Una extenista francesa acusa a su entrenador de violarla «más de 400 veces en dos años»
La Asamblea Nacional de Francia investiga los hechos en una comisión de investigación iniciada en julio
La extenista Angélique Cauchy declarando en la Asamblea Nacional | Twitter @BFMTV
Angélique Cauchy fue una de las grandes promesas del tenis infantil y juvenil entre los 12 y los 14 años, llegando al puesto número dos en el «ranking de tenis junior». Sin embargo, ahora ha revolucionado este deporte en Francia con sus declaraciones sobre los abusos sexuales que sufrió a manos de su entrenador durante ese tiempo, hace 20 años.
Cauchy ha expuesto su testimonio ante una comisión parlamentaria de la Asamblea Nacional. Esta es la encargada de la investigación iniciada en julio relativa a la identificación de «fallos operativos en el seno de las federaciones deportivas, del movimiento deportivo y de los órganos de gobierno en todo el mundo deportivo», según explica el medio francés RMC Sports.
Es, en concreto, el abuso de poder y violencia sexual por parte de entrenadores que gozan de impunidad y han maltratado a niños durante años. Este fue el caso de Cauchy, quien ha relatado ahora su experiencia ante el Parlamento francés: «Mi entrenador, Andrew Geddes, me violó en más de 400 ocasiones, en dos años».
«Comenzó por agredirme verbalmente. Intenté defenderme y le pedía que terminara, repitiendo, días tras día: ‘No me toque, eso no está bien. Yo no quiero’. Cínico, el entrenador me respondía: ‘No te preocupes, esto ocurre muy a menudo entre los entrenadores y las chicas jóvenes’», relató la tenista. Durante esos años, la entonces joven promesa ha asegurado que estaba «paralizada, horrorizada», y ni siquiera era capaz de contarle a sus padres lo que sucedía.
«Me convertí en poco menos que una esclava, sonámbula. Cuando entrenábamos, en La Baule (al norte de Francia), nuestras habitaciones estaban a diez metros de distancia. Comenzó por meterse en mi cama. Luego consiguió que fuese a su habitación. Viví una pesadilla que arruinó mi carrera. Pensé varias veces en suicidarme. Burlándose de mi, llegó a decirme que tenía el sida. Y viví 10 o 15 años pensando que podía tener el sida», continuó relatando Cauchy.
Algunas jerarquías del tenis conocían los hechos
Una «peculiaridad» del caso concreto de Cauchy es que una gran parte de las jerarquías del tenis francés conocían lo que hacía el entrenador. Según ha descubierto la Asamblea Nacional, hubo incluso un intento de denuncia al presidente del club en el que jugaba Cauchy. La respuesta que obtuvo la señora de administración tras contar los hechos fue: «Bueno… quizá eso ha ocurrido y ocurrirá. Pero, en este caso, el entrenador nos trae títulos».
Después de muchos años de escándalos sucesivos, otras jugadoras de entre 12 y 17 años a las que Geddes había agredido y violado de forma sistemática en el club de tenis de Sarcelles denunciaron al entrenador. Finalmente, en 2021 fue condenado a 18 años de cárcel por agresiones y violaciones a menores.
Sin embargo, el caso fue percibido como un «comportamiento aislado». Esto es lo que llevó a Cauchy a contar su propia historia, contando lo que vivió y resaltando que los directivos del club de Sarcelles y muchos otros de la Federación conocían lo que ocurría pero fingían no saber nada.
Varios deportistas denuncian sus vivencias ante la Asamblea Nacional
Sarah Abitbol, Claire Palou y Emma Oudiou son algunas de las demás deportistas que también han contado su experiencia de abusos sexuales ante el Parlamento francés. Abitbol, ex patinadora profesional, ya contó hace unos años las violaciones de su entrenador, Gilles Beyer, quien las acabó reconociendo. «Me violaste con 15 años», narra en su libro Un silencio tan largo.
Oudiou, atleta y directora del documental La Suite, también denunció ante la Asamblea que algunos de los culpables están entre los entrenadores que irán a los Juegos de París de 2024. En su largometraje aparecen otras deportistas que comparten experiencias similares. Después de las investigaciones, la Comisión hará público el resultado en diciembre.
