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El hijo de Negreira avisó al Barça del castigo a un árbitro por «su amistad con los jugadores»

Incluyó en un informe arbitral previo a un partido entre los azulgranas y el Espanyol «el neverazo» de Pau Cebrián

El hijo de Negreira avisó al Barça del castigo a un árbitro por «su amistad con los jugadores»

El árbitro Mateu Lahoz y la derecha el asistente Pau Cebrián. | FIFA

Los árbitros arrinconan a José María Enríquez Negreira y a su hijo. El excolegiado Antonio Mateu Lahoz apuntó en su declaración ante la Guardia Civil que Javier Enríquez transfería al FC Barcelona información confidencial del Comité Técnico de Árbitros (CTA), órgano dependiente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en el que su padre actuó como vicepresidente entre 1994 y 2018. Durante su última etapa habría recibido pagos cercanos a los ocho millones de euros del club azulgrana en concepto de asesoría, aunque los investigadores consideran que el objetivo real era influir en los resultados deportivos.

Mateu Lahoz, de 46 años, ascendió a Primera División en 2008, categoría en la que arbitró hasta el pasado junio. En total, 14 temporadas, aunque podría haber continuado tras una reforma de 2021 que permitió incrementar la edad de retiro. La comisión técnica del CTA lo valoró como uno de los tres peores árbitros, por lo que no renovó. Durante sus años en activo nunca tuvo conocimiento de que Negreira o su hijo trabajasen para el Barça, según declaró ante la Guardia Civil el pasado 25 de julio. Así consta en el sumario del caso sobre el que acaba de levantarse el secreto y al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.

Los agentes mostraron al trencilla valenciano un informe técnico arbitral elaborado por el hijo de Negreira para el FC Barcelona. El documento pertenece a la temporada 2016-2017 y se realizó con motivo del derbi que iban a disputar el club azulgrana y el RCD Espanyol, partido que arbitró Mateu Lahoz.

Negreira y «el neverazo»

Al colegiado le llamó la atención un comentario sobre «el neverazo» (castigo que se impone a un árbitro por sus errores) a su asistente Pau Cebrián, ya que se trataba de una información que solo podía conocer alguien del CTA porque no es pública. Sin embargo, Javier Enríquez hizo constancia de la situación en su informe.

El motivo para sancionar a su ayudante, y así lo relata el hijo de Negreira, es que se había mostrado «demasiado amigable» con los jugadores del Barça en el clásico frente al Real Madrid celebrado unas semanas antes. Mateu Lahoz defiende a su asistente y asegura que la actuación de Cebrián en dicho partido fue «más que acertada», por lo que no se justifica «el neverazo» por el afirmaba Enríquez que fue castigado.

Mateu Lahoz explica a los agentes que el castigo a su asistente fue oficialmente notificado el 5 de diciembre, cuando ambos se encontraban en el aeropuerto de Barajas viajando a Lisboa para el partido de Champions que debían disputar el día siguiente el Benfica y el Nápoles. El partido del Barça contra el Espanyol tuvo lugar varias semanas más tarde. El trencilla aseguró que conocía muy bien el método de «la nevera» porque cree que es el árbitro que ha estado en más partidos en esa situación por «situaciones variadas».

El árbitro valenciano consideró «complicado» acertar con el dato del informe de la temporada 2016-2017, de lo que puede entenderse que el hijo de Negreira «disponía de información privilegiada». Preguntado por la Guardia Civil, Mateu Lahoz aseguró que, desde un punto de vista profesional, no considera necesario contratar un tercero para hacer este tipo de informes, aunque según su experiencia y su conocimiento del CTA, las contrataciones de los Negreira no tuvo por qué influir en la carrera de los árbitros.

Ofrecía sus servicios

La relación con Javier Enríquez fue escasa. Mateu Lahoz relata que quedó con él en Barcelona en alguna ocasión para tomar un café y dialogar sobre aspectos técnicos, ya que el hijo de Negreira acompañaba a los delegados informadores, especialmente catalanes. Esos árbitros retirados tenían el cometido de valorar sus actuaciones. Durante esos encuentros, su interlocutor le contaba que prestaba servicios a jugadores, clubes y árbitros «para ganarse su confianza».

Ambos coincidieron en 2016 en un hotel madrileño durante el homenaje a Carlos Velasco Carballo, árbitro al que siempre había ayudado el hijo de Negreira. Mateu Lahoz insistió en que nunca contrató sus servicios como coach. Él contaba con profesionales de este tipo, pero ninguno vinculado al CTA. Considera que si Javier Enríquez tenía una amplia cartera de árbitros, a los que aseguró que su trabajo era «confidencial», era porque los captó como clientes durante las concentraciones del comité, que lo contrató en 2008 para dar ponencias quizás por ser hijo de quien era.

Mateu Lahoz subrayó que nunca fue a cenar al restaurante de la pareja de José María Enríquez Negreira, con el que solo habló una vez, cuando le llamó para informarle de que había ascendido a Primera División. Posteriormente se lo cruzó en un par de ocasiones. Lo que considera desacertadas son las declaraciones del actual presidente del CTA, Luis Medina Cantalejo, quien aseguró que el anterior vicepresidente «no pintaba nada». En su opinión, esas palabras hacen «mucho daño» al colectivo arbitral.

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