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Rachid Koraichi: «La mirada hacia África es cada vez más esquiva»

Nos reunimos con el artista de origen argelino Rachid Koraichi, para que nos hable de su última publicación titulada Salomé y sus proyectos artísticos

Rachid Koraichi: «La mirada hacia África es cada vez más esquiva»

Rachid Koraichi | Foto cortesía del artista

Desde hace unos años Rachid Koraichi está inmerso en la labor humanitaria de enterrar los cadáveres que llegan a las costas de Túnez, tratando de cruzar a Europa. Esta cruda realidad lo ha llevado a construir el primer cementerio privado del mundo bautizado como el Jardin d’ Afrique.  Su labor de «enterrador», como él la llama, la tiene que conjugar con exposiciones en diversas partes del mundo. Sólo el año pasado inauguró muestras paralelas en el British Museum y el Victoria & Albert Museum de Londres y en las galerías Aicon de Nueva York y la October Gallery de Londres.

Imagen cortesía La Cama Sol, Fotografía: Julio Andreu.

P. ¿Cómo surge la idea de publicar Salomé? 

R. Salomé es un testimonio de puro amor, la historia ocurrió en los años ochenta. Fue un amor clandestino que duró casi una década. El nombre es a su vez un homenaje a San Juan Bautista y al Rey Herodes.  El libro lo hice junto a un editor y al escritor Michel Butor durante una jornada de una tarde, hicimos tres ejemplares únicos de artista, yo dibujaba, mientras Michel escribía los textos. Cada uno se quedó con  un ejemplar. Hace unos años  decidí trabajar sobre el mío. El resultado fue el libro que hoy en día  se encuentra en el estudio de Factum Arte.  Junto a la editorial La Cama Sol decidimos publicar un pequeño ejemplar para que lo pudiera adquirir el público general. 

En sus obras, hace una constante alusión a las religiones ¿Qué rol cumplen éstas en su lenguaje artístico?

Nunca trabajo con la religión. Trabajo con escrituras sagradas, que no es lo mismo. Utilizo textos filosóficos sufíes porque estudio mucho sobre el sufismo, también con místicos del cristianismo como San Agustín o Santa Mónica. Me gusta interiorizar en la espiritualidad de las cultura universalmente, no con las religiones. Todo está mucho  más unido de lo que nos imaginamos, el problema es la falta de comunicación. En Argelia está la mayor cantidad de santos de la cristiandad y muy poca gente lo sabe, han habido cuatro papas argelinos, santos como San Agustín y Santa Mónica, la hija de Cleopatra también vivió y se enterró en Argelia, y hay poco conocimiento de todo esto. Me cuesta entender porqué las personas no quieren conocer más allá de su propia religión. 

¿En qué momento empieza a estudiar  las escrituras islámicas?

Creo que desde mi  nacimiento, mi nombre  proviene de la misma tribu del profeta Mahoma, mi familia llego a Argelia en el siglo VII, somos descendientes del mismo linaje. Desde muy pronto estuvimos influenciados por el sufismo, era una manera de resistencia ante la invasión francesa. Era hacer un frente al dominio  de la lengua francesa que se trataba de imponer.

Foto: Oak Taylor-Smith para Factum Arte.

Sus obras e instalaciones suelen demandar  casi siempre  trabajos muy minuciosos y a su vez  monumentales ¿Cómo compone el equipo con el  que trabaja?

Con artistas y artesanos. La mayoría conoce las técnicas y oficios artesanales del islam tradicional. En España por ejemplo, en Sevilla, Córdoba o Granada se puede ver mucha excelencia en estos trabajos. Son representaciones que manifiestan una cultura, una civilización. Yo soy un artista contemporáneo, no intento asemejarme a ello, pero trato de entablar un diálogo con sus técnicas para realizar mis obras. 

¿Dónde está establecido actualmente?

Siento que soy como una palmera, hace cincuenta años vivo en París, pero soy muy fiel a mi manera de ser, a mis orígenes, viajo constantemente, expongo por distintas partes del mundo. Siempre tengo presente que vengo del África, de un continente telúrico, donde se hayan inmemorables obras de arte. Picasso, Matisse, Klee, construyeron sus lenguajes artísticos a partir de la abstracción africana. Cuando ellos lo hicieron se consideró innovador, mientras que lo creado por los africanos  siempre ha sido tildado  de «étnico».

Rachid desde el 2005 empezó a trabajar con temas de memoria histórica creando un monumento en el Jardín de Oriente en el Château Royal d’Amboise en el Valle de Loira en Francia: «lo hice en homenaje al legado del Emir Abdelkader, el líder nacionalista que desafió la ocupación francesa a mediados del siglo XIX. Vivió como prisionero en el castillo de Amboise entre 1848 y 1852. El lugar es muy especial, a pocos metros está enterrado Leonardo Da Vinci».

Lápida. Foto Cortesía Rachid Koraichi.

¿Cuándo escuchó por primera vez sobre los cuerpos que estaban naufragando en las costas de África?

Me lo contó mi hija que vive en Londres y es parte de la  Organización Acción contra el hambre, la información que me dio me dejó perplejo. Estaban llegando cuerpos naufragados al sur de Túnez a las costas de Zarzis,  y los estaban tirando a vertederos. Viajé a ver lo que estaba ocurriendo y  me encontré con un escenario más que dramático. Eran cadáveres de personas que habían tratado de emigrar de África a Europa y que habían muerto en altamar. La mayoría eran de países como Nigeria, Camerún, Siria y Marruecos. Decidí construirles un cementerio para enterrarlos con dignidad.

¿Qué inconvenientes tuvo  para la construcción ?

Contacté al presidente de la Red Crescent, y fuimos a ver cómo  descargaban los cuerpos en el vertedero. El apoyo fue inmediato, pese a que en todos los países del mundo son los ayuntamientos  los que tienen que otorgar el permiso para construir un cementerio, no tuve mayor obstáculo, se trata de un espacio privado. Hasta ahora no tengo ningún papel que me lo  autorice, pero al hacer los entierros le quito trabajo al vertedero. Sólo la semana pasada llegaron 400 cadáveres a la costa, mi objetivo ahora es comprar el terreno del costado para poder ampliar el Jardín.

Jardín. Foto Cortesía Rachid Koraichi.

¿Cómo decidió plantear el diseño?

Como respuesta a la impotencia y al enfado que sentí. Quise que los cuerpos, luego de la tragedia por la que habían tenido que pasar, pudieran descansar honradamente en el mejor lugar, en una especie de palacio, por eso lo llamé el Jardin d’Afrique. En Francia se suele limitar un área para cada religión, yo no lo quise hacer así, las lápidas conviven sin  ninguna división religiosa. El día de la inauguración, nos visitó el rabino de la sinagoga más antigua del mundo, que está Túnez, es de la época de Moisés, también vino  un imán musulmán y el arzobispo cristiano. Aunque no hay ningún judío enterrado, era importante que estén las tres religiones. La directora general de la UNESCO presenció la plegaria al unísono que se hizo de las tres religiones.

¿Tiene planes de ampliar esta iniciativa?

La Asociación de Fuerte Ventura me contactó para discutir la posibilidad de hacer un proyecto similar. A la isla llegó el primer cadáver un dieciocho de diciembre y desde entonces cada año se celebra un encuentro en la misma fecha. Al estar en el extremo oeste, los cadáveres que llegan son la mayoría de Senegal, Sahara Occidental o Mauritania. Vemos que unos llegan de la ruta Este y otros del Oeste. Son lugares bastante simbólicos como  la Isla de Gorea en Senegal, desde donde salían los esclavos hacia los Estados Unidos. Creo que es una oportunidad de hacer un monumento para denunciar la esclavitud y  la tragedia  actual de esta problemática. 

Imagen cortesía La Cama Sol, Fotografía: Julio Andreu.

¿Cuál cree que ha sido la causa de  esta crisis humanitaria?

Sin duda la causa ha sido el arsenal de armas que ha vendió Europa a Gaddafi. A partir de esto los grupos terroristas han azotado África. Todos los miles de cadáveres que intentan cruzar son fruto de esta política de venta de armas de Occidente, a la gente no le ha quedado más que huir. Antes de estos sucesos, no hubo estas migraciones. Yo estoy muy impresionado y dolido con lo que ocurre. Escucho en las noticias que se están organizando grupos para refugiar mascotas provenientes de la guerra de Ucrania, y a su vez la mirada a África es cada vez más esquiva.  

¿Cómo conjuga este trabajo tan doloroso con sus proyectos artísticos?

No los mezclo, sé que soy un artista conocido, pero mi lugar como «enterrador» es otro.  Mi parte humana me hace entregarme al arte, elegir los materiales con los que trabajo, me hace ser constructor, diseñador e ilustrador. Los frutos los veo constantemente, este año expuse en la Icon Gallery de Nueva York, y el año pasado simultáneamente  en el British Museum, en el Victoria & Albert, y en la October Gallery de Londres. La retrospectiva que me iba hacer el Metropolitan Museum de Nueva York se pospuso por el Covid, pero se retomará. No paro de mostrar mis obras al rededor del mundo, eso me tiene ocupado y centrado. 

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