Uno de los desafíos permanentes a lo largo de la historia ha sido el de medir y cuantificar las cosas. Detrás de herramientas tan rutinarias pero sofisticadas como el sistema métrico decimal o el diseño del Producto Interior Bruto hay toda una lucha atávica del ser humano contra la abstracción abrasiva de una naturaleza enigmática. Una realidad que trata de comprender, mensurar, utilizar y transformar. Desde el sextante de un viejo barco hasta el medidor geiger de una central nuclear, todos los instrumentos de medición obedecen a ese mismo impulso.