Teresa Urquijo apoya a su novio, Almeida, en su fin de semana más especial
Este sábado ha sido muy especial para José Luis Martínez-Almeida, y a su lado ha estado su pareja, demostrando que la relación va en serio
Teresa Urquijo | Europa Press
Este sábado ha sido muy especial para José Luis Martínez-Almeida, pues ha sido investido alcalde de Madrid por segunda vez consecutiva, en esta ocasión gracias a los votos de los 29 ediles del grupo municipal del PP, que obtuvo mayoría absoluta en las elecciones del pasado 28 de mayo.
Así, la corporación madrileña se ha constituido este sábado en un pleno al que han asistido más de 600 invitados, entre ellos la presidenta madrileña todavía en funciones, Isabel Díaz Ayuso, la exvicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, las portavoces y expresidentes de la región y alcaldes de la capital como Esperanza Aguirre o Alberto Ruiz-Gallardón.
Y, como no podía ser de otra forma, también ha acudido al acto la novia de Almeida, Teresa Urquijo.
Teresa Urquijo, feliz por Almeida
En los palcos del Palacio de Cibeles, Teresa Urquijo, que mantiene una relación sentimental con Almeida desde hace seis meses, sonreía orgullosa al ver a su novio revalidar su cargo. Una prueba más que denota que la relación va muy en serio, pues era un acto oficial.
Con un vestido primaveral, Teresa, siempre discreta, estuvo al lado de su pareja. Un momento de lo más especial para Almeida en el que no podía faltar la persona con la que, a todas luces, va a contraer matrimonio pronto.
Tarde de toros
Teresa Urquijo, que tiene 26 años y trabaja como analista en la empresa de inversión inmobiliaria Merlin Properties, estuvo después en Las Ventas, donde acudió a ver una corrida.
Esta vez, sin embargo, guardó silencio al preguntarle qué tal va su relación con el alcalde. Eso sí, su sonrisa lo dijo todo.
Emparentada con la Familia Real por parte de su madre —es hija de Beatriz Moreno y de Borbón, hija del marqués de Laserna y de Teresa de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma, prima hermana del Rey Juan Carlos—, Teresa Urquijo prefiere mantenerse en un segundo plano.
