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Georgina Rodríguez, un mal ejemplo: por qué debería limitar su consumo de chorizo

La nueva temporada del documental de Georgina Rodríguez es una oda a la carne procesada, y quizá no es del todo bueno que así sea

Georgina Rodríguez, un mal ejemplo: por qué debería limitar su consumo de chorizo

Georgina Rodríguez | Gtres

Georgina Rodríguez es uno de los personajes del momento por el lanzamiento de la segunda temporada de su reality, Soy Georgina. El carácter y la forma de vida de la pareja de Cristiano Ronaldo ha copado, en los últimos días, decenas de titulares y columnas de opinión. Que si es nueva rica, que si no trabaja, que si presume demasiado de sus lujos… Pero ¿y qué hay de su forma de alimentación?

Durante todos los capítulos, tanto de esta temporada como de la anterior, ambas emitidas en Netflix, hemos podido ver que presume a cada rato de comer muchísima carne procesada. Incluso la propia plataforma de contenidos usó su ya mítica frase («Yo comparto bolsos pero no me hagáis compartir el chorizo») en el adelanto publicitario de los nuevos capítulos:

En los capítulos, Georgina aparece comiendo fiambre en un autobús, en un avión, mientras se hace un tatuaje, en reuniones con amigos… Obviamente, suponemos —y esperamos—, se alimenta de algo más que de chorizo y jamón, pero es un suponer, ya que no se ha visto en toda la temporada ni una fruta.

Por qué Georgina Rodríguez debería limitar su consumo de chorizo

Como decíamos, esperamos que Georgina, a sus 29 años, consuma algo más que fiambre en su día a día. Si no, mal vamos, pues los expertos han ratificado en numerosas ocasiones que comer demasiado fiambre (carne que ha sido procesada de alguna manera para conservarla o darle sabor) es malo para la salud.

Al respecto, varios estudios han encontrado vínculos entre la carne procesada y varios tipos de cáncer , así como enfermedades cardíacas y diabetes

Georgina comiendo embutidos
Georgina comiendo embutidos

«La evidencia actual sugiere que cuanto mayor es la ingesta de carne procesada, mayor es el riesgo de enfermedades crónicas y mortalidad», asegura Frank Hu , profesor Fredrick J. Stare de Nutrición y Epidemiología y presidente del Departamento de Nutrición de Harvard. Hu agregó, sin embargo, que comer una pequeña cantidad de carne procesada ocasionalmente, como una o dos veces al mes, es poco probable que perjudique significativamente la salud. Georgina, como hemos visto, se salta esta norma, y mucho.

En cuanto al chorizo, específicamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha declarado como un carcinogénico de grupo 1, pues existe suficiente evidencia científica como para afirmar que su consumo se relaciona con el desarrollo de algunos tipos de cáncer, como el colorrectal.

Chorizo
Chorizo

¿Cuánta carne roja o procesada se puedo comer?

Los estudios han demostrado que cuanto mayor es la ingesta de carne procesada, mayor es el riesgo de cáncer colorrectal y otras enfermedades crónicas. Esto no significa que tengamos que eliminar todas las carnes rojas y procesadas de nuestra dieta. E

Según los expertos de Harvard, hemos de evitar las carnes procesadas y consumir carnes rojas de vez en cuando, en alguna ocasión especial, como máximo. 

En cuanto a cantidades exactas, el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF) recomienda limitar la ingesta de carne roja a 500 gramos por semana y evitar la carne procesada.

Georgina comiendo chorizo
Georgina comiendo chorizo

¿Y qué pasa con el jamón ibérico que también consume Georgina?

A Georgina la vemos comiendo tanto chorizo como jamón ibérico durante toda la temporada, y ambos son carne procesada, ¿o no? Lo cierto es que hay dilemas en cuanto al jamón serrano o ibérico curado por salazón del modo tradicional, ya que este «no es un ultraprocesado», explica el epidemiólogo Miguel Ángel Martínez-González en su libro ¿Qué comes? Ciencia y conciencia para resistir.

Mientras que algunos nutricionistas recomiendan hacer un consumo moderado del jamón ibérico, este científico afirma que tiene muchos beneficios para la salud: «En el proceso de curación del jamón serrano se producen unas sustancias (péptidos de cadena corta con actividad demostrada de inhibición de la enzima de conversión de angiotensina) que bajan la tensión arterial», recoge El Español. El mismo autor asegura que consumir entre 4 y 5 raciones de jamón de 50 gramos cada una a la semana no supondría problemas para la salud.

Otros expertos han encumbrado las bondades del jamón ibérico por estar dotado de proteínas de alto valor biológico, esto es, que contienen todos los aminoácidos esenciales que el ser humano no puede producir por sí mismo y que dependen de nuestra alimentación, tal y como te contamos en THE OBJECTIVE.

Sin embargo, el dilema con el jamón aún sigue sobre la mesa. Lo que es evidente es que los expertos de medio mundo están de acuerdo en que la carne procesada (en la que se incluyen los embutidos) debe evitar consumirse. ¿Sabrá Georgina todo esto?

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