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Fernando Alonso, Alain Prost y otros 'ex' convierten al equipo Alpine en un saco de boxeo

La gestión del equipo de Fórmula 1, desde que adquirió ese nombre en 2021, ha sido una cascada de desatinos

Fernando Alonso, Alain Prost y otros ‘ex’ convierten al equipo Alpine en un saco de boxeo

Fernando Alonso, cuando aún estaba en Alpine, en una imagen de 2022. | Europa Press

En Alpine, menos la señora de la limpieza y el jardinero, les han atizado casi todos los que han salido por la puerta de forma reciente. Fernando Alonso y Alain Prost —expiloto y consejero y relaciones públicas del equipo— les han solmenado su ración de palos. Marcin Budkowski y Cyril Abiteboul, ambos exdirectores de la formación, tampoco se han cortado mucho a la hora de criticar a la dirección de la escudería. Oscar Piastri, actual piloto de McLaren, ya se despachó en su momento y los dejó por tontos cuando dejó atrás a la formación a pesar de tener contratos firmados. Hasta el reputado ingeniero y comentarista Gary Anderson les acusa, sin epítetos, de haber hecho muy mal las cosas. 

El problema para ellos es que sus dardos, lanzazos o incluso disparos con bala dialéctica ya no encontrarán un blanco en la sede Enstone, porque los destinatarios han sido degradados, han puesto pies en polvorosa, o han sido echados a patadas más o menos sonora. La gestión de Alpine, desde que adquirió ese nombre en 2021, ha sido una cascada de desatinos. Todos ellos han llevado a que el rector de la compañía y principal responsable, Laurent Rossi, haya sido apartado del puesto de mando. En su lugar, y de forma temporal, se encuentra Bruno Famin al volante de la escudería, y Philippe Krief de la marca de deportivos. 

La situación

Famin se hace cargo de un equipo descabezado. En apenas diez días ha sido destituido el CEO de la compañía de automóviles, que era al mismo tiempo el responsable último de la escudería, Laurent Rossi, muy cercano a Luca de Meo, presidente de Renault. Ya no. 

Pasados unos días, y en mitad del Gran Premio de Bélgica, fue anunciado el despido fulminante de Otmar Szafnauer, director de la escudería, Alan Permane, su director deportivo, y Pat Fry, responsable técnico. El caso de este último parece ser distinto, porque el mismo sábado que se anunció todo, fue presentado como incorporación en el equipo Williams. Todo hace pensar que esto estaba ya pactado con anterioridad. 

Este tipo de movimientos de orden tectónico en el seno de un equipo de Fórmula 1 suele ocurrir al acabar la temporada, o antes de que de comienzo. Para que haya ocurrido en mitad de ella, y más concretamente, en pleno Gran Premio solo anuncia algo: las interioridades deben ser un caos que necesita ser reconducido. Renault, matriz de Alpine, necesita poner orden y al menos dejar acabar la temporada con cierta dignidad. 

Equipo de fabricante, destino binario

La casuística es dual. Cuando una marca de coches se embarca en esto de la Fórmula 1, o lo hace muy bien como Mercedes o Aston Martin, o muy mal como Toyota, Honda o de momento, Alpine. Estos últimos, que cambiaron la piel de Renault en 2021, se encuentran en una situación incómoda, sin avances ni resultados, con dos pilotos que no eran los que querían, y con la abrupta salida de personajes clave en una semana convulsa.

Las primeras señales de que las cosas no se estaban haciendo bien comenzaron cuando Alain Prost salió por la puerta. El tetracampeón es un símbolo en Francia, y que no esté embarcado en el único equipo galo, que lleva motores Renault, es raro. El expiloto se quejó entonces, y ahora que han botado al que le firmó el finiquito, Laurent Rossi, se ha desquitado. Le tilda de engreído, incompetente, y un tipo que no estaba preparado para ese cargo. 

Prost defiende que la mejor forma de llevar un equipo de carreras con ambiciones ganadoras es que haya un núcleo duro en la toma de decisiones, y pone los ejemplos de Mercedes, Red Bull, o la Ferrari de principios de siglo. Cuatro o cinco personas, muy apegadas al trabajo en las pistas y la factoría, son mucho más influyentes que un director alejado de todo esto y tomando decisiones de manera vertical desde París. Es lo que mejor funciona, y hay pruebas de ello. 

Piastri

El siguiente en quejarse fue el australiano Oscar Piastri. El piloto titular de McLaren está sorprendiendo a propios y extraños con su solvencia a pesar de ser un novato. El 1 de agosto de 2022 Aston Martin anunció de manera sorpresiva el fichaje de Fernando Alonso. El asturiano ha declarado recientemente que por aquel entonces habló muy por encima de renovaciones con Alpine, pero que no se había planteado nada serio. La única oferta que recibió fue la del equipo verde, y la aceptó tras unas diferencias con Otmar Szafnauer, director de la formación y con el que no encontró nunca una buena sintonía. 

Acto seguido y a modo de reacción, Alpine anunció a Piastri como piloto titular para el siguiente año —este 2023—. A modo de repuesta, el australiano publicó un mensaje en la red social Twitter afirmando que de eso nada, que no tenía contrato firmado con ellos. Al revisar las legalidades, comprobaron que era cierto. Le costó el puesto a la abogada del equipo. 

Tres primeros espadas, que la clavan ahora

Tras la caída de todos los citados, los que se han cebado con las críticas han sido Fernando Alonso, Marcin Budkowski y Cyril Abiteboul. Los tres conocieron la puerta de la calle por acción o inacción de Rossi, y se han tomado su momento para recordarle cosas. Cualquiera diría que es leña del árbol caído, o una venganza personal. Pero es más sencillo: estando fuera, son libres de decir lo que les parezca oportuno, y en la Fórmula 1 son más las cosas las que se callan que las que pueden oírse. 

Marcin Budkowski, un hombre traído no sin polémica desde la propia FIA; pasó de controlar a los equipos desde el plano técnico a dirigir uno. Se queja de que las expectativas y requerimientos eran cada vez más altos, pero los recursos eran insuficientes para lo que se pedía. Christian Horner, director de Red Bull, lo resume en una frase de la época en que eran sus motoristas: «quieren ir en primera clase, pero solo están dispuestos a pagar la económica”. 

En términos afines se despacha Cyril Abiteboul, exdirector de la escudería. Cuando fue despedido, de paso echaron a una quincena de técnicos. Los que llegaron han tardado un tiempo lógico en adaptarse, y con ello, se han lastrado los resultados, razona. Por otra parte, entiende que les falta liderazgo en el plano de los pilotos. Perder a Alonso fue un error; no lo dice con esas palabras, pero se sobreentiende. 

Y llegamos a Alonso

El asturiano se ha despachado a gusto, aunque lo hizo sin extremismos, en una entrevista concedida a la BBC. En ella se queja de que siempre le tocó el papel de malo en su relación con Alpine. Llegó cargado de ilusión, y en dos temporadas recaudó un solitario pódium; lleva seis subido a un Aston Martin en media temporada. Cuando le tocó renovar el contrato no hacían más que marear la perdiz sin concretar nada. Parece como si no le quisieran ver más por allí. Eso, y algunas diferencias con el que fuera su director, le empujaron a irse.

Por eso ahora les dice «que deberían hablar menos, y que hagan más», en referencia a Szafnauer, y que viendo sus resultados deberían haber hecho otras cosas. El corredor afirmó haberse sentido subestimado. No le hizo ninguna gracia que discutieran sus actuaciones, o su edad. Es obvio que hubo desencuentros. «Los resultados hablan por sí mismos», añadió. Alonso está tercero en el mundial de pilotos, la misma posición que ocupa su escudería, mientras que Alpine se sitúa en la sexta plaza, con la mitad de puntos que el quinto. 

El equipo de Fórmula 1 de Alpine carece de la estabilidad necesaria, y este año, al igual que los anteriores, parecen estar condenados al fracaso, a dar pasos hacia atrás. La gestión de una marca de coches no tiene nada que ver con la de un equipo de carreras. La falta de liderazgo, y errores de gestión son de orden mayor, y a las pruebas se puede remitir al ver que hace años que al equipo no le iba tan mal en el plano deportivo. La tormenta azul necesita amainar, y rehacer muchas cosas. Que haya suerte, la van a necesitar. Y que no se olviden: presupuesto y las personas adecuadas.

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