunicó antes a Pedro Sánchez (con una primera información en agosto, como desveló THE OBJECTIVE) y después a otros socios de Sumar. Podemos, en cambio, fue mantenido al margen, según fuentes internas de la plataforma de Díaz para evitar filtraciones. Este extremo revela la falta de confianza entre los dos sectores, así como su escasa comunicación. Iglesias lo reprochó en su canal de televisión. Mientras que Irene Montero dijo en una entrevista para la televisión catalana que lleva meses sin hablar con Díaz.
Doble irritación de Podemos
La segunda noticia que irritó a Podemos fue la exclusión de las portavocías parlamentarias. Díaz nombró a Marta Lois, su histórica mano derecha en Galicia, como portavoz de Sumar en el Congreso. Pero vetó a los morados tener acceso a las salas de prensa. En cambio, dejó a otros diputados cercanos a Más País de Íñigo Errejón y Compromís gozar de portavocías. Para Podemos esa decisión tiene un sabor a bofetada, por lo que Ione Belarra ha protestado públicamente: calificó a Lois de novata de la política y pidió a Díaz rectificar su «error político».
Más allá de la cuestión de las portavocías, que han empujado ahora a Podemos a exigir un ministerio, queda el planteamiento ideológico. Miembros y dirigentes de Podemos acusan a Díaz en varios foros y en la televisión de Pablo Iglesias de carecer de fundamentos ideológicos. Atacan a Díaz por lo que internamente se conoce como la «falta de autonomía» estratégica y de discurso. Esta debilidad convierte a la vicepresidenta en una muleta de Sánchez.
Podemos cree que Díaz y Sumar son más débiles de lo que todavía traslada la prensa. Dibujan una formación sin estructuras y frágil, rehén tanto de sus secciones valenciana, catalana y madrileña, como de Pedro Sánchez y el PSOE. Para Podemos, Díaz es la dirigente política que más necesita una reedición del ejecutivo de coalición. La misma noche electoral del 23-J, cuando Díaz intentó ofrecer a la opinión pública la sensación de victoria política a pesar de perder 700.000 votos respecto al resultado de Iglesias en 2019, desde Sumar trasladaron la necesidad de arrancar de inmediato las negociaciones para la formación de un nuevo gobierno.
Debilidad interna
En Podemos y también en otras formaciones políticas que integran Sumar sostienen que Díaz puede mantenerse al mando de su plataforma solo si logra repetir como vicepresidenta. Y que por ello renuncia a perseguir una estrategia autónoma con los nacionalistas. Su planteamiento pasa por intentar tejer esta alianza, pero los nacionalistas insisten en que su principal interlocutor es Sánchez, mientras que según Podemos antes era Iglesias. De ahí el intento de Díaz del pasado lunes con Puigdemont de impulsar su «papel de presidenta», según sostienen en Sumar.
Díaz, en definitiva, necesita focos y atención mediática, pero no tiene una vocación autonomista respecto al PSOE. Para Podemos esto se concreta en un vacío ideológico que los morados quieren aprovechar de cara a los próximos meses. En la agenda de los dirigentes de Podemos se halla la votación de la investidura, pero también otras votaciones parlamentarias donde sus cinco escaños serán determinantes para decantar los equilibrios en el Congreso. Y también en las elecciones europeas de 2024, donde nadie excluye que Podemos apueste por sorprender avanzando hacia un choque con Sumar.
