El texto aprobado fue presentado por Argelia, Egipto, Líbano, Marruecos, Omán, Catar y Sudán, y ha sido examinado por los 58 miembros del Consejo Ejecutivo de la Unesco en su sede de París. La resolución afirma «la importancia de la parte este de Jerusalén para las tres religiones monoteístas», aunque la clase política israelí no ha quedado nada satisfecha. «No es un buen lugar para resolver los problemas entre países o pueblos», declaró el embajador de Israel, Carmel Shama-Hacohen, en la sede de la organización. Los palestinos, en cambio, aplaudieron el resultado en palabras de su embajador, Mounir Anastas: «Esto recordará a Israel que es la potencia dominante en Jerusalén Este y que deberá terminar con sus abusos».