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'Lunáticas', la historia de luces y sombras de una abuela en «busca y captura»

La serie documental ‘De eso no se habla’ estrena un ‘podcast’ en el que una nieta investiga su historia familiar

‘Lunáticas’, la historia de luces y sombras de una abuela en «busca y captura»

Portada del podcast 'Lunáticas'. | Cedida

La premisa de Lunáticas, la nueva serie que ofrece el podcast De eso no se habla, es de las que agarran por la solapa y no sueltan. Érica tiene 33 años y un misterio familiar arraigado: cuando era pequeña supo que su abuela no tenía DNI. En principio, la cosa parecía banal. Su abuela necesitaba hacer unas compras en El Corte Inglés y, para usar la tarjeta de su madre —la bisabuela de Érica— requería de una autorización. Pero sin DNI, ésta no podía hacerse. «¿Y por qué no va la abuela a una comisaría y se lo hace?», preguntó una Érica inocente de 13 años. «Porque la abuela está en busca y captura», le respondieron, sin ahondar más en aquel bombazo. 

Ahora sí, la mujer que es Érica ha decidido abordar una investigación familiar que se ha convertido en periodística gracias a la ayuda de Andrea Momoitio (autora del libro Lunática, que inspira esta historia y que acompaña a Érica en las grabaciones), de Isabel Cadenas (directora de De eso no se habla) y de Leire Ariz y de Daniel Boluda, productora ejecutiva y guionista, respectivamente, de Producciones del KO. 

Así, durante cinco episodios asistimos como oyentes a la búsqueda que esta nieta realiza en pos de recuperar el pasado de su abuela, de Loli, que falleció en 2012 llevándose a la tumba un montón de interrogantes. A saber, ¿por qué abandonó a la madre de Érica cuando ésta tenía sólo dos años? ¿Por qué terminó ejerciendo la prostitución en el Bilbao de los años 80? ¿Por qué su historial delictivo se amplió tanto como para regresar a Madrid, ya de mayor, siendo una fugitiva de la justicia?

Esta es una historia de un silencio, como tantas y tantas veces sucede en las familias, sólo que no todo el mundo se atreve a levantar la alfombra como este equipo ha hecho. Y menos, a publicarlo para la posteridad en Spotify. Pero al fin, después de un largo año de trabajo y de una investigación espinosa, están en el aire: «Lo más difícil para mí ha sido enfrentarme a las conversaciones con la familia planteándoles que estaba haciendo un podcast. Yo había hablado sólo con mi madre de esto un poquito, y hablar aún, pero explicar a todos que tiene que ser delante de una grabadora porque estamos haciendo un documental…», comienza diciendo Érica a THE OBJECTIVE. Una parte de su familia le ha contestado felicitándola por el trabajo. La otra, guarda un silencio administrativo.

La grabadora, una más en la investigación

Érica es trabajadora social, y fue bajo la batuta de Isabel Cadenas como adquirió las competencias necesarias para grabar un podcast, entre las que figura (y esto es algo más que una obviedad) grabarlo todo: «Andrea y Érica me llaman podcast poli», dice entre bromas la directora. Ese grabarlo todo engloba las llamadas telefónicas, los audios que entre ellas comparten durante el curso de la investigación y las llegadas a los lugares donde se han citado con los testimonios

Una de las grabaciones de ‘Lunáticas’.

Todo ello le aporta una viveza única al formato: «Hay algo que tiene el audio que no tiene lo escrito, y es que siempre estás en medio de la acción. La grabadora ha sido una más en la investigación, y a mí me encanta que la gente se enamore de esta nueva forma de contar que es relativamente nueva en nuestros país y que da frutos únicos: esta investigación no se hubiera podido hacer en otro medio con esta intimidad, honestidad y vulnerabilidad que tiene el audio», añade la directora.

A pesar de que una de las piedras que Andrea, Isabel y Érica dicen haberse encontrado en el camino es el blindaje por parte de algunas personas, otras muchas sí han accedido a hablar para esta serie. Y es meritorio, porque la historia por momentos se vuelve muy dura. Otro punto fuerte de Lunáticas: que no nace preconcebida. Nace libre y termina mostrando la realidad de Loli, la abuela de Érica, dentro de su crudeza: envuelta en haces de luces, pero oscurecida también por sus sombras.

«En De eso no se habla siempre es así, las investigaciones siempre son búsquedas. Por eso tardamos tanto en cerrarlas. Esta historia se ha ido dando orgánicamente, y hay varias capas de significado: nadie es totalmente bueno ni malo, porque todos estamos determinados por las circunstancias. En este caso, Loli lo está por las circunstancias de represión del franquismo. No se trata de exculpar a nadie, Loli fue una víctima de algunas cosas, pero tomó también malas decisiones», explica Cadenas.

Represión

Y así es: en el podcast se va de lo particular —la historia de Loli— a una situación general, que es el desamparo en el que quedaban infinidad de mujeres que fueron madres solteras durante el franquismo. Algunas, como refleja la serie, se quedaron aguantando mecha. Otras, como Loli, emprendieron un viaje peligroso en el que se dañaron a sí mismas y, como en su caso, dañaron a otros: «Mi abuela desde que tuvo a mi madre sufrió una serie de consecuencias que la llevaron a entrar en circuitos bastante chungos. Y también se ha relacionado con nosotras de una forma bastante chunga a veces. Yo no quiero que parezca que qué bonito es todo; la vida es así, y lo que tiene valor es buscar explicaciones aunque haya cosas que sean malas», afirma con templanza Érica.

Para Andrea esta investigación ha sido también muy especial, pues su libro Lunática (Libros del KO, 2002) fue la mecha que prendió todo cuando Érica la contactó tras su lectura. En él desarrolla la historia de María Isabel Gutiérrez, una mujer que, como Loli, tenía hijos pequeños que no estaban a su cargo: «María Isabel y Loli pasaron por los mismos territorios, ambas se dedicaron al trabajo sexual en el mismo momento, con las mismas leyes de represión… Así que sus circunstancias fueron muy parecidas, todas eran malas mujeres en el franquismo por no cumplir con los roles establecidos». 

De ahí que el único título posible para estas tres mujeres haya sido Lunáticas, esta vez en plural: «Porque además de la historia de Loli, es la de un montón de mujeres», comenta Andrea, y se suma Isabel: «Me parece precioso que Andrea haga una investigación por la que una mujer resucita, y que otra mujer resucite a raíz de que una chica la lea». Érica, por su parte, cierra la conversación contando que muchas mujeres se están poniendo en contacto con ella porque la historia las ha removido y les ha llevado a pensar, a su vez, en su pasado: «Todas en algún momento somos unas lunáticas», termina, con una sonrisa.

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