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Cómo no abandonar el gimnasio en septiembre: las seis pistas para no desertar el primer día

Alternar ejercicios, mantener metas realistas o compartir las actividades puede resultar crucial

Cómo no abandonar el gimnasio en septiembre: las seis pistas para no desertar el primer día

Un hombre sentado en el gimnasio. | ©Freepik.

Septiembre es como el lunes del año. Tras el parón veraniego, el calendario se reinicia y con él, la lista de buenos propósitos. Entre los más habituales está el de apuntarse al gimnasio, esa promesa que, junto con dejar de fumar o comer mejor, aparece siempre en la lista de pendientes. Es la época del «este año sí que me lo tomo en serio». Y claro, la ilusión de estrenar unas zapatillas nuevas, un conjunto deportivo que grita fitness y una botella de agua reluciente es más fuerte que el recuerdo de la pereza que te da salir a correr en pleno diciembre. Mientras tanto, el futuro amenaza con abandonar el gimnasio en septiembre a las primeras de cambio.

Lo cierto es que las vacaciones suelen dejar huella. No solo en las redes sociales con fotos de playas paradisíacas, sino también en el cuerpo. Volvemos al gimnasio porque las copiosas comidas, las largas siestas y los cócteles en la terraza pasan factura. Los kilos de más o la sensación de haber perdido forma física son motivaciones que nos empujan a reactivar esos buenos hábitos que en verano se tomaron un merecido descanso. Así que con esa mezcla de culpa y emoción, nos dirigimos al gimnasio con la firme intención de ponernos en forma de nuevo.

Sin embargo, a pesar de las ganas, sabemos lo que pasa. Llega el primer día al gimnasio y… no volvemos a poner un pie allí en semanas. ¿Por qué? Porque después de meses de inactividad, la sensación de ahogo en la cinta de correr puede ser más desmotivadora que inspiradora. Al tercer ejercicio de abdominales parece que nuestro cuerpo está negociando con el sofá de casa un regreso inmediato. Pero ¡tranquilo! No todo está perdido. Hay formas de superar este muro invisible que nos impide ser constantes. Solo es cuestión de saber cómo hacerlo y sobrevivir a esa tentación de abandonar el gimnasio en septiembre.

Cómo no abandonar el gimnasio: los seis caminos para permanecer fiel

No abandonar el gimnasio en septiembre requiere estrategia, pero la buena noticia es que existen muchas maneras de aumentar la adherencia a este hábito saludable. No se trata de llegar al gimnasio el primer día y darlo todo hasta quedar exhausto. De hecho, una de las primeras claves es empezar con calma y tener expectativas realistas. La idea no es convertirse en atleta de élite en una semana, sino ir mejorando progresivamente.

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Divertirse en estos primeros compases del curso es fundamental para no caer en el desánimo. ©Freepik.

Además, la motivación es esencial. Buscar actividades que resulten atractivas, ya sea una clase de baile, yoga o simplemente un circuito de pesas, ayuda a mantener el interés. Otros factores externos también influyen: el sueño y la alimentación son fundamentales para asegurar que el cuerpo está preparado para el ejercicio. Un buen descanso y una dieta equilibrada pueden marcar la diferencia entre una sesión productiva y un día en el que solo queremos tumbarnos en el sofá.

Elige rutinas divertidas y accesibles

Una de las mejores maneras de no desertar el gimnasio es encontrar actividades que realmente te diviertan. Si detestas correr, no te fuerces a pasar horas en la cinta. Si lo haces, lo más posible es que abandones el gimnasio en septiembre en pocos días. Hay muchas otras opciones. Desde clases de baile o spinning hasta entrenamiento funcional, lo importante es que disfrutes del proceso. Además, asegúrate de que las rutinas que elijas sean accesibles para tu nivel. Si comienzas con entrenamientos demasiado duros, es probable que acabes tirando la toalla antes de tiempo.

La clave aquí es disfrutar del viaje. Cuando lo que haces te entretiene, el gimnasio deja de ser una obligación pesada y se convierte en algo que esperas con ganas. Es posible que descubras nuevas habilidades o ejercicios que te apasionen, lo que hará que las ganas de continuar aumenten.

Comparte tus actividades con amigos o familiares

Otra manera efectiva de mantenerte fiel al gimnasio es encontrar compañeros de entrenamiento. No hay nada como la motivación de un amigo para vencer la pereza. Cuando compartes tus metas y actividades con alguien más, es más difícil saltarse una sesión. Además, el ejercicio se vuelve más ameno cuando tienes a alguien con quien reírte de lo duros que son los burpees o lo mal que lo llevas en la clase de spinning.

El compromiso social es poderoso. Si quedas con un amigo para entrenar, es más probable que cumplas. Además, compartir tus avances y dificultades con personas cercanas puede servir de apoyo emocional en los momentos en que las fuerzas flaquean.

Busca el horario que mejor se adecúe a tus ritmos de vida

No todas las personas rinden igual a cualquier hora del día. Hay quienes son más productivos por la mañana, mientras que otros prefieren el ejercicio vespertino. Identificar cuál es el mejor momento para ti y reservarlo para el gimnasio es esencial para no abandonarlo en septiembre. Ni en cualquier época del año, claro.

Si intentas ir al gimnasio en un horario que no se ajusta a tus hábitos, acabarás frustrado y desmotivado. Planifica bien tu día y encuentra ese hueco en el que puedas entrenar sin prisas y, sobre todo, sin interrupciones. Un horario fijo también ayuda a crear el hábito de manera más sólida.

Alterna tipos de ejercicios para no caer en la monotonía

La variedad es el condimento del éxito en cualquier plan de ejercicio. Si todos los días haces lo mismo, no tardarás en sentirte aburrido y en perder la motivación. Alternar entre diferentes tipos de ejercicios, como cardio, entrenamiento de fuerza y flexibilidad, te mantendrá más comprometido, como ya te contamos en THE OBJECTIVE.

Además, variar las actividades te ayudará a trabajar diferentes grupos musculares y evitará el estancamiento. Así, cada vez que vayas al gimnasio, tendrás un reto nuevo y la sensación de que siempre hay algo distinto por hacer.

Analiza tus progresos y prémiate por mantenerte fiel

Otra clave para no abandonar es ver cómo vas avanzando. Medir tus progresos, ya sea con fotos, pesos levantados o tiempos en carrera, puede ser muy gratificante. No solo te dará una visión objetiva de tu mejora, sino que te motivará a seguir.

Eso sí, no olvides premiarte por tus logros. Pero no con una pizza gigante o una tarde de maratón de series. Opta por recompensas saludables: una nueva prenda deportiva, un masaje relajante o incluso un pequeño viaje de fin de semana.

Corrige detalles de tu dieta, tu descanso o tu estrés al mismo tiempo

El ejercicio no es una isla. Para que tu paso por el gimnasio sea efectivo y, sobre todo, duradero, es fundamental que acompañes tus entrenamientos con hábitos de vida saludables. Una dieta equilibrada te proporcionará la energía que necesitas para rendir bien. El descanso es esencial para la recuperación muscular y mental, y reducir el estrés será clave para evitar el agotamiento.

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