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Gata Cattana, la eterna rapera poeta

Se cumplen seis años desde la muerte de la cordobesa Ana Isabel García Llorente y se estrena el documental ‘Eterna’, una visión de su vida y obra

Gata Cattana, la eterna rapera poeta

Parte del cartel del documental 'Eterna'

«Tenían que venir dos tías a arreglar esta chapuza. ¿Qué coño habéis hecho con el rap?», cantaba la rapera y poeta cordobesa Ana Isabel García Llorente —artísticamente conocida como Gata Cattana— en «Tientos» (2012), frase tajante a modo de declaración de intenciones que marcaría su obra artística; la rapera, dentro de un mundo tan masculinizado como el del rap, donde ya empezaba a decaer la corriente del rap puramente político, dejó una obra breve pero consolidada, comprometida socialmente y a su vez abierta a las nuevas corrientes y sonidos, marcada por la poesía y el feminismo, con letras escritas desde una sensibilidad arrolladora. Se cumplen seis años de su muerte a causa de un shock anafiláctico, coincidiendo con el estreno del documental Eterna —dirigido por Juanma Sayalonga y David Sainz—, que refleja una visión de su vida y obra mediante su familia, amigos y raperos de la escena como Juancho Marqués, Sara Socas, Tribade y Frank T, entre otros. 

Gata Cattana, andaluza e influida por el flamenco, descubrió el rap alrededor de los catorce años, y a los diecisiete incluso llegó a formar parte de un grupo de flamenco llamado «Aquí pongo la Era», que sacó un disco titulado Carpe Diem, en el que añadió música rap a una de sus canciones. En el documental Eterna aparece dirigiéndose al público en uno de los conciertos de este grupo: «Estáis presenciando cómo cumplimos nuestros sueños». Según cuenta su madre, descubrió el flamenco gracias a un disco de Francisco Rojas «Niño del Museo», cantaor de su mismo pueblo, Adamuz. Entre sus referentes flamencos contemporáneos se encontraba la granadina Estrella Morente: «Algún día me gustaría compartir escenario con Estrella Morente. Es una de las cantantes que más admiro desde niña y sería un tremendo honor para mí que esto ocurriera», explicaba a Mondosonoro en 2016.

Cartel del documental

Su carrera como rapera comienza a desarrollarse cuando se muda a Granada a estudiar Ciencias Políticas, y donde durante un tiempo forma el grupo Cattana junto a su amiga Anabel, ‘Hojita de menta’. Al final, la Gata heredó ese Cattana para su recorrido en solitario, y entre sus primeras maquetas se encuentran «Nchamanic Pro Vol. 3» junto a DJ Bicho y «E.C.C.E O.L.» junto a Delapaz. Esta última, en particular, experimenta con el flamenco e integra poemas recitados por Gata Cattana, que en vida publicó el poemario La escala de Mohs —primero autoeditado, y después reeditado por Arscesis y por Aguilar. Ana, según se cuenta en el documental, soñaba con dedicarse únicamente a escribir —a «esa preocupante manía de escribir poesía», según ella—, y era habitual en entornos relacionados con las Slam Poetry. Para ella, «Ana, la tipa de la poesía» era un personaje distinto al de Gata Cattana, mucho más «salvaje». Entre sus poetas preferidos se encontraban Pedro Salinas, Javier Egea y Rubén Darío («Rubén Darío me envía sus cartas, me dice que no pare, que ahí arriba ya se me está echando en falta», cantaba en «Antígona»). También publicó «Yerma» junto a Vicente el Vizio, tomando su nombre de la obra de Federico García Lorca, y haciendo honor a la ciudad de Granada: «Y ahora solo sé de dónde vengo, desde las cumbres de mi Granada, sólo sé de dónde vengo con mi jauría desheredada».

Ya consolidada como rapera, publicó las maquetas Los siete contra Tebas (2013), Anclas (2015), Inéditos 2015 (2016) y, póstumamente, su álbum Banzai (2017), donde canta «Venimos esmayaos de Graná a caballo, como el bandolero, como el Tempranillo» en su canción «Limonero», puesto que la artista pasó los últimos años de su vida en Madrid, ciudad que le dio la oportunidad de buscarse la vida a través de la música, donde además colaboró con Charlie de Hijos Bastardos en «Piri Reis». Ella misma definió sus canciones como introspectivas, con un estilo crudo, pero con una consideración optimista hacia el ser humano, de trasfondo esperanzador. También se desmarcó del purismo tan extendido entre algunos artistas del rap, que consideraba que terminaban por sacralizarlo, concibiéndolo como accesible sólo para unos pocos. «Fuera de tópicos basura que os inculcan, habrase visto andaluza más culta»: así hablaba de sí misma en canción «Tientos» (2012), manteniendo la actitud egocéntrica que caracteriza al género rap —denominado egotrip— y a su personaje, que para ella no dejaba de ser una manera de unir y llevar a cabo sus dos pasiones: la música y la poesía. 

Tráiler del documental ‘Eterna’

Sus canciones, que mezclan la ironía, el sarcasmo, las referencias culturales y políticas —haciendo de las referencias cultas algo popular—, y que beben del flamenco y también sonidos como el blues, el jazz, y el R&B, dejaron frases de una gran potencia como «Yo hago lo que quiero bajo el «Niña no andes sola», mujer en toda regla, poetisa con mayúsculas», «¿Tú y cuántos como tú contra estas dos titánides? Corre, ve y dile a aquel que no vamos a ser tan dóciles» («Lisístrata», 2012), «Lo que tú sabes es pura Teoría de Parker, lo que yo sé no te lo enseñan en la escuela» («Tientos», 2012) o «No reconozco autoridad más allá de mi cuerpo» («Los siete contra Tebas», 2012). Banzai, el disco inédito que dejó en vida, era su primer proyecto con un concepto claro y la ambición de aportar nuevos sonidos al panorama de la música urbana de entonces. En la canción que lleva su mismo nombre, declaraba: «Una como yo cada dos siglos, ¿sabes?».

El legado de Gata Cattana 

El rapero Frank T, también locutor del programa de hip hop La cuarta pared (RNE), y que entrevistó a la rapera en su momento: «Sin duda alguna, es una de las artistas más importantes de la escena del rap en los últimos años, que se ha ido demasiado rápido. De repente, ella abrió el camino a otras raperas que son la representación de las raperas de hoy en día, y que aparecen en la época algo posterior a la muerte de Gata Cattana, cogiéndola a ella como estandarte, convirtiéndola en una figura casi de culto. Además, su parte de poeta la hace única dentro del hip hop, ya que no hay ningún otro rapero que dentro de la poesía tenga el respeto que ha tenido Gata Cattana. Era muy completa, y lamentablemente nos hemos quedado con las ganas de saber hasta dónde hubiera llegado», explica a THE OBJECTIVE. Son diversas las artistas que han bebido de su obra, como Sara Socas, Tribade, Queralt Lahoz, Las Ninyas del Corro y Santa Salut. Sara Socas denuncia en el documental Eterna el hecho de la música tan masculinizada que es el rap: «Lo que más le gusta al sistema es un hombre hablando de poder: mi grupo, mi vida…». Sobre Gata Cattana, aclara que tiene un discurso muy potente, y que por eso ningún hombre puede decir «la feminista esta, qué pesada». Silvia Federici, a la que Gata Cattana menciona en «Lisístrata» («Yo no camelo perfume de Nina Ricci, soy más de libros de la Silvia Federici», aclara que Gata Cattana es una artista que hace un viaje al pasado y que esa canción es muy simbólica, puesto que habla del rechazo hacia la mujer y del dominio patriarcal, pero que como referente lo es a distintos niveles, no sólo al del feminismo. Queralt Lahoz, artista que también bebe del flamenco, hizo su propia versión de «La prueba» de Gata Cattana: «Pa’que llore mi mama, que llore la tuya, y ya no hay más ley que valga».

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