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Sánchez se mantiene lejos del reconocimiento unilateral de Palestina que le exige Sumar

El líder del PSOE no se mueve ni un milímetro en su posición, que arrastra desde 2015

Sánchez se mantiene lejos del reconocimiento unilateral de Palestina que le exige Sumar

Pedro Sánchez durante el debate de investidura. | Eduardo Parra (EP)

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, no se movió ni un milímetro en su posición sobre el reconocimiento de Palestina como Estado independiente, pese a que Sumar le exige desde hace varias semanas dar el paso de forma «unilateral y urgente» sin esperar a un consenso de la Unión Europea. Podemos fue incluso más incisivo este miércoles y exigió «más que palabras» ante la «dolorosa» distancia entre el discurso del candidato a la investidura y la «inacción» de los últimos años.

Prácticamente en el arranque de su discurso de investidura, Sánchez anunció que su «primer compromiso» de cara a la legislatura que arranca, y en base a la resolución que ya aprobaron las Cortes Generales en 2015, es que «va a trabajar en Europa y, por supuesto, en España para reconocer al Estado palestino», al tiempo que reclamó un «inmediato alto el fuego humanitario» en la Franja de Gaza y poner fin a «la matanza indiscriminada de civiles».

Con todo, tal y como ha venido haciendo desde que el 7 de octubre se produjo el ataque terrorista de Hamás, el líder del PSOE reiteró que España está «con Israel en la repulsa» y reconoció su derecho a defenderse, al tiempo que defendió que los autores de dicho ataque «deben comparecer ante la justicia y rendir cuentas». En el turno de réplica, subrayó que la respuesta militar israelí es «absolutamente desproporcionada». Los diputados de Sumar escuchaban desde su bancada con el símbolo de la sandía en sus solapas «en solidaridad con el pueblo palestino».

Sin embargo, el posicionamiento de Sánchez sobre Palestina es el mismo desde 2015. Hace apenas cuatro años, por ejemplo, el PSOE incluyó la propuesta en su programa electoral para las generales de 2019 comprometiéndose a trasladar el debate a la UE, donde apenas la reconocen un puñado de países, entre ellos Suecia, Islandia, Grecia o Polonia.

Las promesas de Sánchez con Palestina

Sánchez alcanzó la presidencia del Gobierno hace cinco años. Sin embargo, durante ese tiempo no ha reconocido a Palestina. Y eso que en septiembre del año pasado el dirigente socialista reiteró su compromiso ante Mahmud Abbas en Nueva York, donde ambos asistían a la apertura del periodo de sesiones de la 77 Asamblea General de Naciones Unidas. Palestina es Estado observador, que no miembro, desde 2012.

El pasado abril, Sánchez se reunió en el Palacio de Viana de Madrid con el ministro de Exteriores palestino, Riyad al-Maliki, para renovar su promesa. El presidente del Gobierno se excusó entonces con el argumento de que estaba esperando el momento apropiado para reconocer a Palestina y que esa declaración viniese acompañada de la de otros países europeos.

En una entrevista con THE OBJECTIVE, el representante palestino en España, Husni Abdel Wahed, se mostró confiado en que Sánchez reconocería a Palestina antes de que acabar la pasada legislatura, algo que no sucedió ni tampoco parece que vaya a ocurrir en el arranque de la nueva, pues la unanimidad en la UE es ilusoria en estos momentos.

La ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, hurgó en esa aparente contradicción a los pocos minutos de las palabras de Sánchez en el hemiciclo. «Necesitamos mucho más que palabras en una investidura para frenar el genocidio planificado que Israel está perpetrando en Palestina», aseguró desde el escaño.

La líder de Podemos exigió al presidente del Gobierno que rompiese las relaciones diplomáticas con Israel, impusiese un embargo de armas al Estado hebreo, así como sanciones económicas. «Es dolorosa la distancia entre esas palabras y la inacción», se quejó Belarra en su cuenta de la red social X. 

El Gobierno israelí y los dirigentes palestinos acordaron en 1993 en Oslo impulsar un Estado palestino que conviviera junto al de Israel en los territorios marcados por la llamada Línea Verde de 1967, pero tampoco ha ocurrido. Tras un periodo de relativa calma, las tensiones se incrementaron en diciembre de 2017, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció a Jerusalén como la capital de Israel.

Tras aquella declaración, el Gobierno español estableció su posición en la página web del Ministerio de Exteriores, la cual coincide con diversas resoluciones de Naciones Unidas. «Jerusalén constituye una de las cuestiones centrales del proceso de paz y debe ser objeto de negociación entre israelíes y palestinos. La mejor forma de garantizar las aspiraciones de las dos partes es la solución de los dos Estados, Israel y Palestina, viviendo juntos en paz y seguridad».

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