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This is Us, el melodrama llegó a la televisión para quedarse

Te guste o no, el melodrama a lo Shonda Rhimes llegó a la televisión para quedarse

This is Us, el melodrama llegó a la televisión para quedarse

Se estrena This is Us en España, una nueva serie que mezcla el drama familiar, la emotividad excesiva y los giros de telenovela en un tiempo en que la TV rescata la hipérbole dramática.

Todo comenzó con Shonda Rhimes. Sí, antes ya existían las telenovelas y algún que otro melodrama, pero fue esta creadora -actualmente la mujer más poderosa de la televisión- la que mezcló dos cosas que casi nunca se habían visto las caras: el melodrama televisivo y la buena crítica. Su primer incursión fue La Anatomía de Grey (ya con 13 temporadas), la historia de un grupo de médicos residentes y sus  hiperbólicas relaciones amorosas y casos médicos. La serie ha tenido altibajos (The AV Club, una de las webs más reconocidas en Estados Unidos por su crítica de televisión dejó de reseñarla hace años, pero actualmente la revisita) pero se ha mantenido en la conversación mediática, incluso en estos tiempos de exceso de contenidos de calidad. Pero realmente el oro de los melodramas de Rhimes se lo lleva Scandal. Esta historia de una experta en relaciones públicas -sus funciones van mucho más allá, uno de sus empleados es un experto torturador- que es amante del presidente de Estados Unidos, lleva las situaciones exageradas a extremos.

 

Meredith Grey llorando luego de que el avión en el que viajaba se estrellara en el medio del bosque y muriera su hermana. Gracias Shonda.
Meredith Grey llorando luego de que el avión en el que viajaba se estrellara en el medio del bosque y muriera su hermana. Gracias Shonda.

 

Tras el éxito de Rhimes la televisión ha vivido un resurgir del drama excesivo, ya sea con situaciones inverosímiles que ponen a los personajes al límite, como en Grey’s o Scandal (o House of Cards o How to Get Away with Murder), o con situaciones familiares más “realistas” pero igualmente excesivas si se considera que la serie relata la vida “normal” de una familia.

Puede que This is Us, que se estrenó en España el día dos de este mes a través de Fox Life, no sea un melodrama a la usanza, puede que pueda definirse más como un drama familiar, pero el nivel de giros y la escala de las revelaciones bien puede añadirlo a la larga lista reciente de series que van más allá. This is Us, suma de historia de amor, relato familiar y drama aleccionador, cuenta la historia de una familia y poco más puede decirse sin revelar los giros que comienzan a sorprender al espectador desde el primer episodio –más o menos dependiendo de cuál de ellos sea– pero lo que sí puede afirmarse es que juega al extremo y a exprimir lágrimas del espectador con emotividad (otro elemento que pulula en las creaciones de Rhimes) y mucha manipulación sentimental (a veces efectiva y discreta, a veces obvia), además de tratar temas “actuales” de forma “educativa” (al igual que con las sorpresas o la emoción, el manejo de estas cuestiones varía entre básico y complejo).

 

Afiche de la serie.
Afiche de la serie.

 

This is Us es heredera de la hipérbole de Rhimes y de los dramas familiares de Jason Katims, responsable de dos de las series más capaces de producir lágrimas en los últimos tiempos: Friday Night Lights y Parenthood. Estas últimas mucho menos tendientes a la sorpresa, pero amantes predilectas del llanto relatan las vidas de pequeños grupos de personas (Friday Night Lights es sobre el entrenador de un equipo de fútbol americano, su familia y los jugadores; Parenthood es sobre una numerosa familia) con sensibilidad y una capacidad casi impoluta para la manipulación emocional inadvertida.

La nueva serie ha tenido tanto buenas críticas (su Metascore en Metacritic.com es de 76 sobre 100) como detractores inmediatos (Willa Paskin en Slate la describió así: “La mala televisión es común, pero un Everest de porquería es una rareza”) pero lo cierto es que se convirtió en un éxito de audiencia en Estados Unidos desde su primer episodio.

Otros dramas familiares que prescinden de las lágrimas (la mayoría del tiempo) y recurren a los caminos retorcidos de la telenovela son Empire y, sí, Juego de tronos. Vale que no tienen similitudes obvias –uno trata sobre un productor de hip hop y su familia, el otro sobre una lucha de poder por el trono entre varias casas en un mundo imaginario– pero ambos revisan dinámicas familiares dignas de una tragedia griega y ambos lo hacen sin nunca disculparse por empujar hacia los extremos (asesinatos, incesto, traiciones) sus narrativas.

La televisión ha optado por abandonar los prejuicios que han siempre asociados al melodrama o la telenovela y se ha lanzado de lleno a someter a sus personajes a penosas historias de origen, eventos de vida que traumatizarían a cualquiera e historias de amor y amistad dignas de un Homero de la era tecnológica.

 

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