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La razón por la que no debes tirar los huesos ni los rabitos de las cerezas

La mejor fecha para comer esta fruta es entre mayo y junio, cuando alcanza plena madurez

La razón por la que no debes tirar los huesos ni los rabitos de las cerezas

Las cerezas tienen muchas propiedades | Pexels

Las cerezas, esas frutas redondas y muy jugosas típicas de esta época del año, tienen una gran variedad de propiedades para la salud. Contienen muchos antioxidantes, como los polifenoles y antocianinas, que ayudan a proteger las células del daño provocado por los radicales libres. Estos compuestos pueden ayudar a la hora de prevenir enfermedades crónicas y el envejecimiento prematuro.

Pero estas no son las únicas propiedades que tienen: también son buenas a nivel antiinflamatorio. Lo que esto significa es que pueden ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo, aportando beneficios para la salud en general. La inflamación crónica está relacionada con varias enfermedades como, por ejemplo, la artritis, enfermedades del corazón y algunos tipos de cáncer. Por ello, comerlas de forma regular puede ayudar a lidiar con esta inflamación y reducir el riesgo de enfermedades asociadas.

En tercer lugar, son una buena fuente de fibra dietética. Esto favorece la salud digestiva y ayuda a mantener un sistema digestivo saludable. La fibra promueve la regularidad intestinal y previene problemas como el estreñimiento. Algo también importante de señalar es que las cerezas son bajas en calorías y tienen una buena cantidad de vitaminas y minerales esenciales. Son muy ricas en vitamina C, que es importante para el sistema inmunológico, así como en potasio, indispensable para la función muscular y la salud cardiovascular.

Por último, está demostrado que las cerezas tienen propiedades antidiabéticas y beneficios para la salud cerebral. Algunos estudios señalan que los compuestos presentes en las cerezas pueden también ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre y mejorar la función cognitiva y la memoria.

Esta es la época de cerezas

Todo el contenido ya mencionado, así como las propiedades que este hace que aporten las cerezas, las convierten en una opción muy saludable para incluir en una dieta equilibrada. Lo mejor es comerlas cuando están de temporada; en España, esto es durante los meses de primavera y verano. En concreto, es entre mayo y junio cuando esta fruta alcanza su plena madurez y tienen su mayor sabor y dulzura.

Es posible aprovecharlo todo

Lo normal con todas las frutas es tirar cosas como los huesos o los rabitos; sin embargo, en el caso de las cerezas también es posible aprovechar esta parte por sus propiedades. En el caso de los rabitos, pueden ayudar con los dolores de cabeza. Sólo hay que hervirlos y beber caliente el líquido resultante; esto hará que el malestar empiece a ser menor en pocos minutos.

En cuanto a los huesos, pueden ser una buena opción para calmar los nervios. Una forma de relajarse de forma rápida y sencilla es rodar con los dedos o sobre la palma de la mano contraria algo redondo. Por ello, llevar siempre una canica, una bolita de madera o incluso huesos de cereza limpios es una buena opción para poder hacerla rodar cuando los nervios empiecen a estar a flor de piel.

Cerezas
Cerezas. Foto: Pexels

Salmorejo de cerezas

Una forma rica y sencilla de comer esta fruta es haciendo una especie de salmorejo. Los ingredientes necesarios, según la receta de El Periódico Mediterráneo, son:

  • Cerezas: 1/2 kg
  • Tomates maduros: cinco
  • Pimiento rojo: medio
  • Diente de ajo: medio
  • Cebolla pequeña: media
  • Pepino pequeño: uno
  • Trozos de pan blanco del día anterior: dos
  • Vinagre de manzana
  • Sal
  • Aceite de oliva

Si las cerezas son frescas, hay que lavarlas, cortarlas por la mitad, retirar la semilla, triturarlas para hacer puré y colarlo. En cuanto al pan, hay que cortar la corteza, trocearla y sumergirlo en el zumo de las cerezas. Después hay que cortar los tomates, lavados en trozos, y hacer lo mismo con el pimiento, después de cortarlo por la mitad y retirar las semillas.

Hay que seguir el mismo procedimiento con el diente de ajo, la cebolla y el pepino. Una vez está todo hay que mezclar la verdura, triturarla y colarlo encima del zumo de cereza y del pan. Luego solo queda colocarlo todo en una jarra para batirlo, salpimentar, añadir un chorrito de vinagre y ya estaría listo.

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